martes, 14 de agosto de 2007

MODESTO CIRUELOS. PINTOR BURGALÉS (1908-2002)


MODESTO CIRUELOS. PINTOR BURGALÉS (1908-2002)

Fernando Pinto Cebrián (2005)



Intentar explicar lo que se siente cuando se mira una pintura, una escultura,…, cuando tal sentimiento es variable en nosotros dependiendo del día y de la hora, cuando es generalmente distinto del observador vecino, mucho más de aquel del autor y no digamos si éste es de siglos atrás..., sólo lleva a la confusión a la hora de determinar que es o que no es una obra de arte… Intentar descubrir el alma del artista es, además de imposible, inútil.
(…) Otro error gravísimo es considerar la obra de arte según su asunto…el asunto y sus derivados envejecen; solo el arte (como el de Modesto Ciruelos) no envejece…
(…) Se dice: cada uno es dueño de tener su gusto sin ofender ni dañar con ello a nadie…Este es un error que favorece la pereza intelectual, el mal gusto y el más rancio sentimentalismo de masas… Los cuadros, como las poesías y cualquier obra de arte no producen efecto sino sobre espíritus preparados…Es necesario saber descubrir, por encima del engañoso sentimiento, los infinitos elementos figurativos que constituyen una pintura, aquellos que un inexperto no sabe encontrar (la línea, los planos, la luz y las sombras, el color…)… (De ahí que la obra de algunos pintores, verdaderos artistas, como lo fue Modesto Ciruelos, hayan pasado al olvido por falta de la necesaria preparación artística de críticos y observadores en general).

Matteo Marangoni, Profesor de la Universidad de Pisa
(Para saber ver cómo se mira una obra de arte. Pisa, 2002).

La belleza artística no consiste en representar una cosa bella, sino en una bella representación de una cosa.
Kant.


ÍNDICE:
1.- INTRODUCCIÓN
2.- DATOS BIOGRÁFICOS
3.- ESTILO Y OBRA PICTÓRICA
4.- CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
NOTAS



1.- INTRODUCCIÓN:

