domingo, 30 de septiembre de 2007

PREVISIÓN Y PROSPECTIVA, RETOS PARA EL ANALISTA DE TERRORISMO


PREVISIÓN Y PROSPECTIVA, RETOS PARA EL ANALISTA DE TERRORISMO

Fernando Pinto Cebrián

Tan necesario como conocer la esencia de un problema (información) es tener y saber emplear las herramientas (el análisis entre otras) para resolverlo.


Resulta habitual escuchar, respecto a las acciones a desarrollar en la lucha contraterrorista o antiterrorista, los tópicos de prevenir, combatir y terminar con el terrorismo (no por tópicos faltos de interés).
Acciones que marchan en tiempos paralelos a los correspondientes a la actividad terrorista:
. Prevenir, para evitar que un grupo terrorista nazca y se desarrolle y que sus acciones de terror aparezcan. Para todo analista contraterrorista, sea cual fuere la tipología del terrorismo, adelantarse a la posible organización en el interior del país o a la llegada de fuera de un grupo terrorista, evitando así su aparición, es un gran éxito de prevención (algunos autores consideran que tal prevención está fuera de la lucha antiterrorista al no estar los terroristas instalados aún en el país y no desarrollar atentados).
. Combatir, para impedir, cuando el grupo terrorista ya ha aparecido, sus acciones de terror y el crecimiento de su fuerza. Adelantarse a los terroristas en cualquiera de sus actividades para desbaratarlas y propiciar su detención es una gran victoria. En este caso, tal adelantamiento supone sólo una acción, un combate en términos militares, dentro del nivel táctico de la lucha cotidiana contra el terrorismo.
. Terminar con el terrorismo para, con la desaparición real del grupo terrorista, volver a la normalidad. A tal fin se requieren acciones multidisciplinares de mayor alcance en el tiempo y en el espacio, acciones estratégicas, en las que el adelantamiento temporal a las intenciones de los terroristas sea mayor al objeto de poder anular completamente su organización y actividades.
Acciones (prevenir, combatir y terminar) que, a pesar de la simplicidad expositiva, requieren trabajos complejos para aquellos que intervienen en tal lucha antiterrorista en sus diferentes niveles según tiempos y espacios de actuación (nivel de intervención u operacional, de información y de inteligencia).
Aquí nos centraremos únicamente en aquel que compete a los analistas de terrorismo en general
En principio, al añadir al término genérico de analista su funcionalidad específica, la definición resulta obvia: aquel que, cualquiera que sea su método de trabajo, disecciona el fenómeno terrorista para conocer su proceso teniendo presentes los objetivos generales de prevenir, combatir y terminar con el terrorismo.
En cuanto a sus cualidades, el analista, dejando al margen el debate de si éste nace o se hace, precisa, para el buen desarrollo de su función, una especial sensibilidad producto de un conjunto, suma de cualidades generales o personales, de otras específicas o profesionales de absoluta necesidad y de una dilatada experiencia.
De esa forma, el analista, aplicando los métodos apropiados al caso, realizará la transformación de la información (conjunto de noticias sobre el terrorismo) que obtiene y recibe, en un proceso continuado a través de la recepción de nuevas informaciones, en elementos fundamentales para la lucha contra el terrorismo.
Al hablar en la lucha antiterrorista de prevenir, combatir y terminar con el terrorismo conveníamos genéricamente unos tiempos de adelanto o de anticipación a toda actividad terrorista que el analista de terrorismo habría de buscar en su trabajo para que éste fuera eficaz: adelanto a la aparición del grupo terrorista, adelanto para evitar sus atentados y actividades tras su aparición, y adelanto en sus intenciones para facilitar el fin del terrorismo.
Tipos de adelantos, diferentes en cuanto a sus tiempos (corto, medio y largo plazo) que suponen un gran reto para los analistas de terrorismo, y que nos permitirán acercarnos a los conceptos de previsión (en cuanto busca visualizar el futuro posible a corto y medio plazo para conocer, a través de algunas señales e indicios, lo que va a ocurrir) y de prospectiva (en cuanto busca visualizar los futuros lejanos posibles para, actuando en el presente, lograr el futuro conveniente); conceptos enlazados a su vez, en cuanto a su empleo, con el producto del trabajo del analista de terrorismo.
La previsión (acción y efecto de prever), concepto diferenciado de la prospectiva aunque relacionado con ella en cuanto nos habla del futuro, busca, por su parte, explicarlo desde el pasado. Se trata de la visión parcial de un futuro único y cierto, conformado a través de variables conocidas, objetivas y cuantitativas; en nuestro caso a través de las informaciones habidas sobre el grupo terrorista. Informaciones que transformadas en hipótesis y modelos (en general deterministas y cuantitativos) nos ayudan, en definitiva, a prever lo que ocurrirá si no hacemos algo para evitarlo (aquí entra la actividad de la lucha antiterrorista para limitar e impedir las actividades terroristas).
En cuanto a los tiempos, hay que tener en cuanta que los clásicos de corto, medio y largo plazo (en general de uno, cinco y un periodo superior de años, respectivamente) empleados por los analistas fuera del trabajo antiterrorista, pueden ser aquí menores, ante la necesidad, en algunos casos, de una respuesta cercana a la inmediatez.
