viernes, 30 de abril de 2010

LOS ANALISTAS MANIPULADOS


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Fernando Pinto Cebrián


Todas las organizaciones, asociaciones…, políticas, económicas, sociales, religiosas,…, de carácter público o privado, pueden caer en algún momento en la “necesidad” de manipular la información que les afecta en “defensa” de sus intereses.
Lo malo es cuando esto, que siempre es un error a largo plazo aunque se crea lo contrario, se hace habitual e incluso se acepta como un acierto ante los “beneficios” obtenidos y a obtener.

En el primer caso, la manipulación de la información por parte de los analistas se hace conscientemente bajo la dirección, supervisión y responsabilidad (al menos así se espera) del jefe superior, el “inteligente”.

En el segundo, la manipulación se considera ya parte del trabajo, se labora con la información como en el caso anterior, pensando ya en el resultado final a alcanzar, el definido por el “inteligente” como el más beneficioso, pero la diferencia estriba en que, la información siempre, en todos estos casos, será “legalmente” retorcida para ajustar el resultado del análisis.

En el primer caso, hay conciencia de la manipulación efectuada, de que no es habitual, y de su carácter de temporal, en la consideración de necesaria en la guerra “subversiva” del momento.

En el segundo, lo mismo, pero con el tiempo tal conciencia se pierde, y entonces los analistas son ya los manipulados. Nace entonces la duda sobre la verdad, la relatividad en los conceptos antes “inmutables”,…, y, finalmente, la desconfianza de todos hacia todos en todo lo que se habla y se comunica.

Todo cabe en el mundo actual, sin embargo hay ya demasiado de los segundo.

Y si creemos que no es así, sólo nos hace falta mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de esa realidad: que estamos bastante rodeados de viejos profetas equivocados a propósito, de mezquinos e influenciados poetas, de corrompidos intelectuales y de vendidos mercachifles, para los que el todo vale es norma por encima de toda verdad, que nos quieren conducir a su caos particular vendiéndolo como si de un paraiso se tratara.