domingo, 30 de septiembre de 2007

PREVISIÓN Y PROSPECTIVA, RETOS PARA EL ANALISTA DE TERRORISMO


PREVISIÓN Y PROSPECTIVA, RETOS PARA EL ANALISTA DE TERRORISMO

Fernando Pinto Cebrián

Tan necesario como conocer la esencia de un problema (información) es tener y saber emplear las herramientas (el análisis entre otras) para resolverlo.


Resulta habitual escuchar, respecto a las acciones a desarrollar en la lucha contraterrorista o antiterrorista, los tópicos de prevenir, combatir y terminar con el terrorismo (no por tópicos faltos de interés).
Acciones que marchan en tiempos paralelos a los correspondientes a la actividad terrorista:
. Prevenir, para evitar que un grupo terrorista nazca y se desarrolle y que sus acciones de terror aparezcan. Para todo analista contraterrorista, sea cual fuere la tipología del terrorismo, adelantarse a la posible organización en el interior del país o a la llegada de fuera de un grupo terrorista, evitando así su aparición, es un gran éxito de prevención (algunos autores consideran que tal prevención está fuera de la lucha antiterrorista al no estar los terroristas instalados aún en el país y no desarrollar atentados).
. Combatir, para impedir, cuando el grupo terrorista ya ha aparecido, sus acciones de terror y el crecimiento de su fuerza. Adelantarse a los terroristas en cualquiera de sus actividades para desbaratarlas y propiciar su detención es una gran victoria. En este caso, tal adelantamiento supone sólo una acción, un combate en términos militares, dentro del nivel táctico de la lucha cotidiana contra el terrorismo.
. Terminar con el terrorismo para, con la desaparición real del grupo terrorista, volver a la normalidad. A tal fin se requieren acciones multidisciplinares de mayor alcance en el tiempo y en el espacio, acciones estratégicas, en las que el adelantamiento temporal a las intenciones de los terroristas sea mayor al objeto de poder anular completamente su organización y actividades.
Acciones (prevenir, combatir y terminar) que, a pesar de la simplicidad expositiva, requieren trabajos complejos para aquellos que intervienen en tal lucha antiterrorista en sus diferentes niveles según tiempos y espacios de actuación (nivel de intervención u operacional, de información y de inteligencia).
Aquí nos centraremos únicamente en aquel que compete a los analistas de terrorismo en general
En principio, al añadir al término genérico de analista su funcionalidad específica, la definición resulta obvia: aquel que, cualquiera que sea su método de trabajo, disecciona el fenómeno terrorista para conocer su proceso teniendo presentes los objetivos generales de prevenir, combatir y terminar con el terrorismo.
En cuanto a sus cualidades, el analista, dejando al margen el debate de si éste nace o se hace, precisa, para el buen desarrollo de su función, una especial sensibilidad producto de un conjunto, suma de cualidades generales o personales, de otras específicas o profesionales de absoluta necesidad y de una dilatada experiencia.
De esa forma, el analista, aplicando los métodos apropiados al caso, realizará la transformación de la información (conjunto de noticias sobre el terrorismo) que obtiene y recibe, en un proceso continuado a través de la recepción de nuevas informaciones, en elementos fundamentales para la lucha contra el terrorismo.
Al hablar en la lucha antiterrorista de prevenir, combatir y terminar con el terrorismo conveníamos genéricamente unos tiempos de adelanto o de anticipación a toda actividad terrorista que el analista de terrorismo habría de buscar en su trabajo para que éste fuera eficaz: adelanto a la aparición del grupo terrorista, adelanto para evitar sus atentados y actividades tras su aparición, y adelanto en sus intenciones para facilitar el fin del terrorismo.
Tipos de adelantos, diferentes en cuanto a sus tiempos (corto, medio y largo plazo) que suponen un gran reto para los analistas de terrorismo, y que nos permitirán acercarnos a los conceptos de previsión (en cuanto busca visualizar el futuro posible a corto y medio plazo para conocer, a través de algunas señales e indicios, lo que va a ocurrir) y de prospectiva (en cuanto busca visualizar los futuros lejanos posibles para, actuando en el presente, lograr el futuro conveniente); conceptos enlazados a su vez, en cuanto a su empleo, con el producto del trabajo del analista de terrorismo.
La previsión (acción y efecto de prever), concepto diferenciado de la prospectiva aunque relacionado con ella en cuanto nos habla del futuro, busca, por su parte, explicarlo desde el pasado. Se trata de la visión parcial de un futuro único y cierto, conformado a través de variables conocidas, objetivas y cuantitativas; en nuestro caso a través de las informaciones habidas sobre el grupo terrorista. Informaciones que transformadas en hipótesis y modelos (en general deterministas y cuantitativos) nos ayudan, en definitiva, a prever lo que ocurrirá si no hacemos algo para evitarlo (aquí entra la actividad de la lucha antiterrorista para limitar e impedir las actividades terroristas).
En cuanto a los tiempos, hay que tener en cuanta que los clásicos de corto, medio y largo plazo (en general de uno, cinco y un periodo superior de años, respectivamente) empleados por los analistas fuera del trabajo antiterrorista, pueden ser aquí menores, ante la necesidad, en algunos casos, de una respuesta cercana a la inmediatez.
Así la previsión procurada por el analista de terrorismo acoge todos los plazos apuntados y busca las posibles amenazas terroristas que se producirían en esos tiempos y en una fecha que el analista sólo se puede señalar con cierta aproximación (marca las alertas).