Modesto Ciruelos fue uno de los pintores burgaleses más universales del siglo XX. Polifacético, tocó todos los estilos, fue pionero de las vanguardias y creador incansable.
Del mismo se puede afirmar que nació para pintar, tal era su obsesión por la pintura que a ella se dedicó desde pequeño no dejando de trabajar en ella diariamente hasta el momento de su muerte. Su entrega era un constante aprendizaje lleno de curiosidad, experimentándolo todo sin ser experimental y realizando su obra al compás del conocimiento adquirido de los más variados y actuales estilos, de todos los “ismos”, a través de lecturas de libros y revistas de arte, sobre todo extranjeras, visitas a muestras, contactos con otros artistas (no sólo pintores), críticos de arte, políticos, participación en tertulias,…; estilos que, como inquieto vanguardista, hacía propios bajo su peculiar personalidad pero sin anclarse, ya que para el pintor nunca lo anterior volvía a ser lo mismo.
Sus resultados, su obra, en alguno de sus momentos, basada en su forma de ser, ha sido considerada por algunos críticos, dadas sus intuiciones pictóricas, como anticipadora, aunque no pionera, de aquellas que vendrían posteriormente de la mano de otros pintores.
Hombre religioso pero sin fanatismo e independiente en la política mantuvo una postura en tales asuntos discreta y sin compromiso en un Burgos de la guerra y luego de la posguerra bien comprometido religiosa y políticamente. Tal vez, por esa discreción no hay demasía en obras que de cerca o de lejos tengan como tema la religión o la política (sólo algunos cuadros relativos a “Cristo en la Cruz” y unos pocos relativos a la Guerra Civil, éstos pintados en 1936). Tampoco plasmó en sus lienzos sus aficiones deportivas; así no hay cuadros sobre toros y toreros (salvo algunos dibujos), aunque si uno de ciclistas (1933). Su compromiso temático fue con el retrato (su primera obra pictórica), los tipos populares, el paisaje, las naturalezas muertas y las composiciones, siempre con variaciones según estilos aplicados (ninguna de sus muestras tendrán un signo de igualdad) pero manteniendo, con fidelidad al oficio de pintor, el tratamiento de la materia y del color (siempre éste resaltado por la mayoría de los críticos en sus exposiciones por su exquisita sensibilidad hacia el mismo).
Desde su formación en Madrid, sus estancias fuera de Burgos, tanto en el extranjero (escasas) como en el territorio nacional, le sirvieron, en ese constante aprendizaje, para, al margen de pintar fuera de los paisajes, las figuras, la luz y el color burgaleses, relacionarse con otros pintores y su trabajo, en especial extranjeros (como en el caso de los residentes en Palma de Mallorca).
Pero la mayoría de su obra la realiza en Burgos (de 1948 a 1992) tras su asentamiento definitivo en dicha localidad después de su matrimonio con la burgalesa Digna Otero. Un Burgos, aún un tanto provinciano, que en sus comienzos como pintor estaba poco interesado por el arte y las exposiciones, y al que le era difícil en inicio asomarse a una pintura como la suya que le parece avanzada, abstracta ya desde 1940, diferente a aquella a la que estaba acostumbrado y que se asemejaba a lo visto por un observador a través de una ventana sin modificación alguna. No obstante fue bien acogido y su obra cada vez mejor comprendida y valorada (su éxitos fuera de Burgos, nacionales e internacionales influyeron en ello).
Tal vez, por su carácter, entre “serrano” y “rachel”, de orgullo propio, fuerte, adusto, seco, un tanto huraño, introvertido hasta parecer tímido, cerrado en si mismo y en su taller (pocos entraron en él y ponía dificultades a aquellos que querían datos sobre su vida y obra), de vida sencilla (familia, taller y tertulia), apartado de los círculos artísticos para dedicarse al arte por el arte, poco amigo de las relaciones sociales originadas por su pintura (aunque si buen amigo de sus amigos), amante de la independencia (no le gustaba que le molestasen para poder dar preferencia a la pintura), y su desinterés por los asuntos económicos ( y desprendido regalando cuadros a empresas benéficas) , no haya conseguido la proyección nacional e internacional que se hubiera merecido, al perder, algunas veces de forma inconveniente, oportunidades ventajosas por falta de “marketing” personal, por no explotar sus buenas relaciones en el mundo del arte, la política,…, y, tal vez, por la falta de un apoyo burgalés fuera de Burgos más decidido.
Y ello a pesar de que el autor, en contraste con lo dicho, era ambicioso en demostrar su valía y seguidor de la crítica que se le hacía (que para el pintor siempre había sido generosa, elogiadora o indulgente con él). Para Modesto Ciruelos era suficiente que se conociera su obra a través de las exposiciones; eso era lo que había que conocer , su pintura, y no al pintor; así, haciendo honor a su nombre, con esa especie de modestia personal, se ajustaba plenamente a su pensamiento el dicho de : “por sus obras (en este caso su pintura) les conoceréis”, en el convencimiento de que sus cuadros le representaban mejor que su persona y de que si su obra era valorada el lo sería también en consecuencia; así sería considerado pintor de valía de forma natural, sin necesidad de propaganda.
Valga este pequeño trabajo como homenaje y reconocimiento al pintor burgalés, ejemplar en su obsesión pictórica, abanderada de la modernidad, que fue Modesto Ciruelos.


