sábado, 20 de diciembre de 2008

PROPAGANDA TERRORISTA


PROPAGANDA TERRORISTA

Fernando Pinto Cebrián


Hace tan solo unos días se difundió la “noticia” de que Al-Qaeda declaraba a España, una vez más, país objetivo.
Y, también una vez más, los comentaristas apuntaban que su conocimiento alertaba a las fuerzas de seguridad sobre la posibilidad de atentados.

Nada nuevo aunque se tenga constancia de un aumento cuantitativo (constatación importante) de las declaraciones de amenaza.
Para Al Qaeda, España es ya objetivo permanente se envíen o no tropas a países musulmanes en conflicto, la recuperación de Al-Ándalus da tal carácter al territorio español

De todas formas, el video de Al Qaeda no deja de ser mera propaganda terrorista: un permanente intento de demostrar su existencia y justificar su violencia con el objeto de que los medios de comunicación, con su difusión, contribuyan a formar una idea de quienes son, de sus ideas, de que es lo que quieren, de su capacidad y de sus posibilidades (en muchos casos sobreestimadas), al tiempo que tratan de producir alerta social y hostigar a las fuerzas de seguridad con la posibilidad de un próximo atentado. Buscan que la reacción ante sus comunicados sea excesiva por parte de todos los que pueden ser sus víctimas, por eso emplean la técnica de aplicar ruido, mucho ruido…

Ruido propagandístico que emplean, básicamente, en dos direcciones concretas, sea el terrorismo nacional o internacional:
1.- sobre los atentados realizados
2.- sobre las amenazas (futuros atentados a realizar)
En algunos casos al 1 se suma el 2.
Y en ambos, siempre está presente la “justificación” sobre lo hecho y sobre aquello por hacer y, al mismo tiempo, el ensalzamiento de su grupo e ideas tratando de levantar la moral a sus seguidores y acólitos, de enardecerlos para que actúen y, asimismo, minar la voluntad de sus “víctimas”.

En algún caso, pueden sorprender, pero cada vez lo harán menos si la difusión de su propaganda es la justa y si sobre ella se hace la crítica adecuada y oportuna.
Bien se sabe que tal tipo de manifestaciones, aunque se analicen en profundidad, no suelen aportar mucha información sobre los terroristas. Sin embargo no se echan en saco roto por su posible acción catalizadora sobre los terroristas apáticos o dormidos.
De todas formas, lo realmente interesante para que la sociedad no se alarme en exceso es saber que las fuerzas de seguridad trabajan en continuidad creciente, hora a hora, día a día,…, y que nunca lo hacen al compás de los comunicados terroristas, ya que siempre intentan estar por delante.
Lo importante es lograr que los violentos nunca marquen las pautas, los métodos, los tiempos,…, de un trabajo, el contraterrorista, que busca siempre frustrar sus acciones antes de que se produzcan, incluso aquellas de la emisión de su propaganda.
Y es que ésta, además, puede ser una vulneralibilad para el grupo terrorista que la emite por desvelar la permanente incoherencia y falsedad de sus planteamientos.

domingo, 30 de noviembre de 2008

GLOBALIZACIÓN, GLOBALISMO Y GLOBALIDAD


GLOBALIZACIÓN, GLOBALISMO Y GLOBALIDAD


Fernando Pinto Cebrián


El “Imperio” del Oeste ha renovado su jefatura y se habla de cambio con derivada “global”. Un “Imperio” que se dice necesitado de transformaciones, tal vez porque se ha dado cuenta (no se si ahora) de su declive “global”.

Desde allí se nos habló mucho antes de la “crisis o del fin de la historia”, de “los últimos días del presente”, del “pensamiento único” de la “mundialización o globalización”, de la “aldea global”, etc. En definitiva, de los profundos cambios que, sobre la concepción del mundo, tales ideas dispersas en el ámbito mundial (¿a propósito?) producirían.
Los debates sobre tal concepción, entre los partidarios de la “globalización” y de la “antiglobalización”, no se hicieron esperar, y aún hoy nos siguen persiguiendo acentuados con el catalizador de una crisis económica/financiera “global”.
Unos deseaban y propiciaban tal “globalización”, otros la rechazaban y trabajaban en su contra, mientras que los indiferentes observaban.
Los primeros, eran los “descubridores” de la panacea a sus planteamientos “mundializadores”.
Los segundos, dándose cuenta de la presión “globalizadora” unidireccional en el terreno económico y de algunos de sus presuntos efectos negativos (desequilibrios económicos, desigualdad e injusticia social, limitaciones políticas, etc.), plantearon una “antiglobalización” que, unificada sólo en cuanto a la necesidad de escapar de alguna manera a aquella, intentaba al mismo tiempo compensarla con el añadido de unas “globalizaciones” específicas: cultural, política, de aplicación de los derechos humanos,…, dando lugar realmente, desde la “antiglobalización”, a una “globalización” multidireccional.
De todas formas, no hay que engañarse, la “globalización” no es un fenómeno nuevo. Lo “global”, la “globalidad” en el sentirse “ciudadano del mundo” conviviendo con las diferencias, ha sido una constante en la historia de la humanidad al compás de la aproximación entre los pueblos por medio de su economía (sobre todo), de su hacer político, de las guerras, de su cultura, de sus costumbres, etc., y, además, aunque le pese al poder mundial (o los presuntos poderes mundiales), es un fenómeno sobre el que los “terrícolas” de a pié no tienen posibilidad de decisión. Está ahí, más o menos oculto, y aparece o desaparece según los impulsos de los Estados “globalizadores” sobre los otros, los constituidos en terreno a “globalizar”. Lo que ocurre hoy es que hay una serie de catalizadores que acentúan su presencia: fundamentalmente la rapidez de comunicación de la información y de desplazamientos.
A lo largo de la Historia, han aparecido Estados que, por su poder político, económico, militar,…, fueron capaces de influir en el entorno internacional, creyendo que sus valores y su forma de vida deberían ser adoptados por los demás, y, asimismo, de crear una teoría-ideología al respecto (la suya, claro está): el “globalismo”, con la que construir su “globalidad” (y todos contentos).
Eran los Estados (o el Estado) con poder director de “globalización”. Estados con la posibilidad de generar tensiones entre ellos y sus seguidores por la asunción de tal poder.
A ellos se unieron otros convencidos de los beneficios de tal “globalismo” y actuaron, interesadamente, como repetidores pasivos y activos de su expansión y/o aplicación, pero con la posibilidad de mantener cierta autonomía para poder aceptar o rechazar algunas partes de la teoría “globalizadora”, siempre y cuando no creara conflictos al “director”.
Eran los Estados de poder medio en la “globalización” que podían verse arrastrados hacia las tensiones de los mayores
Otros, sin autoridad alguna, fueron el terreno en el que se jugaba la “globalización”, sobre todo la económica.
Eran los Estados sin poder de “globalización”, y muchas veces sin poder de “antiglobalización”.
Y ahora, en un mundo así repartido (con variaciones lógicas por el correr del tiempo), la “globalización” y la consecuente “antiglobalización”, siguen adelante.
Ambos fenómenos continúan presentes en base al supuesto de que la “globalización” une y al mismo tiempo separa, pero que si sabemos evitar aquello que disgrega podremos alcanzar la “prosperidad global”.
Ideas en tal sentido, tanto a favor como en contra, todas
El ex Presidente Clintón apuntaba en Madrid (Conferencia en la Fundación Rafael del Pino, 2001) que “lo importante no es si la globalización seguirá adelante, sino de que manera lo hará”. Su globalización, por supuesto económica, en la que expone con claridad los tres Estados expuestos: el director, el asumidor y los que hay que globalizar, para que funcione ha de "implicar a todos los países” amigos, ya que “si no trabajamos juntos, nunca venceremos a nuestros enemigos”.
Bien.