Lo que se apunta, en definitiva, es una tendencia lógica de la actividad terrorista en los plazos citados que ayude a la toma de decisiones en contra inmediatamente ejecutables.
Asimismo se ha de tener en cuenta la rapidez o lentitud con que los hechos se producen; velocidad que se hará notar en la intensidad del trabajo del o de los analistas de terrorismo.
En todo caso son tiempos a aprovechar por los encargados de la lucha antiterrorista para adelantarse a la actividad terrorista y frustrarla mediante un proceso de anticipación intelectual basado en una información veraz y contrastada; proceso generalmente empleado, en este caso, para prevenir a corto plazo el nacimiento o aparición inminente de un grupo terrorista y sus actividades, y para combatir el terrorismo una vez nacido y asentado coadyuvando con tal combate a terminar con el terrorismo.
Para este trabajo se requieren analistas especializados en previsión (en hipótesis y modelos, entre ellos los más probables y los más peligrosos), y como estas previsiones pueden variar con cada analista se hace necesario el trabajo en equipo al objeto de confrontar, a través de discusión ordenada, los puntos de vista personales y lograr, mediante la complementariedad, una visión común de la situación
Al hablar de prospectiva ampliamos la visión del futuro; visión más global y alargada en el tiempo. Abarca una mayor cantidad de posibles acontecimientos y se alarga el plazo temporal para la comprensión de sus efectos (generalmente un plazo mayor que el largo plazo antes aludido). Aquí ya no se trabaja con hipótesis o modelos, aunque se deban tener en cuenta asociándolos a la prospectiva, se trabaja imaginando escenarios (descripciones alternativas del futuro pensados estratégicamente) planteados sobre los futuros posibles con la finalidad última de planificar las acciones necesarias (estrategias de acción) para evitar o acelerar su ocurrencia. Ahora el futuro, múltiple e incierto, abierto e indeterminado, es la razón de ser del presente, es decir, se crean unos futuros hipotéticos (por ejemplo, el más probable y los más peligrosos) y se interviene sobre ellos desde el presente, mediante métodos cualitativos y estocásticos (relativos al azar), para diseñar y construir el futuro que elegimos (en este caso un futuro sin terrorismo).
Al analista se le pide, por tanto, una mayor creatividad y profundidad de análisis evitando en lo posible la influencia de las condiciones del presente, por eso es el campo de trabajo de los mejores analistas ya que han de lidiar con una gran cantidad de variables cualitativas, cuantificables o no, subjetivas y muchas de ellas desconocidas.
En este caso el adelanto temporal a las actividades terroristas es superior al considerado para la previsión. Tipo de adelanto que aparece al hablar de prevenir la posible aparición de un grupo terrorista cuando la misma se supone sería sólo posible a largo plazo (amenaza lejana) buscando evitarla, a la hora de combatir cuando se trabaja sobre la posible evolución cuantitativa y cualitativa de sus acciones también en dicho plazo y frustrarlas desde lejos, y al hablar de terminar con el terrorismo ante la necesidad de plantear proyectos y estrategias a largo plazo.
Es por ello, por lo que aquí se superan, lógicamente sin olvidarlas, las previsiones actuales y estimativas, apareciendo otras que podemos convenir, didácticamente hablando, en denominar previsiones del futuro.
Previsiones del futuro, ahora ya prospectiva, que, desarrolladas, deben ayudar a la toma de decisiones, más o menos inmediatas teniendo en cuenta todas las vías alternativas de actuación, que lleven a la obtención, por su influencia, de resultados favorables en el futuro previsto. Prospectiva que, como las anteriores previsiones, también se ha de revisar y actualizar constantemente.
Para este trabajo, en atención a que la previsión y la prospectiva emplean diferentes métodos de análisis, se han de emplear equipos diferentes de analistas, separados en cuanto a su trabajo específico pero unidos en cuanto al conocimiento del presente, del futuro inmediato y del posible lejano al objeto de que la eficacia de su participación conjunta en la lucha antiterrorista sea continua en el corto, medio y largo plazo.
En conclusión:
Adelantarse, anticiparse a la amenaza terrorismo en cualquier momento de su actividad (corto, medio, o largo plazo) para acabar con el mismo debe ser para los analistas de terrorismo, cualquiera que sea su nivel, uno de sus objetivos prioritarios.
Anticipación que se ha de procurar siempre, tanto en el terreno táctico (corto y medio plazo) como en el estratégico (largo plazo), sin perder de vista la flexible dependencia y unidad de acción que deben existir entre ambos campos de trabajo al objeto de evitar discontinuidades informativas y lograr, en su caso, ser menos sorprendidos por las actividades terroristas y evitar caer, lo menos posible, en situaciones de crisis.
Es aquí donde la aplicación de los métodos relativos a la previsión y a la prospectiva supone, para adelantarnos en el tiempo a las futuras actividades terroristas, el verdadero reto del analista de terrorismo, y su logro, el éxito de su trabajo.

BIBLIOGRAFÍA:

GODET, Michel (1993). De la anticipación a la acción: manual de prospectiva y estrategia. 1ª ed. Bogotá (Colombia): Marcombo, 1993.
GODET, Michel (2001). Creating Futures : Scenario-planning as a strategic management tool. Washington (EEUU) : Económica-Brookings, 2001.

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