viernes, 25 de diciembre de 2009

LUÍS DUEÑAS HERRERA EN LIBERTAD


LUÍS YA ESTÁ LIBRE

¡POR FIN!


Antes tenía que haber sido, pero la total incomprensión de sus captores, fundada en el no reconocimiento de la verdad de su inocencia y en interéses bastardos, no lo permitió.

Lo que ellos no sabían es que, a pesar de todo, el espíritu de Luís estaba lleno de libertad.

Una libertad que no le pudieron robar nunca, ahí radicaba su fortaleza...

Pero es la hora de la alegría por encima de todo, por encima de cualquier crítica, del posible rencor...

Sus captores tal vez no sepan lo que es perdonar, nosotros si.

Imaginad el corazón de sus familiares y amigos..., de todos...
¡Que felicidad!

LUÍS YA ESTÁ LIBRE.

domingo, 1 de noviembre de 2009

LO POSIBLE, LO NECESARIO, LO QUE SE PUEDE


Fernando Pinto Cebrián

No hace falta pasar por el formalismo de definir con exactitud cada una de las locuciones citadas, todo el mundo las conoce y las emplea de forma similar.
Pero, si hay ciertos matices diferenciales en su definición, es en su empleo, cuando las relacionamos con una acción determinada y sus resultados, donde radican realmente las diferencias reales de su interpretación, desde la realidad a la demagogia.

Veamos.

Si bien decimos que hacemos lo posible o todo lo posible cuando ponemos de nuestra parte todo aquello, sin omisión alguna, para alcanzar el objetivo planteado, el resultado, dependiendo si es positivo o negativo, nos hace variar la percepción de ese hacer.
Así, si es positivo, lo posible que se hizo fue realmente lo posible, y entonces nadie lo pone en duda, nadie pregunta.
Pero si fue negativo, si resultó un fracaso, todo lo posible que se hizo puede ser cuestionado en la idea de que algo faltó, ya que incluso si admitimos que cometimos un error, el no darse cuenta del mismo fue una falla en ese hacer todo lo posible.

Si bien decimos que hacemos lo necesario, todo lo necesario, de acuerdo con unas circunstancias determinadas que condicionan nuestra acción, resulta lo mismo que en el caso anterior cuando hablamos de éxito o de derrota.
Se hizo realmente todo lo necesario si se alcanza lo que se quería, no hay entonces ninguna duda.
Y no, cuando no llegamos a ello, puesto que faltó alguna parte de lo necesario que no vimos o nos perdimos al no interpretar correctamente aquello, mudable siempre, que se oponía a nuestra acción.

Si bien decimos que hacemos todo lo que se puede de acuerdo con nuestras posibilidades o capacidades, en la misma línea de pensamiento que en los planteamientos anteriores, también será verdad según el resultado.
Por lo tanto, se hizo realmente todo lo que se pudo cuando nuestra potencialidad fue la ajustada al éxito logrado; pudieron incluso sobrar medios pero con seguridad no faltaron y fueron bien aplicados.
Y no se hizo cuando no lo alcanzamos, ya que, en este mundo de interacciones, en nuestro poder estaba el que, cuando vemos que no podemos, buscar apoyos, ayudas, que amplíen nuestras capacidades a fin de que el ajuste de medios al problema fuera el adecuado.
De todas formas, también hay quien dice que hizo todo cuanto estuvo en su mano y, sin ser verdad, ver corroborado su aserto por haberse alcanzado el objetivo por causas ajenas a sus pobres esfuerzos.
Bien.
Lo expuesto viene al paso de aquellos que dicen que hacen todo lo posible, todo lo necesario, todo lo que se puede, como elemento justificativo del posible desastre futuro o del ya manifiesto.
Por eso se hace siempre necesario analizar de manera correcta la situación en la que se va a actuar haciendo previsiones sobre su evolución, las más probables y las más peligrosas, para de acuerdo con las primeras plantear la acción y con las segundas contar con los medios adecuados para adoptar los cambios necesarios con rapidez y eficacia.