2.- DATOS BIOGRÁFICOS (1):
Modesto Ciruelos González, pintor burgalés, nace el 2 de marzo de 1908 en
Cuevas de San Clemente, pequeño pueblo de la provincia de Burgos en la comarca de Arlanza, situado a 27 kilómetros de la capital en dirección a Soria (abarca una extensión de 13 km2 y cuenta con una población aproximada de unos 70 habitantes).
Al poco de nacer (fue el mayor de tres hermanos), sus padres, Fermín Ciruelos y Antonia González, se trasladan a Madrid, a la Calle del Calvario, en el Barrio de la Arganzuela y posteriormente, a la Colonia de San Antonio, próxima a Usera pasado el Manzanares.
Sus primeros estudios los realiza en las Escuelas Cristianas de Las Peñuelas y
en un Colegio de la Calle Calatravas, manifestando ya en su infancia afición por el dibujo y la pintura. Empezó a pintar, según sus palabras, “de chico, como todos los chicos. Lo otro…lo del arte vino después. Empecé a dibujar y pintar en Madrid, en donde residí desde niño con mis padres. O quizá en Cuevas de San Clemente, en donde tantas temporadas viví con mis abuelos: no se. Hay un tiempo en mi vida que es, primero de curiosidad, después, ya metido un tanto en el asunto, de aprendizaje. Cuando este tiempo empieza no importa; puede él terminar en el año 1927” (2). Posteriormente estudió el Bachillerato en el Instituto de San Isidro.
Finalizados los mismos, de 1922 a 1926, se prepara, siguiendo su vocación artística y con el objetivo de ingresar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, dibujando en el Museo de Reproducciones Artísticas (Casón del Buen Retiro), el Museo del Prado y en la Escuela de Artes y Oficios de la Calle Marqués de Cubas. Al mismo tiempo comienza a estudiar a los grandes maestros del Museo del Prado y realiza sus primeras copias de obras maestras, preferentemente de El Greco, Velázquez y Goya, con la autorización de Julio Romero de Torres. “Dibujaba aún sin orientaciones de nadie, en cuanto disponía de la menor posibilidad, llegando así a la edad de plantearse el enfoque de los estudios de una manera seria y acomodándolos a su indeclinable vocación de artista” (3).
En 1927 ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, entonces conocida como Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado, donde ya estudiaban Salvador Dalí, José Renal, Maura, Cristino Mallo entre otros. Como compañeros de estudio citar a Julián Minguillón, Pity Bartolozzi, Francisco Arias, Daniel Conejo, Pedro Bueno, Rafael Zabaleta… y como profesores Julio Romero de Torres, José Moreno Carbonero, Cecilio Pla, José María Mezquita, Manuel Benedito y Francisco Esteve Botey, de los que siempre guardó recuerdo. Estudios que termina en 1932. Durante los mismos asiste a la vez a las clases de dibujo del Círculo de Bellas Artes y a las de grabado de la Escuela Nacional de Artes Gráficas.
Su obsesión por aprender le llevan de las tertulias del Casón a las del café del Circulo de Bellas Artes y del Café Gijón (allí conoció a Federico García Lorca, a quien hizo un retrato, a Antonio Machado, a Rafael Alberti, a Vicente Aleixandre, a Gerardo Diego, a Miguel Hernández, a Ramón Gómez de la Serna,…). Así mismo, busca cuantas revistas le informen sobre el arte en general y del extranjero en particular, y asiste a cuantas exposiciones de pintura se celebran.
Durante los años de estudio se aplicó con interés al retrato, modalidad en la que destacará durante toda su vida artística. Comenzó con los retratos de sus padres,
hermanos y otros familiares y un autorretrato (sólo hará dos en su vida), y, lógicamente,
sus primeros encargos fueron retratos. Posteriormente, olvidándose de los desnudos que
pintó durante su periodo de alumno, pasa a pintar naturalezas, figuras y paisajes.
En 1931 participa en su primera muestra colectiva en el Salón de Otoño de Madrid y en 1932, terminados sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, funda con otros artistas jóvenes residentes en Madrid, el Grupo Juvenil de Artistas de Acción que crea el Salón de Independientes de Madrid, concurriendo a sus exposiciones. En ellas, más que innovaciones radicales lo que tratan de expresar era el espíritu renovador que les animaba.
En 1933 expone (4) por primera vez en el Teatro Principal de Burgos, primera exposición individual de su pintura (patrocinada por el Ayuntamiento) en la ciudad (veintitrés obras: figuras de campesinos a tamaño natural, tipos populares, retratos y paisajes). Ese mismo año solicita una pensión o beca de la Diputación Provincial de Burgos para ampliar estudios en el extranjero; solicitud avalada por los pintores Ignacio Zuloaga, José Gutiérrez Solana y Daniel Vázquez Díaz, entre otros; pintores que vieron grandes disposiciones para la pintura en Modesto Ciruelos. Beca que le fue denegada al no existir presupuesto para esa clase de pensiones. Durante ese tiempo, cuando visitaba Burgos asistía a la tertulia de “El Ciprés” , donde se reunían los escritores y pintores de ideas más avanzadas (el músico Antonio José, el orfebre Saturnino-Maese-Calvo, el pintor Próspero García-Gallardo,…).