¿Y en la actualidad? ¿Habrá cambios tras aquel apuntado al comienzo? ¿Habrá, como primer paso, una “desglobalización” de la economía “globalizadora” anterior? ¿Nacerá una nueva “globalización” económica que tenga en cuenta los errores cometidos? ¿Se escucharán las voces de los “antiglobalizadores” y de los “globalizados” a la fuerza? ¿Se caminará hacia una “globalización” completa, uniendo lo económico a los demás aspectos de la sociedad global?...
Difícil encontrar respuestas desde el pesimismo actual, sobre todo cuando la prioridad de resolución de los problemas económicos se conjuga con otros frentes en los que también es necesario intervenir: guerras, terrorismo “global”, fracturas en el Derecho Internacional, en la Convención de Ginebra, en los Derechos Humanos, recuperación de la diplomacia pacificadora, y un largo etcétera.
Veremos.

martes, 28 de octubre de 2008

En recuerdo de mi amigo




En recuerdo de mi amigo


Fernando Pinto Cebrián

Hace unos días vi como desmantelaban la casa de mi viejo amigo.
Ya un anciano, aún está en este mundo viviendo, no se de que manera, separado de su hogar…
No se como, porque adoraba su garito, tal como él decía…
Una pequeña habitación “residencial” le acoge de momento.
Y ahora sus hijos, después de que firmara la pertinente autorización, lo han vendido.
Mi amigo ya no podrá regresar a lo que le quedaba de lo suyo, de lo que creó para su mujer, que ya le espera, y para sus hijos.
Todo el mundo contento. Era la solución, a no se que, se dice…
Se puede considerar que aquellos están ahora en fase creativa, ¿pero desmontar en vida lo que su padre aún querría ver…?
Da una pena horrible, porque se que estaba orgulloso de su lar, de que quería volver allí a ver una vez más los recuerdos que le quedaban, porque se que prefería morir allí antes que en una habitación desconocida,…
Lo había repetido insistentemente en muchas ocasiones…
Era un hombre de carácter, pero su autoridad ahora está limitada por su dependencia…
Al final, ¿será verdad aquello de “cuida a tus hijos porque ellos elegirán tu residencia? …
Cada caso es diferente y es difícil a veces ajustar la realidad a lo pensado.
No nos hagamos mala sangre, que no nos invada el pesimismo, hay que vivir contando con que no siempre es así, que el respeto de los menores en edad, dignidad y gobierno por los mayores existe…
Siempre se nos ha dicho, y ellos lo saben:
No pidas caridad si no tienes piedad.
No pidas amor si no sabes darte.
No pidas entrega si eres egoísta.
No pidas bondad si no sabes perdonar.
No pidas pureza si estás lleno de suciedad.
No pidas obediencia si no obedeces.
No pidas…
Pero, en la realidad, las respuestas en ocasiones no encajan…
Y por eso no está de menos ser previsores en la consideración de que “criar cuervos es hacer el gilipollas porque ponen menos que las gallinas”…
Y la impotencia me invade cada vez que le visito…
Adiós viejo amigo.

martes, 23 de septiembre de 2008

POLÍTICA Y TERRORISMO ("menos ruido y más nueces")


POLÍTICA Y TERRORISMO

(“menos ruido y más nueces”)

Fernando Pinto Cebrián


Dejemos a un lado las posibles causas políticas, reales o creadas, por así llamarlas, del terrorismo, de su visión política, por así llamarla, desde sus intransigentes posiciones, de la manipulación de grupos afines para su participación en la acción política, si así la llamamos, como complemento a la violencia,…
Esa, en su conjunto, es, en su caso, otra política.

Aquí y ahora, la breve reflexión que exponemos alcanza sólo a la POLÍTICA, aquella referente a las actividades de un Estado y su Gobierno, y a las propias de los diferentes grupos políticos en un sistema democrático sin abusos de poder.
Y más en concreto, a aquella que, desde el lado contrario, desde el terreno antiterrorista o contraterrorista, se enfrenta al terrorismo, en algunos casos cronificado, buscando dar la respuesta más adecuada a su violencia.

Pero lo simple se hace complejo cuando consideramos que un Gobierno está constituido por políticos, en ocasiones de diferente ideología aunque alguna predomine.
Un Gobierno que cuenta con unos apoyos, puntuales o no, que ha de estar atento a una oposición más o menos virulenta dependiendo de la ocasión, y vigilante a la posible aproximación interesada a la vida política de grupos afines a los terroristas.

Así, acercándonos a la realidad, variable según países, regiones y localidades, nos encontramos con multiplicidad de políticos diferentes, más o menos unidos o desunidos ante las múltiples interpretaciones y aplicaciones de la POLÍTICA.
Y así se puntualiza la POLÍTICA del momento.
Una POLÍTICA conformada por varias políticas.
Una POLÍTICA que busca el consenso y la unidad de acción en cuanto posible para seguir la dirección que el Gobierno de turno considera acertada en la creencia de que la sociedad se lo demanda.
Una POLÍTICA conformada por aciertos y errores, al compás de acuerdos y desacuerdos políticos, del logro o del fracaso en la búsqueda de soluciones a los problemas de la sociedad.

Muchos Gobiernos saben lo difícil que ha sido en ocasiones consensuar la unidad política contra el terrorismo y que tal cuestión haya alcanzado la consideración de “problema de Estado”.
Y saben también de las dificultades, una vez logrado tal acuerdo, de su mantenimiento por encima de los intereses y objetivos políticos partidarios, los suyos y aquellos de los demás.
Y traslademos lo nacional al terreno internacional, donde también hubo y hay dificultades de entendimiento.

¿Porqué las decisiones al respecto no se toman de común acuerdo (que no debería ser difícil) entre todos los partidos y no sólo por unos pocos?
Si la dirección corresponde al Gobierno ¿Porqué algunos sólo apoyan si se hace únicamente lo que ellos plantean?
Las fallas de memoria, con la mezquindad política propia del que olvida, resultan en muchas ocasiones más que evidentes.
El “papel mojado” circula en múltiples direcciones políticas.
Y entonces la sociedad que creía en los políticos, aquellos en cuyas manos habían colocado la resolución del problema se resiente.

La impotencia y la desconfianza hacen su aparición.
Y sólo el aumento de los daños terroristas, el aumento del número de las victimas, parece reconducir momentáneamente la situación.
Lamentablemente, sólo así, por un corto periodo de tiempo, reaparece el necesitado consenso.

Ya “llueve sobre mojado”.
Las repulsas y los gestos condenatorios de cualquier tipo…, aún siendo necesarios como señal de identidad y de unidad, ante las actitudes anteriores y posteriores de algunos políticos y sus partidarios, resultan huecos, vacíos, palabrería vana,…
Ante la sociedad, por su repetición propagandística, la falta de acuerdo, las críticas y acusaciones mutuas, parecen falsos, sin fuerza para ayudar a la resolución del problema…
Y llegan a cansar…
Y no digamos nada si la prensa, olvidando que el terrorismo es “problema de Estado” acentúa la tensión política y social a cada momento.
Menos mal que la eficacia de los cuerpos y fuerzas empleados en la lucha contra el terrorismo, a pesar de algunos intentos de manipulación partidaria, de algunos desconciertos provocados…, apuntan generalmente en la dirección correcta.

¿Soluciones?
Hay que ser optimista, ¡todo se arregla!
Inicialmente sería bueno plantear una POLÍTICA contra el terrorismo en la que creamos todos.
Y si hay disensiones (que no faltarán), ¡por favor!, hacerlas en privado.
¡Basta de utilizar el problema como “arma arrojadiza en el debate político”!
¡Basta de batallas políticas que sólo benefician a los terroristas en sus planteamientos de división!