El resultado positivo es realmente lo que cuenta, por eso se hace preciso la mayor objetividad posible y no hablar por demás durante la acción, vendiendo con alegría el producto antes de conseguirlo o llorando por si no lo conseguimos.
Y si esto muchas veces en nuestros asuntos no tiene demasiada importancia, si la tiene, por mínima que esta sea, cuando el interlocutor es un medio, organismo o institución pública donde el elemento pensante, y actuante, no es solo una persona, sino muchas, y además profesionales.

martes, 29 de septiembre de 2009

LOS DUEÑOS DEL "COTARRO"


(sobre los "propietarios" de los "Servicios Secretos)

Fernando Pinto Cebrián

Titular en una revista española: "EEUU investigará la CIA de Bush".

Analicemos.
Para ello, dejando de lado la investigación referida y sus razones, centrémonos inicialmente en la "propiedad manifestada" sin efectuar consideraciones particulares sobre tal Servicio y su "dueño".

En principio podemos apuntar dos opciones generales aptas para cualquier Servicio y cualquier Presidente:
1.- El Servicio "Secreto" es del Presidente, por un periodo de tiempo, el de su presidencia. Es decir, es de su responsabilidad directiva durante tal tiempo.
2.- Es realmente suyo. Dirección analítica absurda, ya que tal institución trabaja por y para la nación, su verdadera propietaria, de ahí su carácter nacional en los países democráticos en puridad.

Sin embargo, en ocasiones, aparece una tercera opción, mezcla de las dos apuntadas.
Aquella que todo el mundo recela como posible y critica cuando se apuntan algunos datos de su realidad:
3.- El citado servicio, dominado, más que dirigido, por una dirección política que soslaya cuando quiere los temas, permanentes o variables, considerados de Estado, y que es utilizado para intereses partidarios o particulares.

Ahora si es conveniente añadir el tema de la "investigación", ya que la opción 3 arrastra tal cúmulo de mentiras, de irregularidades y de irresponsabilidades que resultan, con el tiempo, difíciles de cubrir.

La denuncia externa de los que se sienten engañados y la interna de los que se sienten obligados a obedecer no suele tardar en aparecer en los m.c.s., actuando de catalizador de la necesaria investigación.
Denuncia que acusa a aquellos que, creyéndose dueños del "cotarro", aplican, para su propio interés o el partidario, el "ordeno y mando", el "investíguese y fíltrese", el "olvídese y desaparezca", el "asciéndase al amigo y húndase al contrario",...

Y mientras "no pasa nada", desde "su" impunidad, el bloque profesional subordinado sufre sus embates y los de la sociedad que les acusa, porque los dueños del "cotarro" no suelen admitir nada...
Se anuncian entonces todo tipo de cambios, entre ellos los que el voto nacional con cambio de responsables produciría...
Y lo peor entonces sería seguir igual tras la aparición de otros dueños del "cotarro" en pugna con los anteriores...
Y lo ya diabólico, es que esto, tan simplista, se vea aplicado a cualquier institución, órgano..., tanto político, como económico, social, etc.

¿Alguna vez aprenderemos?
Tal vez si, aunque para algunos todo depende del lado de que dueño del "cotarro" se esté..