En 1934 obtiene la Cátedra de Dibujo Artístico del Instituto “Murguía” de Segunda Enseñanza de Villalba (Lugo) y fue nombrado vocal de la CPD. Allí no dejó, según sus palabras, “de pintar figura y paisaje local en mi fase naturalista de influencia clásica española, que así era entonces mi pintura…” (5).
En 1936 obtiene la Cátedra de Dibujo Artístico de la Escuela de Artes y Oficios de Palma de Mallorca y tras tomar posesión de la misma le sorprende la Guerra Civil en
Madrid. Hasta ese momento, “en que comienza a manifestarse de modo personal, su pintura es de un realismo muy sentido, de dramatismo social localista y popular con
gran dominio técnico. Magnífico retratista, su realismo es influido por los grandes maestros clásicos españoles que a lo largo de los años con otros ropajes, se mantendrán activos en la obra de nuestro pintor” (6).
Durante la guerra, en su estancia, sucesivamente en el tiempo, en Valencia (un año) y Barcelona (dos años; allí en el Casino conoció a Dalí, Miró, Tapies, el grupo “Dau al Set” y los de “El Paso”), sufrió, según el pintor “una transformación (de su) concepto estético (que) dio un giro brusco a (su) creación” …” no fueron los pintores valencianos o catalanes los que me hicieron reflexionar, lo fue el ambiente…”… (Y) “lo inicié con un impresionismo del mejor cuño…” (De Monet a Cezzanne) (7).
En 1937, realiza su primera exposición en el extranjero presentando su obra en el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París, junto con Picasso, Miró, Julio González y Alberto Sánchez, entre otros. Allí presentó dos cuadros sobre temas de la guerra (“Descubierta” y “Paisaje con Figuras-Fusilados”), fuera de toda connotación política particular.
En 1939, terminada la guerra, se incorpora a su cátedra de dibujo de Palma de Mallorca y establece contacto con pintores europeos establecidos en la isla. A partir de
ahí se centra en la abstracción y comienza a teorizar y a realizar sus primeras prácticas en esa modalidad. En ese momento el autor confirmaba: “ya estaba yo en mi fase abstracta…” (8).
Entre 1941 y 1942 hay que situar los primeros tanteos abstractos de Modesto Ciruelos, una auténtica anticipación, como califica generalizadamente José de Castro Arines al pintor burgalés (9).
Sigue concurriendo en exposiciones y en 1945 solicita la excedencia voluntaria de su cátedra mallorquina y traslada su residencia a Burgos con el propósito vocacional de dedicarse por entero a la pintura. Allí fue designado Presidente de la Agrupación de Artistas Burgaleses, con Saturnino Calvo como Vicepresidente y Gonzalo Díez de Lastra como Secretario. Durante ese año realiza su primera exposición individual en Madrid. Entre los años 1946 y 1948, expone en Madrid obras con ya claros componentes abstractos.
En 1948 contrae matrimonio con la burgalesa Digna Otero Campo en la Iglesia de San Gil de Burgos, estableciéndose en el nº 14 de La Flora donde montó un estudio en el que siguió trabajando hasta 1992. Por su casa en Burgos pasarían, entre otros, Manuel Fraga Iribarne, Regíno Sainz de la Maza (a quien retrató), los pintores Benjamín Palencia, Juan Manuel Díaz Caneja, Capuleto, Eduardo Vicente,…, y los críticos de arte, Manuel Sanchez Camargo, José de Castro Arines,…
Los años cincuenta, punto medio del periodo más activo de su vida en cuanto a pintura, fueron de trabajo febril en taller y en exposiciones. Su única actividad social en Burgos se centra en las tertulias (desde la desaparecida de “El Ciprés”, a la del Hotel Condestable, ya en 1993, pasando sucesivamente por la de “El Palomar”, el Salón de Recreo y a su cierre el Café Pinedo).
Más en concreto, de 1948 a 1952 son años activos en exposiciones individuales en Madrid, Burgos, Santander, Bilbao…y 1953 de muestras colectivas y de salida al exterior.
Si las exposiciones desarrolladas en Madrid entre 1946 y 1948 supusieron el reconocimiento español a su calidad y manera de concebir y expresar la pintura, 1953 es el inicio del más amplio reconocimiento internacional, con su proyección en lugares como París y Sao Paulo, destacados por su interés hacia la modernidad.
1954 fue un año más tranquilo, sin abandonar su actividad en el taller, en cuanto a exposiciones. De ellas destacar el viaje de una representación de su obra por América a través de la Exposición Bienal Hispanoamericana
De 1955 se ha de citar la exposición en Burgos (Sala Municipal de Arte) de catorce paisajes de la provincia de Burgos por el empleo de técnica de dibujo a lo Van Gogh y el manejo de la pintura con espátula.