En resumen: "menos ruido y más nueces".

domingo, 24 de agosto de 2008

"Dioses Falsos" (Reflexionando)


“DIOSES FALSOS”

(Reflexionando)

Fernando Pinto Cebrián


Sí, “dioses falsos”.
Existen.
Los podemos encontrar por doquier, en todos los espacios y ambientes.
¿Quién no ha conocido alguna vez a algún “endiosado”?
¿Y quien no se ha “endiosado” en algún momento?
Unas veces son sólo individuos sin más proyección que la que alcanzan sus relaciones, otras grupos de “dioses”, de presión, entidades, y hasta instituciones.
No todos se afirman como “dioses”, pero si, en general, como “líderes”.
Y pueden llegar a ser peligrosos si no se les detecta a tiempo.
Y lo son por su afición malsana a la manipulación desde una posición, que no se corresponde con su realidad, de aparente o de manifiesto poder.
Ganan nuestra confianza, confunden con tintes de sabiduría nuestro entender, minan nuestros conocimientos y nos llevan a conclusiones que sólo a ellos o a su grupo de “deidades” les interesa.
Y encima, muchas veces desde una inconsciencia que nos ha sido preparada, les damos incondicionalmente nuestro apoyo.
Son creadores de estereotipos, vendedores de ideas que, “madre” o “base” de sus interesados planteamientos, introducen en la mente de aquellos que los “deifican”.
Son aquellos (o aquellas) que han creado especies tales, mentiras universales, tan afirmadas en algunos, que formando parte de la sustancia gris de la sociedad, hace difícil cualquier cambio fuera de su imaginación.
Aquellos que nos convencen de que nada puede cambiar porque las cosas son así, tal y como ellos las dictan o que es mejor cambiar, como ellos digan, para que nada cambie.
Aquellos que nos engañan con falsas proyecciones en nuestro trabajo mientras por la espalda nos aplican un “mobbing” de manual.
Aquellos que apartan las voces de la experiencia alegando la necesidad de la frescura de la juventud (en principio más fácil de manipular).
Aquellos que nos hablan desde unos “principios” que nunca explican.
Aquellos que dictan reglas morales desde su amoralidad.
Aquellos que creen que sus ideas y las de su grupo, el que fuera, son las únicas viables, considerando las de los demás equivocadas.
Aquellos que desde una aparente naturalidad nos “venden la moto” por un voto.
Aquellos que afirman que la política es el “arte de lo posible” pero sin contar con la sociedad.
Aquellos que afirmados en la unilateralidad aplican siempre la justicia a su favor.
Aquellos que hablan de tolerancia desde su intolerancia.
Aquellos que se ríen de la tolerancia de los otros.
Aquellos que nos venden al otro, el que sea, olvidando su propia “otredad”, como enemigo a batir.
Aquellos que siempre critican a los demás y no agradecen ser criticados (ni siquiera saben de autocríticas).
Aquellos que atizan a propósito el rencor antes que la reconciliación desde el justo y pactado “olvido” desde las partes.
Aquellos que gastan las riquezas nacionales y el dinero de los demás engañando con “chorradas” que no resuelven problemas.
Aquellos que despilfarran y saquean las arcas que controlan, exigen regalos de lujo, y lo justifican con razones espúrias desde su intocable “deidad”.
Aquellos que hablan del hambre y demás carencias en el mundo y luego se atiborran de irresoluciones.
Aquellos que nos venden la inmigración como un peligro nacional.
Aquellos que plantean falsas lealtades raciales y/o religiosas desde una falsa superioridad y no creen en las posibles “alianzas de civilizaciones”.
Aquellos que aparentando comprender las diferencias sociales de todo tipo avivan el fuego de la división.
Aquellos que permanecen agazapados para asaltarnos con dudas en nuestras decisiones y llevarnos a sus “irreductibles” posiciones.
Aquellos que discuten la violencia de género desde impresentables posiciones machistas enmascaradas.
Aquellos que encuentran la solución a la violencia sólo con la destrucción dejando de lado las posibilidades que, con oportunidad, abre la palabra.
Aquellos que prefieren siempre la revolución a la evolución, pudiendo contar con las dos.
Aquellos que manipulan la globalización.
Aquellos que hablan de inexistencia de la crisis ambiental y de exageración en las medidas a aplicar como corrección.
Aquellos que nos vuelven a asustar con el renacer de la “guerra fría” (que nunca dejó de estar presente) apartándonos conscientemente del conocimiento de la existencia de un número cada vez mayor de pequeñas guerras olvidadas (nunca lo son para quienes las sufren).
Aquellos que no quieren borrar los “paisajes” que crean las guerras para seguir manipulando la paz.
Aquellos que presentan interesadamente la paz como una utopía.
Aquellos que tratan de manipular y controlar la sociedad, incluso la global, con la falta de información y la exageración de los peligros que nos aquejan.
Aquellos que, en suma, no recuerdan (ni saben seguramente) nada de la historia o creen en su final, estando condenados a repetirla arrastrando, desde su falsa “deidad”, a sus “fieles”.
Aquellos que nos empujan a “endiosarnos” en nuestras posiciones en su contra.
Aquellos que… (Lógicamente, cada lector puede añadir o suprimir los que quiera)

Y no está mal, porque sin ellos, con sus errores y aciertos, que también los tienen, no existiría la sinergia acción-reacción (esta última, como oposición, tampoco escapa a los “endiosamientos”) y, como consecuencia, no se podría avanzar en la vida.
Sin embargo resulta muy conveniente no creer a “pies juntillas” en todos los “dioses falsos” que seamos capaces de identificar.
¡Ojo con ellos!, sobre todo con aquellos que patológicamente quieren coartar nuestra libertad, impedirnos razonar e incluso soñar.

domingo, 20 de julio de 2008

EL AVISO


EL AVISO

(Pensamientos y Sueños)

Fernando Pinto Cebrián

Crisis global, suma de crisis específicas de todo tipo, en un mundo cada vez más complejo: ambiental (cambio climático, polución extrema, aguas escasas y contaminadas,…), energético-económica (alza del precio del petróleo, inflación,…), social (hambre, inmigración, conflictos armados, terrorismos,…) y más etcéteras.

¿Una visión que no deja espacio para el optimismo?
¿Será verdad que el mundo se está volviendo loco?
¿Es cierto que nos estamos autodestruyendo?

Y entonces la noticia recogida por todas las agencias de información del mundo:

“Los perros, los amigos del hombre, solos o en manada, comenzaron a morder a hombres y mujeres allí donde los encontraran.
Curiosamente no atacaban ni a los niños ni a los ancianos.
Sólo lo eran los demás. Aquellos que estaban en edad de participar activamente o de influir, individualmente o en grupo, sobre las decisiones comunitarias de todo tipo.
Entendidos en la psicología de los cánidos se han pronunciado al respecto: los perros, sin distinción de raza, estaban dejando de ser los amigos del hombre.
Su intuición canina, aquella que les avisaba de los desastres naturales por llegar, les alertaba ahora de que el hombre propicia muchos de ellos.
Así, según tal teoría, mordían como aviso previo a la futura catástrofe definitiva.”

¿Nos daremos por enterado?...

jueves, 26 de junio de 2008

TERRORISMO DESDE FUERA. TERRORISMO DESDE DENTRO


TERRORISMO DESDE FUERA. TERRORISMO DESDE DENTRO

(Un esquema de la relación entre la razón y la sinrazón)

Fernando Pinto Cebrián


Algunos autores, entre ellos el profesor Walter Laquer, en suma a sus estudios específicos (organización, finanzas, información, logística,…), abordaron también el terrorismo atendiendo a la visión-interpretación que de tal cuestión tuvieron diferentes observadores-analistas de tal tema, fundamentalmente en cuanto a la interrogación de sus motivos.
Asunto difícil de generalizar por cuanto el fenómeno terrorista se presenta diferente según tiempos y las situaciones políticas, económicas y sociales (sin olvidar las religiosas) que le corresponden.
Según el autor citado: el problema del terrorismo es complicado y lo que puede decirse, sin temor de verse desmentido, acerca de un grupo terrorista en un país no tiene en absoluto por qué ser cierto en relación con otros grupos en otros tiempos y en otras sociedades.
Problema que, desde hace tiempo, ha empujado a políticos, historiadores, sociólogos, filósofos, moralistas, analistas, documentalistas e incluso escritores (novelistas, dramaturgos,…), con mayor o menor rigor, con mayor o menor acierto, a la búsqueda de los datos necesarios para resolverlo
Así, en general y al margen de interrelaciones, unos buscaron desde fuera y otros desde dentro del terrorismo.
Unos desde el lado de las víctimas (directas o indirectas) y de la sociedad que las acoge.
Otros intentando situarse, con mayor información o no al caso, en el lado de los agresores, de los violentos, de los asesinos y de sus organizaciones (en este grupo pueden también aparecer terroristas y ex terroristas cuyas aportaciones, salvo que fueran “arrepentidos” verificados, se han de quedar en el terreno de la mera propaganda justificativa de lo injustificable).
Planteamientos coherentes en cuanto que producen elementos para entender el fenómeno terrorista con mayor o menor acierto, pero que muchas veces, unas por falta de rigor y otras de profundidad, quedan en el terreno de lo particular, de lo anecdótico, de lo imaginado (novelizado, teatralizado,…), anticuadas en el tiempo y fuera del terreno cualificado de los expertos en la lucha contra el terrorismo, sea en términos de los general o en el específico de un grupo terrorista concreto.
De todas formas “todo es bueno para el convento”.
Sin embargo, para evitar ensimismamientos en la razón del primer lado e impedir falsas heroificaciones en la sinrazón del lado contrario, se han de tener muy claras las relaciones que el problema terrorista y la oposición al mismo crean en atención a la sociología particular de cada grupo.
El planteamiento puede parecernos “maniqueo”, sin embargo, la separación radical entre víctimas y terroristas, entre contraterrorismo y terrorismo, imprime de forma ineludible tal carácter.
Así, ante cualquier análisis, estudio o planteamiento de cualquier tipo que se haga sobre tal asunto, hay que tener siempre presentes las siguientes consideraciones fuera cual fuese la salida hacia la estabilidad (la paz no es termino del todo adecuado) que se pudiera propiciar y alcanzar, ya que, en ocasiones, ciertos intereses, generalmente políticos, pueden desviarnos de lo obvio al transformar tales fundamentos en “perogrulladas”.