Así la previsión procurada por el analista de terrorismo acoge todos los plazos apuntados y busca las posibles amenazas terroristas que se producirían en esos tiempos y en una fecha que el analista sólo se puede señalar con cierta aproximación (marca las alertas).
Lo que se apunta, en definitiva, es una tendencia lógica de la actividad terrorista en los plazos citados que ayude a la toma de decisiones en contra inmediatamente ejecutables.
Asimismo se ha de tener en cuenta la rapidez o lentitud con que los hechos se producen; velocidad que se hará notar en la intensidad del trabajo del o de los analistas de terrorismo.
En todo caso son tiempos a aprovechar por los encargados de la lucha antiterrorista para adelantarse a la actividad terrorista y frustrarla mediante un proceso de anticipación intelectual basado en una información veraz y contrastada; proceso generalmente empleado, en este caso, para prevenir a corto plazo el nacimiento o aparición inminente de un grupo terrorista y sus actividades, y para combatir el terrorismo una vez nacido y asentado coadyuvando con tal combate a terminar con el terrorismo.
Para este trabajo se requieren analistas especializados en previsión (en hipótesis y modelos, entre ellos los más probables y los más peligrosos), y como estas previsiones pueden variar con cada analista se hace necesario el trabajo en equipo al objeto de confrontar, a través de discusión ordenada, los puntos de vista personales y lograr, mediante la complementariedad, una visión común de la situación
Al hablar de prospectiva ampliamos la visión del futuro; visión más global y alargada en el tiempo. Abarca una mayor cantidad de posibles acontecimientos y se alarga el plazo temporal para la comprensión de sus efectos (generalmente un plazo mayor que el largo plazo antes aludido). Aquí ya no se trabaja con hipótesis o modelos, aunque se deban tener en cuenta asociándolos a la prospectiva, se trabaja imaginando escenarios (descripciones alternativas del futuro pensados estratégicamente) planteados sobre los futuros posibles con la finalidad última de planificar las acciones necesarias (estrategias de acción) para evitar o acelerar su ocurrencia. Ahora el futuro, múltiple e incierto, abierto e indeterminado, es la razón de ser del presente, es decir, se crean unos futuros hipotéticos (por ejemplo, el más probable y los más peligrosos) y se interviene sobre ellos desde el presente, mediante métodos cualitativos y estocásticos (relativos al azar), para diseñar y construir el futuro que elegimos (en este caso un futuro sin terrorismo).
Al analista se le pide, por tanto, una mayor creatividad y profundidad de análisis evitando en lo posible la influencia de las condiciones del presente, por eso es el campo de trabajo de los mejores analistas ya que han de lidiar con una gran cantidad de variables cualitativas, cuantificables o no, subjetivas y muchas de ellas desconocidas.
En este caso el adelanto temporal a las actividades terroristas es superior al considerado para la previsión. Tipo de adelanto que aparece al hablar de prevenir la posible aparición de un grupo terrorista cuando la misma se supone sería sólo posible a largo plazo (amenaza lejana) buscando evitarla, a la hora de combatir cuando se trabaja sobre la posible evolución cuantitativa y cualitativa de sus acciones también en dicho plazo y frustrarlas desde lejos, y al hablar de terminar con el terrorismo ante la necesidad de plantear proyectos y estrategias a largo plazo.
Es por ello, por lo que aquí se superan, lógicamente sin olvidarlas, las previsiones actuales y estimativas, apareciendo otras que podemos convenir, didácticamente hablando, en denominar previsiones del futuro.
Previsiones del futuro, ahora ya prospectiva, que, desarrolladas, deben ayudar a la toma de decisiones, más o menos inmediatas teniendo en cuenta todas las vías alternativas de actuación, que lleven a la obtención, por su influencia, de resultados favorables en el futuro previsto. Prospectiva que, como las anteriores previsiones, también se ha de revisar y actualizar constantemente.
Para este trabajo, en atención a que la previsión y la prospectiva emplean diferentes métodos de análisis, se han de emplear equipos diferentes de analistas, separados en cuanto a su trabajo específico pero unidos en cuanto al conocimiento del presente, del futuro inmediato y del posible lejano al objeto de que la eficacia de su participación conjunta en la lucha antiterrorista sea continua en el corto, medio y largo plazo.
En conclusión:
Adelantarse, anticiparse a la amenaza terrorismo en cualquier momento de su actividad (corto, medio, o largo plazo) para acabar con el mismo debe ser para los analistas de terrorismo, cualquiera que sea su nivel, uno de sus objetivos prioritarios.
Anticipación que se ha de procurar siempre, tanto en el terreno táctico (corto y medio plazo) como en el estratégico (largo plazo), sin perder de vista la flexible dependencia y unidad de acción que deben existir entre ambos campos de trabajo al objeto de evitar discontinuidades informativas y lograr, en su caso, ser menos sorprendidos por las actividades terroristas y evitar caer, lo menos posible, en situaciones de crisis.
Es aquí donde la aplicación de los métodos relativos a la previsión y a la prospectiva supone, para adelantarnos en el tiempo a las futuras actividades terroristas, el verdadero reto del analista de terrorismo, y su logro, el éxito de su trabajo.