domingo, 30 de agosto de 2009

ESTEREOTIPOS


Fernando Pinto Cebrián



En muchas facetas de nuestra vida, como no lo sabemos todo, actuamos apoyándonos en estereotipos.
Sería difícil no tenerlos en cuenta.
Su presumible inmutabilidad nos empuja a actuar, si así lo decidimos, en una dirección determinada que creemos la segura.
Los m.c.s, los grupos políticos, económicos,…, los crean y los difunden, en ocasiones interesadamente, creando sus “verdades”, muchas veces engañosas y contradictorias…
También nosotros desde nuestra formación, experiencia, información que nos llega, entorno social en el que nos desenvolvemos, creamos, a veces engañándonos, nuestros propios estereotipos.
Es así como se llega a conclusiones rápidas; en cierta forma pensamos: cuando ocurre el estereotipo A y luego el B, aparece el C.
Sin embargo dicha formula, expresada aquí en esquema, no siempre es correcta.
En ocasiones A +B no es siempre C, ya que el estereotipo A está equivocado, contiene sólo una parte de la verdad (se transforma por ejemplo en “a”), y lo mismo pasa con el B.
Y como consecuencia no se produce C, sino cualquier otra letra del abecedario.
El factor humano, variable per se, y su entorno, también inestable, promueven sorpresas de tal tipo.
En la toma de decisiones intrascendentes no pasa nada, se corrige en lo posible la dirección y se toma la nueva.
Sin embargo, hay que tener cuidado cuando se toman las decisiones con estereotipos no bien fundamentados en aquellos aspectos de vital importancia.
El resultado puede ser entonces grave.
La oposición a los hechos terroristas de cualquier índole crean también estereotipos en los medios, en el ámbito político, en la sociedad, etc., que pueden ser peligrosos, porque cuando no se produce el C, del que antes hablábamos, se carga negativamente contra los que dirigen tal lucha y los que la realizan.
Y ya es el colmo cuando se habla de suerte y no de profesionalidad, cuando a pesar de no darse el C, por previsión-prospectiva se acierta en el dominio del nuevo resultado (el D, el E,.., el que sea).
Por eso, cuando las cosas no están claras, no hay que crear falsa (o ciertas, quien sabe) expectativas fundadas en estereotipos.
Y menos a nivel de análisis profesional.
En este asunto no vale el “vamos ganando”, “el terrorismo está en las últimas”…, o bien, “es un problema a largo plazo”, “así nunca se acabará con el problema”,…
Optimismos y pesimismos no preparan a nadie para la realidad.
Si hemos de creer en alguno sería aquel de que la unidad, la coherencia en las decisiones y la profesionalidad permitirán alcanzar el C, el D, etc.
Aquel, no importa la letra, que fuera el resultado final definitivo y positivo del problema.

viernes, 31 de julio de 2009

TIEMPO DE VIDA Y MUERTE



Fernando Pinto Cebrián


El pastor de camellos con el que compartíamos un té debajo de una “talha” en el desierto mauritano, tras decirle que teníamos prisa por llegar a nuestro destino, nos planteó la siguiente divagación filosófica.

Tras dibujar en la arena con un palito un rectángulo comenzó a hablar:

- Esto que dibujo es nuestro espacio de vida, espacio donado por Allah.

- Nacemos aquí (entiéndase el punto A).

- Y morimos aquí (véase el punto B).

- Nuestra vida va desde este punto (A) a este otro (B), pero no en línea recta.

- Allah nos permite andar hacia arriba, hacia abajo, según nuestra elección pero siempre hacia delante…

- En esa línea de vida se suman los tiempos, día a día, con la familia, con los demás, el tiempo de nuestras relaciones, de nuestro trabajo,…, y todos tienen su valor.

- Tiempos en equilibrio. Por eso hay que vivir sin prisas, dando a cada cosa su tiempo.

- Vivir como aquí, relativizando el valor de cada tiempo. No como vosotros que siempre tenéis prisa, que sólo pensáis en el trabajo sin daros cuenta de que en la vida hay algo más que eso, muchas veces más importante…

Y en la idea de que aquel pensador del desierto tenía mucha razón, de que ciertamente nos dejábamos arrastrar por los apremios de la vida laboral…, nos dijimos adiós para seguir caminando en nuestro rectángulo de vida, hacia B, con aquellas premuras occidentales con las que ya no sabíamos vivir…

Además cualquiera le explica el asunto de la crisis, del paro..., y demás malditos sucedáneos.

viernes, 26 de junio de 2009

SOBRE LOS PROBLEMAS-CRISIS DE LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA (aclaraciones)

SOBRE LOS PROBLEMAS-CRISIS DE LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA
(aclaraciones)