Desde fuera <--------------------------> Desde dentro

Víctimas (directas e indirectas) <--> Terroristas (atentados selectivos/indiscriminados)
Agredidos (pacíficos) <---------> Agresores (violentos y asesinos)
Socialmente asentados en la democracia <---> Aislados y continuamente en fuga
Ideologías democráticas <------> Fanatismos
Legalidad política y jurídica <---> Ilegalidad de todo tipo
Aplicación de la legalidad a los terroristas <--> Aprovechamiento de la legalidad
Esfuerzo económico gubernamental <------ -> Financiación ilegal
Respuestas democráticas <-----> Respuestas antidemocráticas
Empleo de la palabra <----> Empleo de la violencia y de las armas
Justificación democrática <-----> Justificación amañada y antidemocrática
Unidad política y social <-------> Búsqueda de la división total
Apoyo gubernamental, institucional, asociativo <--> Apoyo de organizaciones afines
Apoyo social mayoritario <-----> Apoyo social minoritario y agresivo
Objetivo social: la estabilidad <--> Inestabilidad por el terror
Objetivo político: fin del terrorismo <--> Falso objetivo político unido a la violencia
Periodismo contra el terrorismo <--> Propaganda de todo tipo, necesidad de publicidad
Apoyo internacional contra el terrorismo <--> Relación con el terrorismo internacional
No es una guerra <--> Dicen estar en guerra. Son terroristas aunque, falsamente, se crean soldados revolucionarios o guerrilleros.
...................
Consideraciones generales planteadas en terminos didácticos, un tanto "maniqueas" a propósito, entre el si y el no, sin tintas intermedias, y fuera de relativismos, sólo para el caso de que el Estado que ve el terrorismo "desde fuera", tomado como modelo "académico" al caso, no sea un Estado opresor, que apoyado o no por una parte de su sociedad, empuje, por su violenta agresión a los derechos humanos, a una respuesta también violenta de toda o parte de la sociedad oprimida y masacrada por aquel (entonces "terroristas" para tal Estado).

sábado, 31 de mayo de 2008

LOS "CARROS ELÉTRICOS", VIVACIDAD EN LAS CALLES DE LISBOA


LOS “CARROS ELÉTRICOS”, VIVACIDAD EN LAS CALLES DE LISBOA

(Saudades)


Fernando Pinto Cebrián


Los tranvías (“os carros eletricos”), establecidos en Lisboa durante la segunda mitad del siglo XIX para resolver las necesidades de transporte derivadas del aumento de su población, cambió la forma de vivir de los lisboetas.
Primero aparecieron los llamados “ripert” o “americanos” y luego los de motor a vapor hasta que llegaron los “elétricos amarelos o vermelhos” (amarillos o rojos), que aún siguen, al lado de los más modernos, manteniendo una buena funcionalidad (transporte barato, muy popular, y que cumple) no carente de belleza, y rodeados de sentimentalismo.
Belleza, sentimentalismo y funcionalidad que llevan a sus patrocinadores a cuidar, a mantener la mecánica, a mejorar el brillante colorido,…, de los “elétricos” aún en vida, a emplearlos incluso después de su “muerte”, al menos algunos, como monumentos (como aquel que, durante cierto tiempo, se emplazó en las proximidades del Monasterio de los Jerónimos).
“Elétricos” que suponen un atractivo más dentro del tipismo lisboeta para los visitantes a la ciudad.
Todos quedan absortos ante su andariego “trique-traque”, ante la tintineante advertencia de su paso, ante el ruidoso esfuerzo de su motor en las pendientes,…, durante su recorrido por la “Rua das Escolas Gerais”, la “Carreira de Graça”, la “Rua da Junqueira”, la “Carreira de Belem”, y en el punto de encuentro de la “Praça do Comerço” o del “Terreiro do Paço”, o bien ante el equívoco de los elevadores, que más que tranvías podrían ser llamados “arrastradores”, de “Lavra” (1884), de “Gloria” (1885) o de “Bica” (1892), el más característico de la ciudad y al que cariñosamente se le denomina “caixote de sabao” (cajón de jabón) tal vez, al margen de su forma, porque algunos jóvenes emplearon un cajón de tal tipo para deslizarse por la pendiente,…
Viajar en ellos es todo un premio, no sólo por haber aguantado en las “bichas” (colas) para subir a ellos.
Su cansino caminar por las encarriladas “ruas” nos permitirá la contemplación de puntos concretos y paisajes urbanos plenos de sabor histórico, cargados de tradición,…, y nos ayudará a comprender en cierta forma las visiones y emociones de los antiguos usuarios y el porqué de los afectos actuales a tal medio de transporte.
Afectos de aquellos lisboetas que aún no quieren perderlos en la consideración de que son una parte esencial del alma de Lisboa. Afectos que oponen a las voces de quienes plantean su real utilidad en el futuro urbanístico.
Todo llegará. Pero dejémos que mueran, que pasen a la historia, con tiempo y dignidad.

miércoles, 14 de mayo de 2008

TERRORISMO Y GUERRA.TERRORISMO EN LA GUERRA


TERRORISMO Y GUERRA. TERRORISMO EN LA GUERRA

(Pensamientos iniciales)