BIBLIOGRAFÍA:

GODET, Michel (1993). De la anticipación a la acción: manual de prospectiva y estrategia. 1ª ed. Bogotá (Colombia): Marcombo, 1993.
GODET, Michel (2001). Creating Futures : Scenario-planning as a strategic management tool. Washington (EEUU) : Económica-Brookings, 2001.

sábado, 22 de septiembre de 2007

LA BRUJA


LA BRUJA

Fernando Pinto Cebrián

(De mis “Apuntes de Pensamientos y Sueños”)

Cuando llegué con el haz de leña a la espalda, la bruja seguía sentada a la lumbre.
Descargué el fardo sobre el suelo, al lado del hogar, mientras ahogaba un gemido de dolor. Los troncos mojados al resbalar habían arañado mi espalda tras rasgar mi vieja camisa.
Fuera, la nieve continuaba cayendo con la misma intensidad que horas antes, cuando a pesar del frío salí al exterior.
Todavía quedaba bastante leña por recoger para cumplir lo ordenado por la bruja, pero ya había tomado mi decisión.
Sin embargo, tenía miedo, un miedo horrible a no tener suficiente valor para llevarla a cabo.
Miré hacia el fuego y la vi, permanecía allí inmóvil, amodorrada, terrible,…
La sangre corrió más deprisa por mis venas cuando sentí entre mis dedos el mango del cuchillo que me disponía a usar.
Desde que tuve uso de razón me sentí esclavo. Dominado por la bruja nunca conocí el significado de la libertad.
Mi vida había transcurrido entre las cuatro paredes de aquella sucia cabaña.
Odiaba a la bruja con todas mis fuerzas, pero nunca había podido deshacerme de ella.
El dominio que ejercía sobre mi persona era total y la rebeldía que a diario brotaba en lo más íntimo de mí ser no tenía la fuerza suficiente para mover el motor de mi voluntad contra el hechizo.
Ya era un hombre e intuía mi derecho a ser libre.
Hoy me había dado cuenta de que la verdadera palabra era esa: intuir.
Hasta entonces había pensado en la libertad como algo desconocido, que me faltaba, pero no pasaba de ahí.
Hasta entonces no sabía nada, no era nada.
Hasta entonces no me había dado cuenta de mi error. El no poder sustraerme a la influencia de la bruja no era, como había creído, un elemental problema de voluntad, sino una falta absoluta de conocimiento de mí mismo.
Y, en ese momento, cuando poco a poco la luz se fue haciendo en mi cerebro, sentí que las fuerzas acudían a mi brazo y se transmitían al cuchillo que empuñaba.
La bruja seguía sentada frente a las llamas.
Lentamente me acerqué sintiendo como aumentaba el ritmo de los latidos de mi corazón.
Por mi frente resbalaron gotas de sudor que se helaron apenas atravesaron la piel.
Las llamas mantenían su danza macabra, en la que millares de figuras nacían y morían en breves instantes.
Y entre las sombras la vieja bruja dormitaba.
Haciendo un esfuerzo sobrehumano la tomé por los hombros y la volví hacia mí.
Sentí un estremecimiento de terror y ahogué el grito de espanto que había nacido en mi garganta cuando mis ojos se posaron sobre su arrugada cara.
La bruja estaba muerta, tal vez lo había estado siempre, quizás siempre había sido libre…