Fernando Pinto Cebrián



Todos los centros, instituciones, organismos,…, oficiales o no, llevan en su seno la semilla de una posible crisis.
En general, la acción, nunca perfecta, del hombre y de sus agrupaciones, deja siempre abierta la posibilidad a tal amenaza.
Lo que ocurre es que en los Servicios de Inteligencia (entiéndase “Secretos”), cualesquiera que estos fuesen, nacionales o extranjeros, cualquier problema en su estructura, en sus funciones, en su personal,…, se agudiza en atención a su misión, y, mucho más, si aquel aparece en la palestra pública.
Y no sólo.
La calidad específica de su personal puede enrarecer más el ambiente y hacer que la crisis sea más dolorosa para aquellos que la sufren.

Para aclararse en el asunto se hace necesario determinar primero, en esquema básico, siempre ampliable con la realidad, que tipo de crisis se pueden presentar en tales servicios:

- Por su origen:

. Externa:

Propiciada desde fuera del Servicio por un grupo o grupos (servicios extranjeros enemigos, servicios nacionales con problemas de relación, facciones políticas, gubernamentales o no, etc.), interesados en el freno de unas actividades que les afectan directa o indirectamente.

. Interna:

Pugna entre grupos internos por hacerse con el “poder” que otorga la dirección del Servicio al desarrollo de sus planteamientos profesionales, facilitar sus carreras, etc.

. Mixta:

Desarrollada con la connivencia de grupos externos e internos interesados en modificar el Servicio (mandos, objetivos, etc.), de acuerdo con unos intereses comunes (en todo o en parte). En este caso el “grupo director” puede ser interno, externo, o mixto.

- Por aspectos varios influyentes en su actividad:

. Finalidad-misiones-objetivos:
Rechazo por parte de algunos profesionales a modificarlos a pesar de su inadaptación a los nuevos tiempos.
Aparición de “objetivos irregulares” planteados y desarrollados por algunos grupos internos con el favor de áreas de poder, tanto internas como externas o mixtas.
Desarrollo de misiones sin seguir los cauces comunicativos reglamentarios.
Ocultación de resultados.
Exigencia de cumplimiento de funciones ajenas a las misiones del Servicio.
Planteamiento de misiones fuera de las concepciones democráticas.

. Estructura:


Mantenimiento de una estructura funcionalmente inadecuada al momento político-social del momento, que provoca rechazo y tensiones, tanto externas como internas.
Existencia de una estructura que anula las perspectivas de carrera profesional de algunos sectores del Servicio, favoreciendo a otros.
Falta de medios para el desarrollo de sus funciones.
Gastos administrativos ajenos a las misiones del Servicio.


. Personal:

Existencia de nepotismo afectando a las carreras profesionales de algunos de los miembros del Servicio.
Exigencia de funciones en desacuerdo con las misiones del Servicio.
Formación inadecuada a los tiempos democráticos.
Plan de carrera y de jubilación aplicado discriminatoriamente.


. Otras:

Descubrimiento de la existencia de “agentes dobles”.
Filtraciones interesadas por parte de ex miembros, frustrados en su carrera, en relación o no con otros en activo.
Denuncia de malas relaciones con Servicios “amigos”, nacionales y/o extranjeros.
Fallos de seguridad de cualquier otro tipo.


Y aquellas otras clasificaciones y razonamientos que cualquier analista pudiera plantear con conocimiento de causa.
Ahora encajemos los datos conocidos, contrastados rigurosamente, de cualquier crisis de cualquier Servicio, y tratemos de aclarar donde estamos…

domingo, 7 de junio de 2009

SEGURIDAD ("mercachiflerías")


SEGURIDAD (“mercachiflerías”)

Fernando Pinto Cebrián


Aunque hoy, ante la violencia terrorista (y no sólo), creamos que ahora es el momento de la SEGURIDAD, realmente no es así.
Desde que el hombre, para sobrevivir, toma conciencia de su enfrentamiento con la naturaleza y consigo mismo, tal concepto ha estado, de una forma u otra, siempre presente entre nosotros.