Fernando Pinto Cebrián



TERRORISMO Y GUERRA:
En la actualidad, tras los atentados terroristas de Al Qaeda, se han establecido diversas conexiones nuevas, desde diferentes puntos de vista, entre los conceptos relativos al Terrorismo y a la Guerra.
En primer lugar, afirmando, de manera un tanto simplista, maniquea e interesada desde el lado terrorista, que tales atentados, realizados en nombre de Dios, suponen acciones de una guerra.
Guerra existente entre tal organización, que dicen representa a unas sociedades musulmanas afines, y la sociedad occidental que, dicen, aplica el terror sobre las primeras.
En segundo lugar, del lado de las víctimas, tomando la necesaria respuesta antiterrorista o contraterrorista como guerra contra el terrorismo.
En tercer lugar aplicando falsamente la concepción de guerra, en cuanto ligada a la actividad bélica de un movimiento de liberación. En este caso aquel, equivocadamente así tomado por Al Qaeda (u otros grupos similares), ya que dicen buscar las libertades perdidas ante occidente.
Y seguramente más consideraciones a tener en cuenta…
De manera que si las fuerzas militares de los países, afectados o no por el terrorismo internacional, sólo tenían antes ojos para las fuerzas correspondientes de los países potencialmente conflictivos, ahora incorporan a su lista de enemigos de guerra, ya declarados o posibles, a las entidades terroristas internacionales (algunos incluso las nacionales)
Así la relación entre el Terrorismo y la Guerra ha sufrido un cambio sustancial.
Ahora, al margen de que guerreen Estados contra Estados en la vigencia clausewitziana de la “guerra como prolongación de la política por otros medios”, existe también la realidad de la guerra de Estados contra entidades no estatales, individúales, aquellas de los terroristas, en cuanto consideradas una amenaza a la seguridad del Estado en el mismo nivel de otro Estado agresor.
Se produce así un cambio sustancial en el pensamiento profesional militar, al ser empujado por las actitudes de respuesta de los niveles políticos en el entendimiento de tal conflicto.
Entendimiento diferenciado que se crea ahora, al saltar los atentados de mero hecho terrorista, discriminado o indiscriminado, nacional o internacional,…, a hecho bélico tal y como antes se conocía.
Ampliación y cambio que llega a afectar a la dinámica militar y que hay que estudiar detenidamente para evitar, fuera de planteamientos teóricos, errores como los que ya se están produciendo, tanto militares como políticos.
Errores que han pagado, pagan y pagarán seguramente sociedades enteras durante mucho tiempo.
TERRORISMO EN LA GUERRA:
Desde atrás en los tiempos el terror, como un medio más, para alcanzar la victoria en las guerras estuvo siempre presente.
Territorios enteros eran dominados por la sola presencia de unas fuerzas enemigas conocidas por la violencia terrorífica de sus acciones.
Territorios luego mantenidos en la subordinación más denigrante bajo ese mismo terror trasladado a la política.
Usos y leyes de la guerra, y de la política, buscaron la desaparición de ese terror deshumanizado con logros bastante inciertos a la vista de determinadas situaciones bélicas actuales.
Así, por ejemplo, el tratadista militar español del XIX, el Brigadier Juan Sánchez Cisneros, en su “Ensayo de un diccionario razonado sobre la Ciencia de la Guerra” (1826), apuntaba en la voz “Terror de las Armas”: “Lo mismo que introducirlo en la provincia que se debe invadir; más por esto no se entiende el consentimiento de acciones crueles, devastar las campiñas a discreción, ni entregar al fuego ni al cuchillo las posesiones y vidas de los inocentes habitantes, muy al contrario, se ha de entrar de modo político y conforme al derecho militar, haciendo ostentación de las fuerzas, número y valor de sus soldados, e instrucción de los Generales y subalternos, y ponderando la justicia de su nación para hacer la guerra, etc. etc.” (Voz desaparecida de diccionarios militares posteriores).
Sin embargo, no hace falta más que atender a las constantes informaciones que nos llegan de los conflictos bélicos actuales para saber que todo ha quedado en mera intención.
Así, el terrorismo en la consideración de forma de acción del hecho bélico (aunque no figure en los reglamentos), no sólo como acción de un débil contra un fuerte, de “un David contra un Goliat” como se vino en tiempos a decir, dentro de una guerra revolucionaria, de insurgencia, de liberación nacional, de guerrillas,…, sino también como complemento de apoyo en las guerras regulares, convencionales,…, continua formando parte de los conflictos que se resuelven con las armas.
El terror, el terrorismo pues, sigue, de alguna forma, estando presente en las guerras.
Presencia terrorista en el hecho bélico, Terrorismo en la Guerra, que llevada fuera de ella, en la paz y en la idea para uno o ambos contendientes de que la guerra no ha acabado, ha ayudado a la equivocada comprensión, tal como antes apuntábamos, de que la lucha contra el terrorismo es una guerra, de que estamos en guerra, dando a los terroristas, como consecuencia, el nivel de potencia agresora.

La realidad conceptual y la realidad práctica, a pesar de sus contradicciones, mandan. Pero, “cosas veredes, amigo Sancho”…

miércoles, 30 de abril de 2008

ENCUENTRO


ENCUENTRO

(De “Pensamientos y Sueños”)

Fernando Pinto Cebrian

- Si vas a ir por aquel camino, no sigas ¡hazme caso!.
Al oír aquellas palabras reparé en aquel ser extraño, acurrucado en aquella bifurcación de caminos.
Parecía un hombre muy viejo.
Sin embargo, su voz cascada, susurrante y sus ademanes suplicantes, contrastaban con sus ojos vivos y llenos de rabia.
- ¡Rápido! ¡Explícame por qué! No tengo mucho tiempo que perder.
Realmente no quería escucharle, ¿para qué? Era joven y aquel viejo caduco no haría más que frenar mi impulso.
Sin embargo, aquellos ojos tenían algo que incitaban a detenerme.
- ¡Habla de una vez!- reiteré inquieto.
- Escucha caminante, yo voy de regreso, en su día ya hice el camino que hoy tu quieres iniciar…
- Eso no importa, ¡concreta! – demandé nervioso.
- Mírate en mí y escucha…
- Para lo que dices ya he perdido bastante tiempo. ¡Hasta nunca!
Y continué mi marcha y caminé cada vez más deprisa sin nunca mirar hacia atrás.
Pasaron los años.
Ya había perdido la cuenta de cuantos.
Sin apenas notarlo ya estaba de vuelta y me acercaba al final que en su día fue principio.
Viejo y cansado tomé la decisión de quedarme a la entrada, en aquella bifurcación de caminos, para aconsejar a todo joven caminante.
Y con los ojos brillantes por la rabia, recordé los de aquel otro al que, en su día, no hice caso.

lunes, 24 de marzo de 2008

EL TERRORISMO Y EL "ERROR EN LO DEFINIDO"


EL TERRORISMO Y EL “ERROR EN LO DEFINIDO”

(Un breve análisis conceptual)

Fernando Pinto Cebrián



Se comprende que definir, es decir, “fijar con claridad, exactitud y precisión la significación de una palabra o la naturaleza de una cosa”, es de absoluta necesidad, en cualquier lugar y en cualquier idioma, para poder entendernos.
Sin embargo se ha de comprender también que toda definición “per se” no es un hecho inamovible, sino que puede evolucionar con el tiempo, habida cuenta de que lo definido en un momento dado, con el paso del mismo, puede ser mejor conocido que cuando se definió.
Aparece así la concepción de la existencia, dentro de algunos términos definitorios desde su aparición, de un germen de error debido al desconocimiento parcial de la cosa definida.
Así pues podemos encontrar alguna voz, definida de antiguo, ahora redefinida.
Por otra parte, teniendo en cuenta la posible existencia de definiciones manipuladas por interés en un momento dado (sea éste el de la primera definición o el de las posteriores redefiniciones), el germen del error, el “error en lo definido”, se hace presente generalmente con el acompañamiento de los calificativos a la definición, debido a la posibilidad que encierran de ampliar lo definido en la dirección de lo opinable, de lo subjetivo.
Un ejemplo al caso antes de entrar en materia:
Podemos constatar que, el termino, antiguo en el tiempo, de “espía”, fuera de las consideraciones negativas o positivas que tal voz ha tenido en su evolución, algunas contradictorias, aparecía definido en alguno de los diccionarios del XIX como “el individuo (oficialmente conocido como “confidente”) que por oficio y por lucro observa los movimientos y los sucesos de un Ejército o tropa en campaña” (oficio ennoblecido cuando era realizado por Oficiales sin ánimo de lucro).
Hoy día, sin olvidar el de “espía”, es un término, ampliado a la paz, sustituido (redefinido) por el eufemismo de “agente”, “agente secreto”, “agente de información-inteligencia” (todos, unos y otros, en el caso de ser detenidos por el “enemigo” en el ejercicio de sus “funciones”: “espionaje”, son siempre calificados de “espías” por su actividad, sin importar que sean funcionarios, contratados, comprados, etc.).