En 1956 vuelve a exponer individualmente en Burgos (Sala Municipal de Arte) con el tema de los paisajes (veintisiete motivos del campo burgalés). Internacionalmente fue un año importante al haber sido seleccionado para asistir a la Bienal de Venecia, junto a otros españoles (Feito, M. Millares, A. Saura y Canogar), por su arte avanzado y progresista.
Hasta 1965 el pintor continúa con exposiciones nacionales y internacionales con composiciones de formas, color y ritmo, “collages” y abstracciones con trazos matéricos.
De entre ellas destacar, en atención a la consideración del propio pintor como las
más trascendentales de su carrera, las exposiciones de la Galería Neblí (1963) y del Ateneo de Madrid (1964), en las que logró el reconocimiento unánime de la crítica. También de importancia fue la exposición “XXV Años de Arte Español” en Madrid (1964), en la que participaron los mejores artistas españoles reconocidos con obra comprendida entre 1939 y 1964, en la que Modesto Ciruelos presentó una composición abstracto-pop, en blanco y negro.
Con su obra hasta 1965, Modesto Ciruelos es sin duda el pintor español con más tradición vanguardista y proyección europea, tanto estilísticamente como por la perfecta factura de sus obras. El pintor presenta en esos años sesenta unas texturas generalmente en relieve sobre unos soportes tratados de manera poco o nada convencional empleando fundamentalmente el óleo y también profusamente el acrílico cuando lo descubre y que en ocasiones mezcla con el óleo y que, según el pintor: …“no se si esto es ortodoxo, pero no pienso en ello. Son modos nuevos para tiempos nuevos” (10). En determinadas series abstractas, principalmente en las de tendencia pop-art, a la pintura añade papeles, guata, arena o cuanto se le ocurra y que pudiendo ser fijado, le permita desarrollar la idea concebida para la serie y para cada cuadro (11).
Tras dos exposiciones en Salamanca y Santander en 1965, el artista burgalés se alejó de las salas y dedicó un espacio de cinco años a reconsiderar lo más avanzado de su estilo, buscando bajo una exigente autocrítica no repetir ni repetirse, retomando épocas anteriores, expresionistas en su mayoría, para trabajar sobre ellas en retratos, paisajes y composiciones diversas, con el resultado de gran belleza y modernidad.
En 1970 vuelve a las exposiciones colectiva e individualmente siendo elegido “Pintor del Año” en Burgos, y trabaja en su estudio abstracciones compuestas en su mayoría con una zona central de color, generalmente con una tonalidad dominante, y trazos y aún grafismos periféricos. Así, mismo por iniciativa del periodista Luis Ángel de la Viuda, actúa en TVE en el programa “España en Directo”.
En 1972 vuelve a la enseñanza oficial en Madrid, trasladándose meses después, a petición propia a Barcelona.
De 1973 a 1977 no expone ni individual ni colectivamente dedicándose por entero a la docencia y a la investigación, trabajando intensamente en su obra gráfica.. Como artista invitado asiste a los Cursos Artísticos de la Magdalena (Santander) y en 1974 fue nombrado miembro correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando por la provincia de Burgos.
Entre 1979 y 1980 realiza una exposición de arte abstracto en Burgos (Caja de Ahorros Municipal), concurre a las exposiciones de ART II 80 de Basilea y FIAC 80 de París y se jubila por edad reglamentaria de su cargo docente oficial continuando con sus estudios e investigaciones pictóricas.
En 1984 efectúa en Burgos (Sala “Arlanzón” de la caja de Ahorros Municipal) una exposición retrospectiva con una serie de dibujos de grandes dimensiones muchos de ellos desconocidos por el público. Muestra que para algunos fue considerada, tanto el cierre magistral de toda una vida de actividad pictórica avanzada, como una nueva
manera de concebir el arte abstracto por parte del pintor dando primacía a la exquisitez del color y a su delimitación (12).
Hasta 1991 siguió pintando, sobre todo retratos, modalidad con la que comenzó su vida artística (entre ellos, uno de Felipe González, Presidente entonces del Gobierno, y de Camilo José Cela).
En 1993 se le nombra Hijo Adoptivo de la Ciudad de Burgos, en 1995, Académico de Honor de la Institución “Fernán González” y se le otorga la Medalla de las Bellas Artes de la Escuela de Dibujo “Mateo Cerezo” de Burgos, y en 1999 se le otorga el “Premio de las Artes de Castilla y León”.
El 24 de agosto del 2002, Modesto Ciruelos, gozando del respeto y admiración de los burgaleses, fallece en Burgos a los 94 años, de causas naturales y acompañado de su mujer e hijos. Las necrológicas burgalesas y nacionales consideraron, alabando al pintor y su obra (“avanzado de lo abstracto”, “espejo del arte contemporáneo”,…), que con su muerte se había cerrado una de las páginas más brillantes de la creación artística en Burgos en el siglo XX.