(En este mundo siempre hay ataduras que nos embrujan, que nos dominan. Ataduras que, conocidas, debemos y podemos romper).

viernes, 21 de septiembre de 2007

LUANDA (ANGOLA). ESBOZO DE ALGUNOS EDIFICIOS DEL PERIODO COLONIAL PORTUGUÉS

LUANDA (ANGOLA). ESBOZOS DE ALGUNOS EDIFICIOS DEL PERIODO COLONIAL PORTUGUÉS.



Fernando Pinto Cebrián
(De mis apuntes de libreta)



Resistieron los avatares de la independencia, conflictos posteriores y el paso del tiempo, manteniéndose vivos, con marcado e influyente estilo propio, en la historia urbana de Luanda, capital de Angola.




1.- Rua Kanangulo. Edificio "D. Quixote":



2.- Rua Rey Katiaval:




3.- Avenida Lenin:




4.- Rua Joaquim Capango:




5.- Avenida da Ilha:




6.- Calçada do Municipio. Igreja do Carmo. 1689:

jueves, 20 de septiembre de 2007

INTRODUCCIÓN A "LA GEOGRAFÍA Y LA GUERRA. UN ANÁLISIS DE SUS RELACIONES"


INTRODUCCIÓN A “LA GEOGRAFÍA Y LA GUERRA. UN ANÁLISIS DE SUS RELACIONES”


