sábado, 31 de julio de 2010

CON LOS "SECRETOS" AL AIRE...

Fernando Pinto Cebrián


“Secretos” al aire, por no decir otra cosa…
Y no es nada nuevo…

En tal situación se ven ahora, siendo actualidad, los servicios de inteligencia de los EEUU, con los 92.000 documentos secretos relativos acciones norteamericanas en Afganistán, desvelados en la página Web WikiLeaks.
Los titulares y contenidos detallan presuntas operaciones secretas que revelan sospechas de colaboración de la inteligencia paquistaní con los insurgentes…
Y además se teme la publicación de más documentos secretos y no se sabe como parar esta sangría de filtraciones…

Desde lo particular a lo general podríamos analizar filosóficamente lo ocurrido para intentar extraer alguna conclusión sobre aquello que es secreto y lo que le rodea en los EEUU; asunto que ha de quedar, en la búsqueda de la solución adecuada, a la inteligencia norteamericana.
Pero como, por encima de los detalles, la cuestión no es nueva, con seguridad, entre los planteamientos iniciales, algunos han de encajar en las siguientes consideraciones:

1.- El secreto nace para evitar que el enemigo, el que sea, conozca nuestras intenciones, sepa de nuestros intereses y sorprenderlo, caso necesario, con nuestras acciones; o bien, porque lo realizado o por realizar está fuera de toda ética y hay que ocultarlo…
En el primer caso las filtraciones proceden de infiltrados, de agentes dobles, de comprados, de informadores, colaboradores…
En el segundo, pueden provenir también de los anteriores con el objeto de desmontar credibilidades basadas en el prestigio, o de mentes dichas “puras”, más o menos independientes, que no soportan, o dicen no soportar, las situaciones irregulares, injustas, contrarias a sus principios…
En ambos casos, los servicios de inteligencia, como guardadores de los secretos nacionales, sufren un daño grave, pasando a ser incompetentes, poco profesionales…, al tiempo que crece en la sociedad y en el entorno político la idea de su inutilidad y de la necesidad de plantearse, en el límite, su desaparición…

2.- El entorno que ha de crear y/o guardar el secreto debe ser seguro, también secreto y restringido.
Si el punto de origen del secreto, conocido sólo por los que tienen necesidad de saber, se amplía más de la cuenta atendiendo a criterios extensivos de organización poco profesionales, y más si estos no están controlados…, el efecto “corre-ve-y-dile” se pone en marcha por motivos diversos, en los que pueden encajar algunos de los individuos antes citados…
Siempre se ha dicho que el secreto que uno guarda deja de serlo en cuanto se cuenta a otro, a pesar de que el que lo escucha lo recoja a su vez como secreto, ahora el suyo.

Y como nadie está libre de lo dicho, y más, en la sociedad global actual, con las nuevas mentalidades en relación con lo que debe o no mantenerse en secreto, y el concurso de los nuevos medios de transmisión de datos, casos como éste, si las “inteligencias” actuales no se adaptan a la realidad revisando personal, medios y procedimientos, volverán a aparecer…, y tal vez aquellos, sustituidos por otros, inducidos a desaparecer.