3.- ESTILO Y OBRA PICTÓRICA:
En la obra de Modesto Ciruelos se funden todas sus experiencias adquiridas, desde su formación académica al contacto con las vanguardias, sin renunciar a nada, ni por temas ni por estilos.
Con sus ansias por aprender-saber, tanto en la teoría como en la práctica, de todo lo que se movía en el mundo del Arte, y más en concreto en el de la pintura, dotado de una gran curiosidad, obsesionado y entregado por entero a su libertad pictórica, con método y disciplina, Modesto Ciruelos se sumergió en buena parte de los “ismos” artísticos más sobresalientes de su tiempo, recibiendo y modificando influencias en sus pinturas, pero sin especializarse (contrario a ello incluso dentro de un mismo género).
En ese sentido fueron emblemáticos para Modesto Ciruelos, además de Picasso, Cézanne, Van Gogh, V. Kandinsky, P. Mondrian y P.Klee como más directamente relacionados con la abstracción informalista, J. Fautrier (“por aquello de la materia”), Fran Kline (“por sus estructuras”); y Hans Hartung y G. Mathieu por la soltura y efectos de sus grafismos (El autor) se considera asimismo admirador de J. Miró, de Tapies y de los componentes del grupo “El Paso”, en especial de Millares, Saura y Canogar (13).
Experimentando, buscando, adaptando,…, cada muestra de su pintura, en esa variedad de estilos, incluso dentro de los mismos, nunca es semejante a las anteriores y si reflejo de sus preocupaciones pictóricas del momento; de forma que según algunos críticos se podría creer, bajo una apreciación engañosa, que se estaba ante exposiciones de pintores diferentes lo que es, sin embargo, justa expresión de su personalidad
pictórica cambiante y arriesgada.
Cronológicamente, en cuanto a estilos, podemos resumir lo que el pintor vino en
llamar “fases” de su pintura:
. Hasta 1927: Periodo de curiosidad y de aprendizaje, de realismo, con cambios en la luz y el color dependiendo del lugar en que se encuentre: Madrid, Burgos, Lugo, Palma de Mallorca,…
. Durante la Guerra Civil se acerca al impresionismo de la mano de Monet y de Cezanne.
. Tras la Guerra Civil (1939): El pintor se considera “cezanniano” y “picasiano” (con personalidad propia, redondeando las formas cubistas y coloreándolas a su manera) y se manifiesta interesado por el naturalismo y el cubismo. Dentro del cubismo adoptará, para alguna de sus exposiciones, el objetualismo del “collage” empleando con profusión tiras de un papel similar al de sujetar, en aquellos tiempos, en las peluquerías, el paño al cuello del cliente (un “collage” con material nuevo). Para el relieve efectivo, utilizará como base (oculta al espectador) un relleno con diversidad de materiales (cartón, tela, estuco,…). Y para dar cuerpo a la propia pintura en la abstracción matérica, tierras, arenas y polvos de variado grosor, generalmente sobrepintados al óleo (14), logrando en algunas series en blanco y negro formas que luego recordarán a los volúmenes de Eduardo Chillida.
. A partir de ese momento comienza, desde un expresionismo avanzado, su camino hacia la abstracción. Sus figuras humanas, sus paisajes y naturalezas muertas de entonces serán sobrias en su concepción, de mucha expresividad, con economía de líneas plasmando lo sustancial.
. Así de 1 941 a 1945, la figuración es reducida a esquemas dentro de un expresionismo o surrealismo abstractizante, conservando la figuración en lo
fundamental de la composición.
. En 1955 emplea técnica de dibujo a lo Van Gogh.
. En los años 60 trabaja con una abstracción compuesta en su mayoría por una zona central de color, generalmente con una tonalidad dominante, y trazos y grafismos periféricos (la estilización de la obra se supedita al color). Abstracción que luego enlaza (1962) con el pop-art.
. Abstracción que luego el pintor sublima, fruto de sus conocimientos, en los años 80 (abstracción preciosista). La obra de este periodo es considerada por los críticos la más objetivamente hermosa e importante del pintor.
De todas formas, su obra no sigue, en muchas ocasiones, un mismo camino, y así repasa , con nuevas exigencias de perfección, tendencias anteriores.
En cuanto a temas, el mundo que se le ofrecía sirvió a su trabajo: escenas cotidianas, paisajes, personas que le rodeaban, naturalezas muertas,…; temas que luego, en su avance artístico reduce a líneas, esquemas, estructuras, composiciones,…, hasta llegar a las rotundas figuras de su vejez.
Respecto al color, Modesto Ciruelos, siempre lo cuidó en toda su obra de acuerdo con su exquisita sensibilidad y jugo un papel capital en su trabajo expresionista y abstracto (considerado por algunos críticos de “colorista de gran pureza”).
En resumen, los caminos en los que Modesto Ciruelos desarrolló su genialidad artística fueron el realismo (aunque poco de realismo-realismo), el expresionismo (recorriendo todos sus tipos hasta el expresionismo abstracto), la abstracción y su enlace con el pop-art. De todas formas, aunque, en conjunto, la mayoría de sus obras se encuadran en el expresionismo y la abstracción, no se puede decir que Modesto Ciruelos tuvo un estilo único o que estuviera encasillado en uno o más estilos, ni que incluso lo estuviera dentro de un mismo género.
A lo largo de su dilatada carrera artística, creó una obra compuesta de alrededor de mil dibujos y pinturas y expuso en 101 ocasiones, de ellas, 33 fueron muestras individuales, 16 internacionales y el resto colectivas. Así tuvo la oportunidad de exponer en tres continentes y compartir muestras con lo más granado de la contemporaneidad artística española. Desde su primera exposición en el Salón de Otoño de Madrid (1931) fue ampliando horizontes (hasta 1992), primero en España en las principales capitales, luego en Europa (París, Bruselas, Helsinki, Munich, Berlín, Bonn, Basilea, Venecia,…), más tarde en América (Sao Paulo, Montevideo, Buenos Aires, Washington, Nueva Cork, San Francisco, La habana, Caracas, Santiago de Chile, Quito, Lima, Bogotá,…), hasta llegar a Asia (Tokio, Osaka y Nagoya). Muchas de esas exposiciones en el extranjero fueron colectivas, lo que sirvió al pintor para compartir catálogo con los grandes nombres de la pintura del siglo XX (Picasso, Miró, González, Juan Gris, Tapies, Cuixart, Saura, Miralles y Canogar).
Señalar, por último, que en la actualidad aún se está a la espera de que las autoridades burgalesas habiliten un lugar adecuado en la capital para acoger de forma permanente el legado pictórico de Modesto Ciruelos.
Legado que se encuentra repartido en varios museos (Museo Nacional Centro de Arte “Reina Sofía” de Madrid, Museo de Arte Moderno de Barcelona, Museo de Arte Abstracto de Cuenca, Museo de Bellas Artes de Bilbao, Museo de Bellas Artes de Burgos, Museo Jey-Hour Perlin de Nueva York), galerías de arte (Nacional Art Galery de Nueva York y varias galerías españolas), instituciones varias (Ateneo de Madrid, Nuevos Ministerios de Madrid, Ateneo de Santander Diputación Provincial de Burgos, Ayuntamiento de Burgos, Caja de Ahorros Municipal de Burgos, Caja de la Unión de Burgos, Archivos de Arte de la Bienales Internacionales de Venecia y Sao Paulo,…) y colecciones particulares en España (en Madrid, Cantabria, el País Vasco, Aragón, Toledo, Cataluña, Valencia, Mallorca, Galicia, Zamora, Valladolid, Burgos,…) y en el extranjero (en los Estados Unidos, Brasil, Argentina, Inglaterra, Francia, Italia y Japón), amén de las que obran en poder de su familia más próxima.