Fernando Pinto Cebrián


No se trata aquí de conformar una historia de la “geografía militar”, aunque algunos de los datos aportados en el texto, lógicamente, entren dentro de ella, ni tampoco expresar métodos de trabajo.
El presente trabajo persigue la finalidad de intentar determinar el papel que la geografía y la topografía, ésta como aspecto más concreto de la primera, juegan en el fenómeno de la guerra; de resaltar la importancia que han tenido y tienen estas variables, pero tratando de destacar algunos datos referentes al porqué de cada época o de cada tipo de conflicto; de ver si hay evolución en el empleo desde la topografía a la geografía, no sólo teóricamente, desde el terreno de lo inmediato al del conjunto del país, sumándole otros aspectos en relación con el pueblo que lo ocupa; de detectar si en tal evolución tienen algo que ver las concepciones tácticas y estratégicas de las guerras; de reseñar si hay una mínima relación de correspondencia entre topografía-táctica y geografía-estrategia; de analizar conflictos de carácter específico (guerrillas-contraguerrillas, guerra nuclear…), buscando una línea similar a la seguida para el análisis de los conflictos “normales”.
Al margen de todas estas consideraciones, habrá que tener también en cuenta que la geografía-topografía, en su historia, tampoco ha sido totalmente independiente del fenómeno de la guerra para lograr algunos de sus avances científicos (dogmáticos y pragmáticos), como no lo fue de la navegación, de los descubrimientos y del comercio.
Muchos de los tratados sobre geografía de la antigüedad (Herodoto, Estrabón…), con su estilo descriptivo de pueblos, regiones, accidentes orográficos, hidrográficos, caminos, recursos, etc., y compuestos, por tanto, fundamentalmente por la corografía (descripción de alguna región que tenga una extensión más bien grande), la topografía (descripción con detalle de algún lugar o extensión pequeña de la Tierra) e hidrografía (descripción general y en detalle del agua de la Tierra), sirvieron posteriormente en la práctica, no sólo a navegantes y científicos, sino también a muchos Generales que se aprovecharon de su estudio antes y durante sus campañas, o que propiciaron su desarrollo convencidos del valor de su apoyo para lograr la victoria y de que, como nos dice Bernhard Varenio (1622-1650): mientras la dedicación a casi todas las demás artes se ve afectada dañinamente por las guerras, sólo la Geografía aumenta con aquellas junto con la que llaman Fortificatoria (Del Capítulo I: Origen de la Geografía, de su obra Geografía General, 1650. Texto que fue utilizado para la enseñanza militar en los siglos XVII y XVIII en Saint Cyr, y también en Moscú para la formación de los oficiales de la Marina en 1718).
Hoy día, una vez alcanzadas y sobrepasadas las concepciones sobre “geografía aplicada” bajo diferentes formas de pensamiento, la “geografía militar” es ya un hecho incuestionable, aunque no aún con la independencia de materia nueva; y, así, es asignatura común en academias militares y escuelas de Estado Mayor (con una larga tradición en ocasiones), sin ser difícil el que, como ocurre todavía en gran número de países iberoamericanos, la geografía oficial esté basada en la de algún centro de las Fuerzas Armadas.
Aspectos éstos que han dado pie a que algunos autores, seguidores de la denominada “geografía radical” lleguen a concebir la geografía como una rama más para la guerra (Yves Lacoste en 1976 decía que la geographie, ça serv d´abord à faire la guerre), superando la idea de que la geografía es sólo un “soporte” sobre el que se hace la guerra y que hay que conocer lo mejor que se pueda para evitar, si fuera posible, la guerra y, en el peor de los casos, la derrota, para añadir que la geografía es también una “herramienta” con la que se hace la guerra.
En todo caso, como se detectará en el texto, las cosas no son nunca tan simples como para plantear generalizaciones que valgan eternamente; éstas pueden esbozarse o intuirse en algunas ocasiones, tímidamente, pero teniendo en cuenta siempre que el hombre, con su inteligencia, da toque final en cuanto al empleo de ese “soporte-herramienta” que supone la “geografía-topografía”, y que es así como, junto con otros factores tratados igualmente, se llega a crear “arte”, aún dentro de la irracionalidad de la guerra.
Por último, conviene señalar que el empleo del binomio “geografía-topografía” a lo largo del texto se produce como consecuencia de querer resaltar dos niveles de observación, uno general y amplio y otro más inmediato del mundo que nos rodea; niveles que también estarán, a su vez, en contacto con los de decisión y ejecución de lo militar en el “fenómeno de la guerra”, en forma diferenciada, aunque manteniendo siempre, de una manera u otra, su ineludible y necesaria relación a través de la evolución de las guerras y de las ciencias.

domingo, 9 de septiembre de 2007

EL "FADO", EXPRESIÓN DE SENTIMIENTOS, DE PASIONES, DE FORTUNAS Y DE INEVITABLES DESTINOS


EL “FADO”, EXPRESIÓN DE SENTIMIENTOS, DE PASIONES, DE FORTUNAS Y DE INEVITABLES DESTINOS


("Sentimientos de Lisboa". Articulo Diario de Burgos. Burgense DB)