La diferencia es que todo el mundo, por necesidad real o subjetiva, habla ahora de SEGURIDAD.
Se parlotea, se polemiza,…, tanto en noticiarios, como en debates, conferencias, cursos,…, sobre seguridad individual o personal, familiar, comercial, industrial, institucional, de defensa, militar, carcelaria, pública, privada,…, sin tener en cuenta que no es lo mismo hablar de SEGURIDAD, que saber de SEGURIDAD.

Así, hay quienes cuestionan su falta presentando “inseguridades” de todo tipo, o bien, quienes denuncian su exceso, planteando recorte de libertades, e incluso, quienes afirman que ciertas medidas de SEGURIDAD provocan inseguridad en aquellos a los que tratan de proteger.

Consecuencia, una de sus bases iniciales, el secreto que ha de acompañar a la SEGURIDAD, y la sorpresa que ha de sufrir el posible agresor, se ha modificado, por no decir que ha desaparecido.

No hace falta anunciarlo, pero todo el mundo sabe (mejor supone) que muchas casas, hoteles, hospitales, bancos, acuartelamientos, instituciones,…, y determinadas personas, por razón de profesión, cargo, valor político, peso cultural,…, tienen a su alrededor un sistema-medidas de SEGURIDAD.
Unas para evitar el acceso al “enemigo”, otras para evitar que salga si está encerrado, y otras más para evitar, que si entra, pueda salir.

También es de dominio público que la SEGURIDAD (personal y medios) cuesta dinero, y que a más barreras, es decir, a mejor seguridad, más inversión económica.

Asimismo, que a pesar de todo lo que se plantee, en el juego de las hipótesis sobre la que se monta dicha SEGURIDAD (las más peligrosas, además de contar con las probables), hay imprevistos que provocan problemas en la seguridad.
Por algo se habla de hipótesis.

Sabidas todas estas generalidades, extraña que haya quienes consideren la existencia de fallas de SEGURIDAD en el mero hablar de su existencia.
La posible inseguridad se provoca realmente si se hace público el sistema, el método, los procedimientos y los medios concretos empleados.
Hoy día, hablar sólo de lo general sirve más para intimidar al posible agresor que para facilitarle el acceso.

Pero los “mercachifles” con sus “mercachiflerías” al respecto están ahí sin darse cuenta que la SEGURIDAD también vende con ellos.
Repito, no es lo mismo hablar de SEGURIDAD que saber de SEGURIDAD.
Pero, si alguien que sabe realmente de SEGURIDAD se va de la lengua por encima de lo general, y para saberlo hay que saber de SEGURIDAD, entonces si que podría haber un problema de ídem.

Hay que tener en cuenta que, en todo análisis, junto al saber oír y al saber escuchar (cosas diferentes), está también el saber hablar, o mejor saber de que se habla.
Desconocimiento que tal vez sea un pecado del que, por ser hoy tan corriente, nadie, recalco, nadie, escapa.

martes, 5 de mayo de 2009

LIBROS DE "ESPIONAJE" (comentario)

LIBROS DE ESPIONAJE

(comentario)

Fernando Pinto Cebrián

Dejando de lado los textos militares específicos (no abundantes) y las referencias concretas al “espionaje” y la “información” en otros dedicados al Arte de la Guerra de finales del XIX e inicio del XX, desde finales de este siglo hasta hoy, tal tipo de obras son en España multitud.
Aunque académicamente se diferencie el término “inteligencia” (proceso de elaboración de la información) de aquel de “espionaje” (acción para obtención de la información requerida), hemos de tener en cuenta, para una clasificación de conjunto, más amplia, que el primer vocablo no es más que un eufemismo del segundo (cuando se detiene a un agente de inteligencia en territorio “enemigo” se le detiene bajo acusación de “espionaje” y no por otra cosa).
Así, si tenemos en cuenta “el que ha sido” del “espionaje” (su nacimiento, evolución, organización, etc.), tendremos libros dedicados a su historia (que derivará hacia aquella de la “inteligencia”).
Si hablamos del “que es” el “espionaje” (su definición, estructura, trabajo, etc.), encontraremos textos dedicados a los Servicios, Centros…, cualquiera que sea su denominación, dedicados al “espionaje”.
Si tratamos el “que hace” (misiones, acciones concretas, etc.), hallaremos obras relativas a las funciones de los organismos y de sus miembros (“agentes de inteligencia o, socorridamente, “espías”).
Si explicamos el “como lo hace”, tomos que nos describen determinadas actuaciones, de conjunto o individuales.