4.- CONCLUSIONES:
A la vista de lo expuesto, sobre el pintor burgalés Modesto Ciruelos podemos concluir, destacando los aspectos más significativos de su vida y obra, lo siguiente:
. Nació para pintar y su biografía lo demuestra con amplitud: siente la necesidad de pintar desde niño, aprende a pintar y pinta sin descanso hasta su muerte, y su actividad profesional, cuando la ejerce, corresponde a la docencia del dibujo artístico.
. Pintura y aprendizaje que se mezclan obsesivamente a lo largo de su vida. Así su curiosidad innata le empujará constantemente a experimentar sin ser experimental, a pasar por la teoría y la práctica de los más variados “ismos” de su época, de forma que como pintor intuitivo, anticipador pero no pionero, realizará obras que más tarde avanzarán en desarrollo de la mano de otros pintores.
. Estilísticamente su pintura pasó por “fases” (no tuvo un estilo único): desde el realismo inicial, pasando por un acercamiento al impresionismo y por un posterior naturalismo y cubismo, hasta llegar a un expresionismo avanzado que le llevaría a una abstracción que enlazó con el pop-art y que luego hizo preciosista. Si embargo, su camino no fue lineal ya que en ocasiones volvía, repasando, sobre tendencias anteriores.
. Temáticamente pintó retratos (en los que destacará toda su vida), escenas cotidianas, naturalezas muertas, paisajes y figuras. Por otra parte, el color fue siempre tratado con gran sensibilidad. Fue un pintor colorista, sobre todo en sus trabajos expresionistas y abstractos.
. Fruto de su trabajo fueron los alrededor de 1.000 dibujos y pinturas, y sus 101 exposiciones (16 internacionales, 33 individuales y el resto colectivas).
. La mayoría de su obra la realizó en Burgos. Una ciudad que, en aquella época, fue lenta en comprender su obra más avanzada. Esto, unido a su propio carácter introvertido y un tanto huraño, obró seguramente, a pesar de sus buenas relaciones con críticos y pintores de altura de su tiempo, en contra de su proyección nacional e internacional. Proyección que a la vista de su obra hubiera indudablemente merecido.