Fernando Pinto Cebrián


Eludiendo la faceta turística, el “fado” auténtico, el verdadero (del latín “fas,fatum”: destino) es para el portugués en general y para el lisboeta en particular, algo muy serio y, a la vez, muy complicado de explicar por cuanto hay por medio sentimientos íntimos difíciles de comunicar al extraño (el “fado” de Lisboa es considerado por los entendidos-lisboetas- como el más puro y cercano a los orígenes, probablemente a mediados del XIX, más que el también famoso de Coimbra conectado a su Universidad).
Aunque su música y canto se hacen para el “castellano”, de oído nada acostumbrado, un tanto cuesta arriba, cierto es que, escuchados en alguna “igreja de fado” (forma coloquial de denominar las “casas de fado”, fáciles de encontrar en los viejos barrios de Alfama, Mouraria, Bairro Alto y Madragoa), en el silencio requerido y con el entendimiento bien dispuesto, dejándose llevar lo más posible por el “ser” portugués, es factible alcanzar sensaciones, sentimientos…, llenos de melancolía, de tristeza, de “saudade" (nostalgia y mucho más)…, que serán difíciles de olvidar.
Llegaríamos, tal vez, a intuir la definición que del “fado” nos dejó Amalia Rodrigues, “fadista” por excelencia: “Amor, celos, ceniza y fuego, dolor y pecado. Todo esto existe. Todo esto es triste. Todo esto es “fado”".
Y es que el “fadista”, el cantor, trovador de “fados”, expresión que no se ha de confundir en este caso con la de “truhán” o “rufián”, encuentra siempre la forma, por encima de su aparente monotonía musical, de transmitir la suficiente energía a sus palabras, salidas del fondo de su alma, sobre el amor, próximo ayer y hoy ya distante, sobre el nostálgico recuerdo de la tierra, la casa, el hogar, la familia, la novia dejada…, para que, haciéndolas nuestras, seamos capaces de percibir su poesía, de temblar, de sentir ansiedad por aquel momento nuestro ahora ya inaccesible…, tal y como lo sintieron los viajeros y los marineros portugueses al viejo estilo…
Sólo si alguna vez, “fadados” (predestinados), el “fado” nos alcanza el espíritu, es posible que podamos, aunque ajenos a su mundo, entender también ese “fado” popular que, fuera de locales al uso, podemos encontrar en algunas calles de Lisboa, acompañado por la música desgarradora de un viejo acordeón, viola o guitarra portuguesa.
“Fado” que también nos hablará de amores, de fatalidades, de pasiones, de dolores y tristezas de la vida cotidiana, pasada y presente, de aquella en la que estamos inmersos y que muchas veces, acuciados por la prisa, por la falta de tiempo y mil problemas, no alcanzamos a ver, a comprender…
Tal vez detenernos y escuchar tan solo unos segundos a aquel “fadista” callejero nos libere, por un momento, de la presión vital que nos agobia, ayudándonos a comprometernos con nuestro ineludible destino…, tal vez.

domingo, 2 de septiembre de 2007

INTRODUCCIÓN A LAS IDEAS SUBVERSIVO-REVOLUCIONARIAS


“INTRODUCCIÓN A LAS IDEAS SUBVERSIVO - REVOLUCIONARIAS” (Esbozos para un análisis)


Fernando Pinto Cebrián


Desde hace tiempo, quizás por la caída del marxismo implicado durante tiempo en revoluciones y subversiones, o tal vez ahora por el auge del terrorismo en el terreno internacional, ya no se habla apenas de revolución y/o de subversión.
Así, los términos empleados a mediados del siglo pasado de “guerra revolucionaria” y “guerra subversiva”, y sus anexos de “insurrección armada”, “guerra de propaganda” y “guerra psicológica”, que con sus realidades empujaron a la “contrarrevolución”, a la “contrasubversión” y a la “contrapropaganda”, desarrolladas como “contraguerras” a través de la acción de los órganos de inteligencia, de la intervención policial y de las fuerzas armadas de los países afectados, con el beneplácito gubernamental correspondiente, parecen ahora olvidados y sustituidos por la “guerra contra el terrorismo”, tanto local como internacional-global.
Sin embargo hay que tener en cuenta que muchos de los grupos terroristas actuales mantienen en su ideología (si la tienen) o en sus intereses, de manera oportunista, consciente o inconscientemente, principios de base revolucionarios-subversivos empleando sus formas más características de acción: la política subversiva buscando el “contrapoder” al legalmente establecido, la propaganda para difundir su “idea fuerza”, la acción psicológica para convencer de la legitimidad de sus planteamientos y de las acciones consecuentes, y la “guerrilla” (tanto rural como urbana) como grupo “militar” entre cuyas acciones armadas (asaltos-robos, ocupaciones, emboscadas, acciones callejeras, huelgas, rescate de prisioneros, ajusticiamientos, secuestros, sabotajes,…) incluyen el terrorismo (así aparece en sus textos de metodología).
Es el caso de grupos que se arropan, falsamente y sin verse como “terroristas” (convencidos algunos de lo contrario se ven como “combatientes” a pesar de su error), bajo el nombre de Frentes de Liberación, de Ejércitos de Liberación, de Movimientos de Autodefensa,… Todos, según se dicen a sí mismos (“autopropaganda” en la mayoría de los casos), víctimas de una situación política, económica, social, religiosa.., que les oprime y les somete…
Es por eso que resulta de interés, en el momento actual, no olvidar el aparentemente “viejo” tema de las ideas subversivas-revolucionarias para acceder a un mejor entendimiento de sus planteamientos base y, como consecuencia, poder caminar, mejor orientados, hacia el final de los grupos terroristas.