Por terrorismo, sin calificativos que condicionen su definición más pura, en su definición esencial (sin importar causas y objetivos particulares), se ha entendido, desde mucho tiempo atrás y por varias generaciones, “la sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”, “ejercer el terror para obtener determinados fines”, la “dominación por el terror”,… (terror siempre violento).
Hasta aquí coinciden todos, desde particulares con cualquier nivel de formación a organismos oficiales.
Pero, ¿qué es lo que ha cambiado? ¿Se puede decir, como admiten algunos, que ahora (precisamente ahora, tras el 11-S y atentados subsiguientes) estamos ante un “nuevo terrorismo” que precisamos redefinir?
El aumento de la capacidad destructiva de algunas de sus acciones, la ampliación al campo internacional, el crecimiento del número de objetivos,…, es considerado por algunos analistas como lo “nuevo” en relación con el terrorismo “antiguo”.
Sin embargo su “novedad” es un tanto aparente ya que tales “novedades” no son tan “nuevas” (repásese la historia del terrorismo) y, además, el hecho terrorista actual continua siguiendo al pie de la letra la definición antes apuntada.
Incluso sus motivaciones o causas (políticas, religiosas, económicas, sociales,…, o sus diferentes combinaciones), empujen o no a una guerra, siguen siendo, de un modo u otro, las mismas de siempre.
“Los mismos perros con distintos collares”.
Pero, ¿qué es lo que pasa entonces, cuando un organismo como la ONU no llega a terminar de definir de forma clara y precisa, convenciendo a todos, tal término?
Si el concepto ya estaba definido, ¿donde está el “error en lo definido” para la nueva definición o redefinición que ahora se busca?
Resulta un tanto inexplicable que hasta el momento no exista ninguna definición aceptada en el seno de la ONU a pesar de que tal organismo lleve más de treinta años aprobando resoluciones sobre el terrorismo.
Ciertamente, si nos salimos de la definición del terrorismo esencial, la multiplicidad de definiciones acuñadas por historiadores, periodistas, políticos y expertos múltiples nos abruman.
Pero todas ellas tienen un punto en común, aquel de variar aparentemente la definición esencial (dejando lo inamovible de la misma) al centrarse más, con mayor o menor detalle, en determinadas peculiaridades, propias de los calificativos añadidos (terrorismo “nacional”, “internacional”, “político”, “religioso”,…).
Así, unas definiciones se “amplían” al orientarse hacia las motivaciones (políticas, religiosas, nacionalistas,…), otras hacia las características peculiares del mismo (regional, nacional, regional o nacional con bases en otros países, internacional,…), hacia sus métodos predominantes de acción (asesinatos individuales o colectivos, indiscriminados o selectivos,…) o a su nivel de actividad (muy alto, alto, moderado, bajo,…), etc., o bien una mezcla clasificatoria de todas ellas.
Pero la existencia de tantas definiciones teóricas, generalmente producidas del lado contraterrorista, no es óbice para intentar bajarnos de tal “Torre de Babel”, sobre todo teniendo presente la absoluta necesidad de una definición única y consensuada como elemento crucial para tratar de coordinar toda la colaboración internacional en la lucha contra el terrorismo.
Sin embargo, el “error en lo definido” no está del todo ahí. Aclararnos entre tantas definiciones teóricas no sería un gran problema.
El “error” hay que buscarlo en los intereses (políticos generalmente) de algunos de los definidores, de aquellos (no precisamos nombrarlos) que, empeñados en la lucha contraterrorista actual, en múltiples ocasiones y en la historia reciente, han teorizado, practicado y empujado a otros a practicar una violencia terrorista que decían, y aún hoy lo asumen, estar justificada.
En aquellos que no quieren que nada se defina o se redefina por cuanto no quieren que, en atención a sus intereses en juego, determinadas acciones, en la base de una definición sencilla del terrorismo, puedan ser calificadas por la comunidad internacional de terroristas.
Esta indefinición pues, apoyada en un “error – consciente- en lo definido”, por muchas listas de grupos terroristas que se confeccionen, guerras contraterroristas que se anuncien,…, debilita la necesaria unidad contra el terrorismo venga de donde venga y puede llegar a condicionar en algún momento determinadas acciones preventivas y/o ejecutivas contra el mismo.
Indefinición que sólo ayuda a los terroristas en sus argumentaciones.
Así, por el lado contrario, el terrorista, también encontramos definiciones, en su mayoría “justificativas”, por contra a las definiciones “acusatorias” de aquellos que sufren su actividad terrorista.
Y para ello encajan su injustificable actividad en la “violencia revolucionaria”, en las “acciones armadas de liberación nacional”, en acciones violentas de la insurgencia armada”, en “acciones de guerra de guerrillas (rurales y/o urbanas)”, en “acciones complementarias a una guerra regular o irregular”,…
De todas formas, es claro que aquí ya no estamos en el “error EN lo definido” sino, por la deformación de la definición esencial, en el “error DE lo definido”.

Y mientras tanto, menos mal que aquellos que luchan contra el terrorismo día a día sin definición teórica o académica, fundamentados sólo en la definición que pauta la realidad, no dudan en saber lo que, en la praxis, la sociedad les demanda.

miércoles, 13 de febrero de 2008

EN TORNO A LA "CAIPIRINHA"


EN TORNO A LA “CAIPIRINHA”

(Artículo “Burgense” DB)

Fernando Pinto Cebrián

(Dedicado a L.M y J.A)


Conocido el placer de degustar en Brasil una buena “caipirinha”, bebida popular en el sentido de amplitud social sin demasiadas consideraciones económicas, no extraña que cuando se pregunta a un brasileño fuera de su país por lo que más echa en falta, responda, entre otras cosas (el sol, la música, las mujeres, el fútbol, la alegría de vivir,…), en dirección a tal combinado.
“Mistura” (mezcla), divina o diabólica según nos citemos con ella, que nace de la unión, simple pero en justo equilibrio, de productos autóctonos difíciles de imitar en otras partes del mundo.
Por una parte, lo básico y fundamental, el “cuerpo y espíritu” de la bebida, el “aguardente, cachaça, pinga (el término más corriente junto con los dos primeros), branquinha, abrideira, água-bruta, água-benta, água-de cana, água-que pasarinho nao bebe, arrebenta-peito, caninha, tira-teina, suor de alambique,…” Nombres populares para definir el aguardiente de caña de azúcar.
Por otra parte el “limao”, limón brasileño a emplear verde, de piel brillante, pequeño y redondo, ácido y menos dulce que los maduros (denominados “galegos” por su color amarillo en recuerdo al pelo rubio de algunos de tales españoles), de diferente sabor a los conocidos en otros lugares del mundo. Limón que anima y a la vez atempera el aguardiente.
El azúcar, por supuesto también de caña, y el hielo para, refrescar, lógicamente de acuerdo con el clima, pero sin triturar como se suele hacer generalmente fuera de Brasil, ponen conjuntamente la “guinda” final a la “caipirinha”.
Beber “pinga” siempre ha sido común entre los “caipiras”, campesinos (según el diccionario brasileño: gente que vive en el “mato” -campo- y del mismo; también llamado “matuto” o “rociero”), gente del pueblo. Acercando a nosotros el significado, en ocasiones bajo la consideración (no siempre) de ignorantes, tímidos e ingenuos (“acanhados” según su expresión), una especie de “paletos”.
De ahí, de “caipira”, que, su bebida, ya “sofisticada” (no se conoce ni como ni cuando se concibe como tal), se denomine “caipirinha” (término que no aparece en todos los diccionarios brasileños).
“Sofisticación” que llega a su grado máximo cuando saliéndose de la “bebida madre” se emplea, por capricho y sibaritismo urbanos (tras la exportación de la “pinga” a la ciudad), Vodka o Rón en su confección, apareciendo entonces las denominaciones respectivas de “caipirosca” y “caipiríssima”.
“Sofisticaciones” todas ellas que arrebatan al que las prueba (siempre en la medida justa), llegando a ser, por su relativo bajo precio en comparación con otros combinados, el agradable apoyo a un buen aperitivo, ser copa única o únicas (se aconseja no mezclar) en festejos, en las “escapadas” a la tensión del trabajo, e incluso en aquellas noches donde como inquieto duende, engañando al tímido, al inexperto, le lance a bailar una “lambada” (“choque” según el diccionario brasileño)…, y a conseguir que el extranjero residente, al salir de Brasil, llegue también a notar su falta, a tener “saudade” de cuanto gratamente rodeaba a la “caipirinha”, dentro de ese espacio físico y espiritual de agradables relaciones, espacio personal, compartido a veces, pequeño o grande según cada uno, y que, en este sorprendente país, puede ampliarse hasta el infinito.

miércoles, 6 de febrero de 2008

ANOTACIONES SOBRE EL FENÓMENO GUERRILLERO EN LA PROVINCIA DE BURGOS DURANTE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA (Y III: Las causas del fenómeno)


ANOTACIONES SOBRE EL FENÓMENO GUERRILLERO EN LA PROVINCIA DE BURGOS (Y III: Las causas del fenómeno)


(Artículo DB “Especial Domingo”)


