viernes, 26 de junio de 2009

SOBRE LOS PROBLEMAS-CRISIS DE LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA (aclaraciones)

SOBRE LOS PROBLEMAS-CRISIS DE LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA
(aclaraciones)



Fernando Pinto Cebrián



Todos los centros, instituciones, organismos,…, oficiales o no, llevan en su seno la semilla de una posible crisis.
En general, la acción, nunca perfecta, del hombre y de sus agrupaciones, deja siempre abierta la posibilidad a tal amenaza.
Lo que ocurre es que en los Servicios de Inteligencia (entiéndase “Secretos”), cualesquiera que estos fuesen, nacionales o extranjeros, cualquier problema en su estructura, en sus funciones, en su personal,…, se agudiza en atención a su misión, y, mucho más, si aquel aparece en la palestra pública.
Y no sólo.
La calidad específica de su personal puede enrarecer más el ambiente y hacer que la crisis sea más dolorosa para aquellos que la sufren.

Para aclararse en el asunto se hace necesario determinar primero, en esquema básico, siempre ampliable con la realidad, que tipo de crisis se pueden presentar en tales servicios:

- Por su origen:

. Externa:

Propiciada desde fuera del Servicio por un grupo o grupos (servicios extranjeros enemigos, servicios nacionales con problemas de relación, facciones políticas, gubernamentales o no, etc.), interesados en el freno de unas actividades que les afectan directa o indirectamente.

. Interna:

Pugna entre grupos internos por hacerse con el “poder” que otorga la dirección del Servicio al desarrollo de sus planteamientos profesionales, facilitar sus carreras, etc.

. Mixta:

Desarrollada con la connivencia de grupos externos e internos interesados en modificar el Servicio (mandos, objetivos, etc.), de acuerdo con unos intereses comunes (en todo o en parte). En este caso el “grupo director” puede ser interno, externo, o mixto.

- Por aspectos varios influyentes en su actividad:

. Finalidad-misiones-objetivos:
Rechazo por parte de algunos profesionales a modificarlos a pesar de su inadaptación a los nuevos tiempos.
Aparición de “objetivos irregulares” planteados y desarrollados por algunos grupos internos con el favor de áreas de poder, tanto internas como externas o mixtas.
Desarrollo de misiones sin seguir los cauces comunicativos reglamentarios.
Ocultación de resultados.
Exigencia de cumplimiento de funciones ajenas a las misiones del Servicio.
Planteamiento de misiones fuera de las concepciones democráticas.

. Estructura:


Mantenimiento de una estructura funcionalmente inadecuada al momento político-social del momento, que provoca rechazo y tensiones, tanto externas como internas.
Existencia de una estructura que anula las perspectivas de carrera profesional de algunos sectores del Servicio, favoreciendo a otros.
Falta de medios para el desarrollo de sus funciones.
Gastos administrativos ajenos a las misiones del Servicio.


. Personal:

Existencia de nepotismo afectando a las carreras profesionales de algunos de los miembros del Servicio.
Exigencia de funciones en desacuerdo con las misiones del Servicio.
Formación inadecuada a los tiempos democráticos.
Plan de carrera y de jubilación aplicado discriminatoriamente.


. Otras:

Descubrimiento de la existencia de “agentes dobles”.
Filtraciones interesadas por parte de ex miembros, frustrados en su carrera, en relación o no con otros en activo.
Denuncia de malas relaciones con Servicios “amigos”, nacionales y/o extranjeros.
Fallos de seguridad de cualquier otro tipo.


Y aquellas otras clasificaciones y razonamientos que cualquier analista pudiera plantear con conocimiento de causa.
Ahora encajemos los datos conocidos, contrastados rigurosamente, de cualquier crisis de cualquier Servicio, y tratemos de aclarar donde estamos…

domingo, 7 de junio de 2009

SEGURIDAD ("mercachiflerías")


SEGURIDAD (“mercachiflerías”)

Fernando Pinto Cebrián


Aunque hoy, ante la violencia terrorista (y no sólo), creamos que ahora es el momento de la SEGURIDAD, realmente no es así.
Desde que el hombre, para sobrevivir, toma conciencia de su enfrentamiento con la naturaleza y consigo mismo, tal concepto ha estado, de una forma u otra, siempre presente entre nosotros.

La diferencia es que todo el mundo, por necesidad real o subjetiva, habla ahora de SEGURIDAD.
Se parlotea, se polemiza,…, tanto en noticiarios, como en debates, conferencias, cursos,…, sobre seguridad individual o personal, familiar, comercial, industrial, institucional, de defensa, militar, carcelaria, pública, privada,…, sin tener en cuenta que no es lo mismo hablar de SEGURIDAD, que saber de SEGURIDAD.

Así, hay quienes cuestionan su falta presentando “inseguridades” de todo tipo, o bien, quienes denuncian su exceso, planteando recorte de libertades, e incluso, quienes afirman que ciertas medidas de SEGURIDAD provocan inseguridad en aquellos a los que tratan de proteger.

Consecuencia, una de sus bases iniciales, el secreto que ha de acompañar a la SEGURIDAD, y la sorpresa que ha de sufrir el posible agresor, se ha modificado, por no decir que ha desaparecido.

No hace falta anunciarlo, pero todo el mundo sabe (mejor supone) que muchas casas, hoteles, hospitales, bancos, acuartelamientos, instituciones,…, y determinadas personas, por razón de profesión, cargo, valor político, peso cultural,…, tienen a su alrededor un sistema-medidas de SEGURIDAD.
Unas para evitar el acceso al “enemigo”, otras para evitar que salga si está encerrado, y otras más para evitar, que si entra, pueda salir.

También es de dominio público que la SEGURIDAD (personal y medios) cuesta dinero, y que a más barreras, es decir, a mejor seguridad, más inversión económica.

Asimismo, que a pesar de todo lo que se plantee, en el juego de las hipótesis sobre la que se monta dicha SEGURIDAD (las más peligrosas, además de contar con las probables), hay imprevistos que provocan problemas en la seguridad.
Por algo se habla de hipótesis.

Sabidas todas estas generalidades, extraña que haya quienes consideren la existencia de fallas de SEGURIDAD en el mero hablar de su existencia.
La posible inseguridad se provoca realmente si se hace público el sistema, el método, los procedimientos y los medios concretos empleados.
Hoy día, hablar sólo de lo general sirve más para intimidar al posible agresor que para facilitarle el acceso.

Pero los “mercachifles” con sus “mercachiflerías” al respecto están ahí sin darse cuenta que la SEGURIDAD también vende con ellos.
Repito, no es lo mismo hablar de SEGURIDAD que saber de SEGURIDAD.
Pero, si alguien que sabe realmente de SEGURIDAD se va de la lengua por encima de lo general, y para saberlo hay que saber de SEGURIDAD, entonces si que podría haber un problema de ídem.

Hay que tener en cuenta que, en todo análisis, junto al saber oír y al saber escuchar (cosas diferentes), está también el saber hablar, o mejor saber de que se habla.
Desconocimiento que tal vez sea un pecado del que, por ser hoy tan corriente, nadie, recalco, nadie, escapa.