BIBLIOGRAFÍA:
. CASTRO ARINES, JOSÉ de. “Ciruelos. Crónica de una Anticipación”. Diputación Provincial de Burgos (Serie Artistas Burgaleses). 1982.
. BOUZA, ANTONIO L. “Modesto Ciruelos. Exposición Antológica”. Caja de Ahorros Municipal de Burgos (Obra Social). 1993.


NOTAS:
(1) Datos extraídos de “Ciruelos. Crónica de una Anticipación”. José de Castro Arines. Banco de España y Diputación Provincial de Burgos, 1982 y de “Modesto Ciruelos. Exposición Antológica” (“Semblanza”). Texto de Antonio L. Bouza. Publicaciones Caja Burgos. 1993.
(2) Castro Arines, José. “Ciruelos. Crónica de una anticipación” Pág.12 y 13.
(3) Bouza, Antonio L. “Modesto Ciruelos. Exposición Antológica”. Pág.1
(4) En este apartado biográfico sólo se citarán las exposiciones de más importancia significativa.
(5) Bouza, Antonio L. “Modesto Ciruelos. Exposición Antológica”. Pág. 18.
(6) Castro Arines, José. “Ciruelos. Crónica de una Anticipación). Pág. 120.
(7) Bouza, Antonio L. “Modesto Ciruelos. Exposición Antológica”. Pág. 19.
(8) Bouza, Antonio L. “Modesto Ciruelos. Exposición Antológica”. Pág.20.
(9) Bouza, Antonio L. “Modesto Ciruelos. Exposición Antológica”. Pág.20.
(10) Castro Arines, José. “Ciruelos. Crónica de una Anticipación”. Pág.70.
(11) Bouza, Antonio L. “Modesto Ciruelos. Exposición Antológica”. Pág. 24.
(12) Bouza, Antonio L. “Modesto Ciruelos. Exposición Antológica”. Pág.26.
(13) Bouza L., Antonio. “Modesto Ciruelos. Exposición Antológica”. Pág. 58.
(14)Bouza L., Antonio. “Modesto Ciruelos. Exposición Antológica”. Pág. 62.

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