En el último caso, fuera de los que se dicen de rigor, hay que sumar la “literatura de espionaje”.
Producción literaria que abraza a su vez las publicaciones de ficción o entretenimiento y aquellas otras (editadas bajo autorización o no; con datos recibidos de la “inteligencia” o no) dedicadas, más o menos noveladas, a la vida y milagros de algún “espía-agente de inteligencia”, en su caso devenido en escritor.
Y llegado a éstas, resulta curioso, sometiéndolas a análisis, como intentan dejar entrever ciertas (posibles) realidades personales o generales del organismo que les acoge (crisis de identidad, errores, fallos de seguridad, obsolencia de misiones, luchas internas, divergencias y fallas de cooperación,…), por cuyas delaciones pudieran ser perseguidos por traición.
“Realidades” que los textos anteriores, bajo el rigor académico y la necesidad de mantener el secreto, no expresan.
En su conjunto, todos son perfectamente válidos como vías de acercamiento al mundo del “espionaje-inteligencia”.
Sin embargo, siendo todo lo que a ese mundo rodea tan secreto como se dice ¿estamos ante obras realmente “históricas”? (¿se cuenta toda la verdad del pasado?), ¿realmente estructurales? (¿se nos dice realmente como son?), o ¿realmente técnicas? (¿la realidad se ajusta a los que teóricamente se expresa?)…
En algunos países se abren, pasado un tiempo marcado por Ley, los archivos de los Servicios Secretos y con sus datos se producen textos ad hoc de todo tipo (¿pero realmente se abre todo?)…
Cierto es, que al margen de propaganda interesada, la respuesta es siempre la misma: sabemos lo que necesitamos saber de un mundo secreto.
Está claro, “si el hábito hace al monje”, en este caso el secreto hace que los libros de espionaje, salvo aquellos de ficción, sean como son, incompletos en la verdad, se dice de todo pero no todo.
Hay intereses, pero por encima de ello, vidas en juego de los que nos defienden.
De todas formas, aunque haya que "dar al Cesar lo que es del Cesar", no creamos "en dioses falsos" ni demos a cualquiera "patente de corso".

viernes, 3 de abril de 2009

BURGOS EN EL RECUERDO MILITAR PORTUGUÉS


BURGOS EN EL RECUERDO MILITAR PORTUGUÉS

(anotación)

