martes, 5 de mayo de 2009

LIBROS DE "ESPIONAJE" (comentario)

LIBROS DE ESPIONAJE

(comentario)

Fernando Pinto Cebrián

Dejando de lado los textos militares específicos (no abundantes) y las referencias concretas al “espionaje” y la “información” en otros dedicados al Arte de la Guerra de finales del XIX e inicio del XX, desde finales de este siglo hasta hoy, tal tipo de obras son en España multitud.
Aunque académicamente se diferencie el término “inteligencia” (proceso de elaboración de la información) de aquel de “espionaje” (acción para obtención de la información requerida), hemos de tener en cuenta, para una clasificación de conjunto, más amplia, que el primer vocablo no es más que un eufemismo del segundo (cuando se detiene a un agente de inteligencia en territorio “enemigo” se le detiene bajo acusación de “espionaje” y no por otra cosa).
Así, si tenemos en cuenta “el que ha sido” del “espionaje” (su nacimiento, evolución, organización, etc.), tendremos libros dedicados a su historia (que derivará hacia aquella de la “inteligencia”).
Si hablamos del “que es” el “espionaje” (su definición, estructura, trabajo, etc.), encontraremos textos dedicados a los Servicios, Centros…, cualquiera que sea su denominación, dedicados al “espionaje”.
Si tratamos el “que hace” (misiones, acciones concretas, etc.), hallaremos obras relativas a las funciones de los organismos y de sus miembros (“agentes de inteligencia o, socorridamente, “espías”).
Si explicamos el “como lo hace”, tomos que nos describen determinadas actuaciones, de conjunto o individuales.

En el último caso, fuera de los que se dicen de rigor, hay que sumar la “literatura de espionaje”.
Producción literaria que abraza a su vez las publicaciones de ficción o entretenimiento y aquellas otras (editadas bajo autorización o no; con datos recibidos de la “inteligencia” o no) dedicadas, más o menos noveladas, a la vida y milagros de algún “espía-agente de inteligencia”, en su caso devenido en escritor.
Y llegado a éstas, resulta curioso, sometiéndolas a análisis, como intentan dejar entrever ciertas (posibles) realidades personales o generales del organismo que les acoge (crisis de identidad, errores, fallos de seguridad, obsolencia de misiones, luchas internas, divergencias y fallas de cooperación,…), por cuyas delaciones pudieran ser perseguidos por traición.
“Realidades” que los textos anteriores, bajo el rigor académico y la necesidad de mantener el secreto, no expresan.
En su conjunto, todos son perfectamente válidos como vías de acercamiento al mundo del “espionaje-inteligencia”.
Sin embargo, siendo todo lo que a ese mundo rodea tan secreto como se dice ¿estamos ante obras realmente “históricas”? (¿se cuenta toda la verdad del pasado?), ¿realmente estructurales? (¿se nos dice realmente como son?), o ¿realmente técnicas? (¿la realidad se ajusta a los que teóricamente se expresa?)…
En algunos países se abren, pasado un tiempo marcado por Ley, los archivos de los Servicios Secretos y con sus datos se producen textos ad hoc de todo tipo (¿pero realmente se abre todo?)…
Cierto es, que al margen de propaganda interesada, la respuesta es siempre la misma: sabemos lo que necesitamos saber de un mundo secreto.
Está claro, “si el hábito hace al monje”, en este caso el secreto hace que los libros de espionaje, salvo aquellos de ficción, sean como son, incompletos en la verdad, se dice de todo pero no todo.
Hay intereses, pero por encima de ello, vidas en juego de los que nos defienden.
De todas formas, aunque haya que "dar al Cesar lo que es del Cesar", no creamos "en dioses falsos" ni demos a cualquiera "patente de corso".