Muchos son los trabajos que desde diferentes puntos de vista tratan sobre revolución y subversión. El marco del presente, fuera del campo teórico-especulativo y de lo puramente técnico, reúne de forma muy sintética y esquemática alguna de aquellas aportaciones históricas que, a mi juicio, pueden ser las más interesantes para los estudiosos del tema.
En su conjunto se han investigado más las ideas y pensamientos que incidieron en los procesos de lucha por el cambio (no el cambio mismo), creando modelos seguidos luego por los activistas revolucionarios-subversivos, que la narración o la descripción de hechos o acontecimientos (ya nos dijo Ortega que las revoluciones están primero en las ideas, en la mente, en la cabeza de las personas,…). Así pues se observará que más que seguir la historia de las revoluciones, se han buscado unos personajes determinados y sus concepciones intelectuales. A pesar de lo dicho, lo primero (los pensamientos) nunca podrá estar totalmente aislado de lo segundo (los acontecimientos), por lo que se mantendrá un mínimo de los entornos que las vieron nacer y desarrollarse.
Los así escogidos (…Mao Tse Tung, Ho Chi Min, Ernesto “Che” Guevara, Fidel Castro, Carlos Marghela…) son fruto de una selección particular tras el sistemático estudio y análisis crítico de las obras de los más destacados en este terreno por su teoría-práctica, o bien porque sus ideas fueron las más acogidas y empleadas posteriormente por los “profesionales” de la subversión y de la revolución.
En estas líneas no se encontrarán definiciones sobre tales conceptos, la simpleza y a la vez complejidad de una definición conceptual estará, en todo caso, abarcando la conclusión que saque el lector.
En este sentido se ha de señalar que a lo largo del texto nos pasearemos por ideas-pensamientos que tan solo abarcan lo subversivo a secas, por otras que se defienden del ataque subversivo, u otras que marcan pauta a los revolucionarios o que tratan de lo subversivo-revolucionario.
Ideas-pensamientos que sin ser empleadas, en principio, con consciencia de subversivas y/o revolucionarias, evolucionan hasta formar parte de una conciencia, consciente de su finalidad y objetivos, que las emplea con el apoyo de la tecnología a su alcance.
Ideas-pensamientos que cobraron vida contemporánea con la inyección de los marxismos, de ideologías “progresistas” radicales, de connotaciones raciales o religiosas extremas y con el apoyo de nuevas técnicas accesorias.
Ideas-pensamientos que, en su conjunto, se han mantenido a lo largo de la historia y que forman parte de su devenir con una constante adaptación a las nuevas situaciones y circunstancias coyunturales.
De acuerdo con lo expuesto, en este trabajo, se recorrerá a “vuela pluma” un camino que toca el campo militar (“subversión”: astucia que descoloca al enemigo, que “pudre” sus ciudades y sus ejércitos,…), que pasa por el campo político…, hasta entrar de lleno en lo subversivo-revolucionario y su posterior encuentro con los marxismos, introduciéndonos en el mundo contemporáneo.
Dicho recorrido, en este caso parcial, tiene su origen en lo más remoto de la historia de la humanidad, en el convencimiento de la existencia de personas que con sus palabras o sus hechos fueron capaces de corromper en su beneficio (sin entrar en justificaciones éticas) aquello que les rodeaba de forma consciente o no.
Su posterior tecnificación, por el paso al consciente de la utilidad de tales sistemas y procedimientos, fueron la entrada a la verdadera subversión y a su aprovechamiento como herramienta en procesos revolucionarios o de otra índole.
Finalmente se ha de apuntar que el paréntesis “esbozos para un análisis” es el indicador básico del trabajo. Así, con la guía determinante de lo subversivo-revolucionario, se han analizado las obras, opiniones y estudios de interés relativos a los personajes escogidos, desarrollando los análisis por capítulos bajo un formato y expresividad sintética que tienen más de apuntes al margen (esbozos) que de ensayo o tesis definitiva.
“Esbozos” que, como aportaciones iniciales para una vía de estudio más profunda, han de servir, al reunir las concepciones subversivas-revolucionarias de los personajes citados, de engarce entre aquellos textos que generalizan y teorizan sobre subversión y revolución y los que narran y describen en detalle cada movimiento de dicho tipo, y, asimismo, de conductor en la comprensión de su evolución a través de los tiempos.