Fernando Pinto Cebrián


Si en un momento dado se pudieran aislar y analizar cada uno de los componentes del sentimiento global de un país, verificar sus relaciones,…, encontraríamos posiblemente las huellas, los efectos, que diversos acontecimientos (entre ellos los bélicos) dejaron en su formación.
Es, sin más, el paso y el peso de su Historia en la conformación de su conciencia nacional.
También observaríamos que las diferentes interpretaciones de la realidad pasada alcanzando el presente (verdaderas deformaciones interesadas en algunos casos) tienen también su inevitable marca.
Es el caso, entre otros, de nuestra Guerra de la Independencia (1808-1814).
De “Independencia” para los españoles, guerra de oposición a la ocupación francesa del territorio nacional, “peninsular” para los portugueses, inclinados hacia una visión más amplia del conflicto (al menos geográficamente), influenciados, tal vez, por la no ocupación de su territorio junto al pensamiento inglés sobre el espacio operacional de sus intervenciones.
De todas formas, ninguna de las expresiones calificativas en cada país, de las “dos” guerras siendo la misma para el francés, originan, por lo general, contradicciones, apuntan equívocos o deformaciones. Son más bien complementarias para la interpretación de tal hecho bélico.
Del lado portugués, el “recuerdo” militar más externo, siempre fuera de “chovinismos” y “derrotismos”, en intención realista, queda plasmado en todas las transcripciones de fechas y lugares de su intervención sin indicación de victoria o de derrota, en azulejos, estucos,…, dispuestos en lugares de “honra” en algunos de sus acuartelamientos (datos básicos, elementales, de la historia militar de cada Unidad).
Con tal manera militar, ya tradicional, de rememorar su pasado, no resulta sorprendente que Burgos, ligada al año de 1812, aparezca dentro de tales enumeraciones, o como en el caso del Regimiento de Infantería de Elvas (a unos 17 kilómetros de Badajoz), en una de sus dependencias, como dedicatoria a la participación portuguesa (junto a las tropas de Wellington) en el sitio a su Castillo (19 de septiembre a 21 de octubre de 1812).
Sitio en el que, aunque se fracasara, siguiendo lo relatado en “Efemérides Burgalesas”, se derrochó heroísmo por todos los contendientes.

viernes, 27 de febrero de 2009

SOBRE EL FINAL DE LOS TERRORISMOS (breves observaciones)

SOBRE EL FINAL DE LOS TERRORISMOS

(breves observaciones)

Fernando Pinto Cebrián



Toda sociedad que no apruebe la violencia, venga de donde venga, empleada como justificación para el alcance de intereses grupales, quiere que el terrorismo, cualquiera que sea su origen, desaparezca de su vida.
Asimismo, todo grupo terrorista, sea cual fuere, justificando su violencia impositiva, no quiere desaparecer de la vida de la sociedad que les sufre hasta alcanzar sus objetivos (y luego ya veremos).
Planteamiento simplista: aquel de dos grupos sociales enfrentados, uno poniendo las víctimas, otro poniendo los verdugos.
La resolución del problema también se suele plantear de igual manera: para los primeros desaparición-éxito/mantenimiento-fracaso, para los segundos desaparición-fracaso/mantenimiento-éxito.
Sin embargo el asunto es bastante más engorroso en la complejidad del pensamiento-acción de cada una de las partes.
Si no fuera así, los terrorismos en las condiciones adecuadas desaparecerían y, sin embargo, se enquistan en la sociedad (nacional/internacional) en la que actuan.

Aspectos clave entonces a dilucidar: cuales son las condiciones adecuadas para su desaparición evitando tal enquistamiento.

¿Condiciones?, cada caso particular tiene las suyas pero las generales a particularizar son conocidas de experiencias anteriores:
. Unidad a todos los niveles de la sociedad que sufre el problema.
. Aislamiento social y político de los terroristas y afines.
. Comprensión por los terroristas de la futilidad de sus objetivos.
. Disolución de los terroristas y absorción social de los afines.

Entonces ¿dónde está la dificultad?
Principalmente se encuentra en aquellos inconvenientes que frenan la posibilidad de revertir una voluntad hostil, y más cuando ésta se recluye en si misma, aprisionando a sus seguidores, y se expande de forma cerrada dentro de la bolsa del quiste social que supone su entorno.

Y ¿cuales son tales inconvenientes?
En principio, es la misma bolsa quística la que no deja entrar fácilmente aquellas razones que desmontan las suyas, aquellas que justifican su violencia.
Pero también hay otras “ayudas” a la continuidad del problema:
. Las dificultades que algunos, desde el nivel político y desde las partes sociales que le apoya, plantean al logro de la necesaria unidad de acción en torno al Gobierno y sus instituciones para resolver el problema. Unidad que debe ser avalada por la mayoría de la población evitando así que la política antiterrorista pueda ser obstruida por opiniones divergentes.
. Las diferencias existentes entre los políticos que quieren soluciones ahora (objetivos próximos a alcanzar en su mandato) y la de los técnicos antiterroristas (metas lejanas) que saben bien que el problema requiere su tiempo.
. La dificultad que algunos políticos tienen a dejarse asesorar por los técnicos en la materia, y aquella debida a la tendencia “política” a cambiarlos en cada mandato (el trabajo se abre así de nuevo con todas las rémoras de un nuevo inicio y nuevos planteamientos).
. La incomprensión desde el nivel político del verdadero alcance social del problema en la toma de decisiones. El tiempo acumula cambios emocionales, perturbaciones estructurales, que hacen que las medidas correctoras puestas en marcha no funcionen de la forma deseada. No es lo mismo un terrorista (y su entorno) de ahora que uno de hace veinte años.