Fernando Pinto Cebrián


Este tema se suele estudiar bajo los dos clásicos puntos de vista: el general y el particular.
Desde el primero, señalaremos aquellos que hicieron capaz la existencia de tal fenómeno:
1) El sentimiento de impotencia para salvar a la Patria después de las derrotas de Zorroza, Gamonal y Tudela.
2) La escasez de recursos para reconstruir un fuerte Ejército nacional.
3) Los excesos cometidos por los franceses (el mismo Napoleón reconoció en sus “Memorias”: “Las guerrillas se formaron a consecuencia del pillaje, de los desórdenes y de los abusos de que daban ejemplo los mariscales, con desprecio de mis órdenes más severas”).
4) La presión ejercida sobre el pueblo con la ocupación.
5) El sentimiento general popular de rechazo ante lo señalado en los apartados anteriores (dicho sentir fue el que dio el carácter de espontaneidad al fenómeno guerrillero).
Consideraciones, todas entrelazadas, que crearon un ambiente general que estimuló de forma particular a cada hombre según viera afectada su familia, su entorno social,…
En nuestros guerrilleros, aquellos que actuaron en la provincia de Burgos, encontramos dos motivaciones que, complementándose entre sí, les empujaron a la guerrilla: el patriotismo y la venganza.
El “Empecinado” parece que se apoya más en el primero: se lanza a la guerrilla antes del 2 de mayo de 1808, consciente de que era la única solución viable para salvar a España, pero también contará con el odio al francés adquirido antes en la Campaña del Rosellón.
En el “Cura Merino”, sin embargo, está más clara la motivación de la venganza: los franceses, en enero de 1808, al no encontrar los suficientes medios para trasladar sus bagajes en su pueblo natal (Villoviado), obligaron a los vecinos a transportarlos; entre ellos se encontraba Merino, al que sacaron de la Iglesia donde oficiaba la Santa Misa; después de soportar en el camino a Lerma todo tipo de burlas y vejaciones, consiguió escapar y, jurando venganza, comenzó su andadura como guerrillero.
De una forma u otra, todos los futuros guerrilleros, abandonaron la “comodidad” de sus hogares por una causa prioritaria en su escala de valores.
Los comienzos fueron tímidos, pocos se lanzaron antes de 1809, sin embargo una vez iniciado el fenómeno, como si de un alud de nieve se tratara, fue imparable: el ejemplo de los primeros arrastraba al campo a los demás, ansiosos de emular sus hazañas, la sola condición de español bastaba para unirse a la guerrilla, no se tenía en cuenta ni el origen social, ni la edad.
Muchos burgaleses, como expresión de su rebeldía, nutrieron las guerrillas que recorrieron la provincia.
Tal fue el crecimiento de las mismas que se hizo necesario legislar su presencia y actividad en evitación de bandidajes y en la procura de una mejor colaboración con el Ejército regular.
Con leyes o sin ellas, Juntas como las de Burgos, Aranda, Roa, Lerma y otras, canalizaron los apoyos a nuestras guerrillas en información, víveres, dinero,…, desde los comienzos.
Guerrillas burgalesas que con su actividad, junto a aquella de las otras repartidas por el territorio nacional, hicieron que Napoleón denominara la situación creada por el conjunto del fenómeno guerrillero de “avispero español”.

martes, 8 de enero de 2008

APROXIMACIÓN A LOS COMUNICADOS TERRORISTAS (Elementos básicos para su correcto análisis e interpretación)

APROXIMACIÓN A LOS COMUNICADOS TERRORISTAS

(Elementos básicos para su correcto análisis e interpretación)

Fernando Pinto Cebrián


Y uno más…
Y una vez más, desde el ámbito político y mediático, se da una réplica analítica…
“Más de lo mismo”, como se suele decir coloquialmente.
Un primer punto de aproximación a la correcta interpretación de los comunicados terroristas: la "comunicación" terrorista como propaganda es un procedimiento reiterativo empleado desde siempre. Por lo tanto la sorpresa mediática no debería existir.

Cualquiera que sea el grupo terrorista que se considere, al tocar sus actividades mediáticas con el escalpelo del análisis, siempre se concluye que sus actos necesitan compulsivamente de la propaganda, y más en un mundo como en el actual que vive inmerso en la cotidianeidad de las comunicaciones.
Necesidad por tanto, en primer lugar, para dar a conocer “las razones”, las “suyas” (ningún planteamiento las tiene si atenta contra la vida humana), de su existencia
Este es por tanto el segundo punto de aproximación: los terroristas precisan hablar para intentar justificar su existencia.

Y, más en concreto, con “sus razonamientos”, aparentemente razonables pero falsos, aunque ellos los consideren “verdad absoluta”, intentar justificar la violencia de sus acciones.
Así, un tercer punto de aproximación: necesitan de comunicados para intentar “justificar” lo injustificable de su barbarie.

Al mismo tiempo, sea cual fuere la tipología del terrorista, en el convencimiento, muy condicionado y erróneamente influenciado, no ya por la realidad sino por la irrealidad virtual en la que viven, de que son luchadores por la "libertad" (aquella que coarta y quita la vida a los demás), tratarán, inútilmente para los conocedores de sus falacias, prolongar la situación de miedo/terror que sus sangrientas acciones provocan a través del recuerdo de atentados pasados, el más reciente y la amenaza de otros en el futuro.
Y éste es el cuarto punto de aproximación: los terroristas emplean los comunicados, y propagandas anejas, para intentar prolongar la situación de miedo/terror que provocan sus acciones.

Pero su propósito al comunicar intenta ir más allá del mero asustar.
Buscan, con ansiedad insistente, influir en opiniones, emociones, actitudes, y conductas, para provocar reacciones encontradas en el ámbito social, el político y el institucional y condicionar decisiones para tratar imponer las suyas (antidemocráticas por definición en cuanto a su imposición por las armas).
Quinto punto de aproximación: tras el empleo de las armas, que indudablemente no tienen representación en la política democrática, intentan, tensionando la misma, condicionarla con “sus palabras” antidemocráticas, al tiempo que desafían a la sociedad y a sus instituciones.

Por otra parte sus comunicados también van dirigidos a los “suyos” para adoctrinarlos, para integrarlos “en su molde”, para unificar dictatorialmente sus opiniones, para evitar el escape de su dirección, para obtener apoyos de sus incondicionales, para excitarlos y exacerbarlos hacia la aplicación de actitudes complementarias de sus intereses.
Y un sexto punto de aproximación: intentan que sus comunicados sirvan también de “prueba”, al tiempo que de "doctrina", para el dominio tácito de “sus bases”.

Comunicados en los que, aplicando metodología y proposiciones sediciosas, se subvierte y se transforma, tanto la memoria histórica como la realidad actual, para hacernos creer sus desvaríos: que ellos son realmente las “víctimas” de un problema antiguo (de carácter político, religioso, étnico,…) que aún continúa activo por culpa de la “incomprensión” de la sociedad, de los dirigentes políticos y las instituciones del ahora.
Séptimo punto de aproximación: explotación de un falso “victimismo”, que viene de lejos, como apoyo base y complemento a otras justificaciones, a su existencia y a sus actividades.

Así pues, todos los comunicados, metodológicamente hablando, se parecen en su habitual lenguaje surrealista, propio de “revolución” política, religiosa,…, rancia y trasnochada, y en cuanto a su formato, en el que el orden de sus elementos no altera el producto final:
Encaje en la situación actual arrancando en su caso de procesos anteriores/antecedentes; señalamiento, sin dejar de lado insultos, falsedades y todo tipo de acusaciones, de las equivocaciones y de los errores de toda índole cometidos por aquellos (políticos, instituciones, grupos sociales,…) que con sus actitudes, de toda índole, les empujan a la actividad terrorista (según ellos “armada”) como única salida/ “victimismo”; reivindicación o reivindicaciones/ autoría; justificación o justificaciones a través de “reflexiones”; exaltación hacia sus “bases”; “decisiones” o amenazas cara al futuro; y firma.
Y, finalmente, un octavo punto de aproximación: la cansina rutina formal de la construcción metodológica (lenguaje y encuadre), aunque cambien los redactores (lo que se nota), de sus comunicados.