Es necesario repensar, aprender de la experiencia propia y de la de otros, dejar hablar a los pensadores honestos y no encerrarlos en la mezquindad del "experto" (político o técnico) que siempre intenta tapar la boca a los demás con un “sobre eso está ya todo escrito”…
Si no corregimos estos problemas (y otros derivados no apuntados aquí), conviviremos, por tratamiento inadecuado, y no durante poco tiempo, con uno o más “quistes” terroristas en nuestro cuerpo social.

miércoles, 14 de enero de 2009

RAZONES/SINRAZONES DE LA OPOSICIÓN A LA "ALIANZA DE CIVILIZACIONES"

RAZONES/SINRAZONES DE LA OPOSICIÓN A LA “ALIANZA DE CIVILIZACIONES”

Fernando Pinto Cebrián


Toda ayuda para la resolución de los conflictos, armados o de cualquier otro tipo, haría válido el intento, a sumar con otros posibles, de una alianza entre las civilizaciones de este mundo tan incivilizado.
Y cada vez se hace más necesario, no hay más que asomarse a la ventana internacional.
Sin embargo hay opositores. No sólo a su aplicación sino incluso al intento de iniciar la misma.
¿Razones? ¿Sinrazones?

Veamos:

. Hay quien, sin saber de ella más que el nombre, considera tal tipo de Alianza inaplicable, por razón del origen que la plantea.
. Hay quien también así la considera por seguidismo al grupo que se opone a la misma.
. Hay quien evita hablar de tal Alianza por no tener razones contundentes para oponerse a ella.
. Hay quien, agrupando lo anterior, se dedica a la propaganda negativa y pesimista de la alianza por miedo a que aquella se desarrolle y sea un éxito para aquellos a los que se oponen.
. Hay quien afirma su inviabilidad por razones históricas (dicen que ya en el pasado se intentaron tal tipo de alianzas y que a la larga no funcionaron), desconociendo que los acontecimientos históricos del pasado son irrepetibles por razón de desigualdad de tiempo, espacio y protagonistas.
. Hay quien la considera, desde la “superioridad” de su civilización, una claudicación ante otra u otras inferiores.
. Hay quien considera que no se debe ceder nada a las otras civilizaciones y que, en todo caso, aquellas deben adaptarse a la suya.
. Hay quien la considera negativa por dar opciones de paz a un enemigo al que hay que derrotar sólo con las armas.
. Hay quien toma la Alianza como gesto de debilidad y, por lo tanto, fuera de lugar.
. Hay quien considera la Alianza imposible en el contexto referencial del “ojo por ojo y diente por diente”.
. Hay quien considera que la aplicación de la Alianza tiene un precio que no se debe pagar.
.Hay…

Planteamientos, respetables si, pero nacidos de la negatividad.
Planteamientos interesados que no quieren dar opción a cualquier posibilidad optimista, ni siquiera al intento siguiendo el dicho de “que todo (incluso el intento de tal alianza) es bueno para el convento (la búsqueda de la paz)”, en combinación con aquel otro de que “todo suma”.

Y mientras tanto, “el hombre sigue siendo un lobo para el hombre”…
Miremos ahora mismo a nuestro alrededor, cuando las noticias de sangre alcanzan los medios de comunicación, y después hablemos de si merece la pena o no tal intento.