Y entonces, ¿qué es lo que queda por saber?
Que lo mejor es, visto lo visto, no dar a sus comunicados la importancia que los terroristas desean, castrando así su propaganda.
Que sería conveniente evitar su difusión exagerada y sobre todo, los comentarios interpretativos que dividan a la sociedad, a los políticos,…, rompiendo la necesaria unidad contra el terrorismo.
Que los análisis de rigor deben quedar para los expertos en la lucha contra el terrorismo.
Que la posible contrapaganda, en su caso, debe ser, ágil y oportuna, bien preparada y nacer de las irrenunciables concepciones democráticas siempre incompatibles con la violencia.
O bien, olvidarlos y responder como se debe, en silencio, con una efectiva acción contra el terrorismo por parte de la sociedad y de todos aquellos que luchan contra el terrorismo, de forma que se rompan definitivamente todos los esquemas planteados en sus comunicados.

martes, 1 de enero de 2008

ANOTACIONES SOBRE EL FENOMENO GUERRILLERO EN LA PROVINCIA DE BURGOS (II.- El marco geográfico de las operaciones guerrilleras)


ANOTACIONES SOBRE EL FENÓMENO GUERRILLERO EN LA PROVINCIA DE BURGOS DURANTE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1808-1814). (II.- El marco geográfico de las operaciones guerrilleras)

(Artículo DB. Especial Domingo)

Fernando Pinto Cebrián


Las tierras burgalesas, soporte del nacimiento Norte de la Cordillera Ibérica y tránsito de parte de la Cantábrica, son asimismo en su mayor parte divisoria de los cursos del Ebro y del Duero, inclinándose más en extensión hacia la vertiente derecha del segundo.
Dicha divisoria principal, constituida por los Montes de Oca, Sierra de la Demanda, Neila, Picos de Urbión,…, con aquellas otras unidades orográficas como Sierra Salvada, Peña Amaya, Montes Obarenes, Sierra de Covarrubias, Las Mamblas, Peña de Cervera, Sierra de la Umbría y un sinnúmero de estribaciones menores, proporciona a la provincia burgalesa la suficiente variedad como para poder afirmar que, al igual que en otras de España, la provincia de Burgos tenía condiciones para la guerrilla de instalación rural: sierras y montes cubiertos de vegetación, comunicaciones nada fáciles a su través, climatología dura, sobriedad de recursos que hay que saber buscar, campesinado abundante,…, condiciones que cobran vida al unirlas a un pueblo con carácter innato e individual de resistencia a todas las adversidades, de valor históricamente comprobado, de virtudes y defectos que siempre le han empujado a las más graves decisiones.
Para el invasor francés, el dominio y control del suelo burgalés tenía gran valor por ser el soporte del nudo de comunicaciones de Burgos. Por la capital pasaba uno de sus ejes de actuación estratégica: Irún-Vitoria-Burgos-Aranda-Somosierra-Madrid-Andalucía, permitía seguir también el camino a Lisboa entrando en Portugal por Ciudad Rodrigo-Fuentes de Oñoro, y servía de punto de partida para otros enlaces de más corta importancia: Burgos-Santander, Burgos-León-Galicia y León-Asturias, Burgos-Logroño-Pamplona-Zaragoza, Burgos-Soria-Calatayud, enlazando con la línea Zaragoza-Guadalajara-Madrid.
El mismo Napoleón conocía la gran importancia militar de la provincia de Burgos por su particular posición estratégica y trataría por ello de convertir su capital en base de operaciones para el sector Norte de la Península y punto fuerte de apoyo en caso de una obligada retirada de las tropas del Sur.
Como consecuencia, las tropas napoleónicas, constituyeron en ella un gran centro de abastecimientos y mantuvieron, casi constantemente, una fuerte guarnición.
De acuerdo con este orden de ideas y ante la eficacia de nuestros guerrilleros, al invasor no le quedará más remedio que reconocer ante los hechos, aunque con insultos, calumnias y la presencia de más tropas, el daño que éstos le causaban.
El “brigante” es libre como el viento, va y viene de donde y a donde le interesa. Su ágil andadura y ser dueño de sus propias decisiones se lo permiten, sin embargo, siempre, por razón de su origen, posterior ubicación social y del conocimiento orográfico que las dos primeras conllevan, tiene unas áreas, no bien definidas, donde suele establecerse más tiempo y, por ello, donde realiza mayor número de acciones, donde se oculta mejor, donde cuenta con confidentes, donde sabe resolver las dificultades para abastecerse,…
Generalidades que nos abren la puerta al campo particular de nuestros guerrilleros (breves anotaciones sobre su perfil militar en relación con la orografía de su actividad guerrillera en la provincia de Burgos):
a) “El Empecinado”:
Por su carácter inquieto y audaz, su precoz experiencia militar (se fugó a los 16 años para sentar plaza pero, aunque su familia lo evitó, lo logró a la muerte de su padre participando después como soldado del Regimiento de Caballería “España” en la Campaña del Rosellón), quizás también por el origen geográfico de su nacimiento (Castrillo de Duero, Valladolid) en la vertiente Sur del Río Duero, por su tendencia a la acción militar bajo el punto de vista “regular” y a la colaboración con el Ejército (tropas del General Cuesta, del Duque del Parque,…) es, tal vez, lo que le empujó a dar amplitud a su zona de acción, no concretándose a una más limitada como ocurrirá con otros guerrilleros.
Sin embargo, dentro de esa amplitud, actuó también en la provincia de Burgos: Aranda y Roa fueron los puntos clave y las comunicaciones de Burgos a Madrid y Valladolid las más castigadas por sus fuerzas.
b) El Cura Merino:
Nacido en la localidad burgalesa de Villoviado, buen conocedor de la orografía en su proximidad, cazador, buen jinete y con predicamento personal al margen del propio de su actividad sacerdotal, le convirtieron en un excelente líder guerrillero
Sierra de Covarrubias, Las Mamblas, Montes de Oca, Sierra de la Demanda, de Neila, de Quintanar, Picón de Navas, Peñas de Cervera, Sierra de la Umbría, sabrán de sus andaduras y de sus inaccesibles refugios.
Todas las comunicaciones que desde Logroño, Soria, Segovia y Madrid se dirigen a Burgos, vivirán, preferentemente la última, el temor constante a sus sorpresivas acciones.
Pueblos como Roa, Quintanar de la Sierra, Hontoria de Valdearados, entre otros, quedarán marcados para la Historia con la huella de su valentía y su ferocidad ante el enemigo.
Sólo en contadas ocasiones extenderá su campo de operaciones fuera de estas tierras y, casi siempre, obligado por la consecución de un objetivo determinado.
Así pues, la zona en la que se creó el temor de su nombre fue eminentemente burgalesa. Una de las razones para considerarle, en comparación con los demás, el guerrillero burgalés por antonomasia.
c) Francisco Anchía (Longa) y Abecia:
El tener Longa su hogar y entorno social en las proximidades del Ebro y su unión a la guerrilla de Abecia, también de origen vizcaíno, podrían ser algunos de los motivos que les empujaron a combatir al francés en Vizcaya, Álava y Norte de la provincia de Burgos.
La Lora, La Bureba, Montes de Oca y Obarenes, fueron su escenario burgalés.
d) Otros guerrilleros:
El localismo guerrillero al que hicimos referencia se manifiesta con claridad en las siguientes frases de don Ramón Sánchez Agesta:
“Si hay algo que encadena al hombre a su destino histórico, ese algo es el pedazo de tierra en que le tocó nacer y vivir. La historia, en sus constantes insoslayables, se presenta como producto rezumado del suelo”.
Sin embargo, ante la invisibilidad de aquellos límites ocasionales, provinciales,…, que nunca detuvieron a nadie, a no ser por el apoyo de una fuerte y difícil orografía, el carácter localista aludido, sin perderse, se diluye un tanto cuando situamos a los guerrilleros a caballo de los límites citados, y más aún, cuando el enemigo, como objetivo o elemento de presión, manda.
Es cierto que, bajo el primer punto de vista, hubo guerrilleros con fuerte carácter localista de forma que muchos autores del tema hablarán específicamente de guerrilleros castellanos, catalanes, manchegos, riojanos, andaluces, aragoneses,…, pero al descender de lo castellano a lo burgalés, lógicamente tal carácter se ve restringido quedando como único y más idóneo representante el Cura Merino.
Saliendo de tal exclusividad, no sólo hemos de citar al “Empecinado”, a Longa y a Abecia, otros guerrilleros como Ignacio Cuevillas, El Cura Tapia (Juan Tapia), Pérez Orue, el Padre Herrera,, Salazar (el hijo mayor del Marqués de Berrio Lucio), Bartolomé Amor, Sadorníl, Narrón, Durán, Campillo, entre otros, actuarán también, algunos reunidos y otros independientemente, en zonas burgalesas.