jueves, 20 de septiembre de 2007

INTRODUCCIÓN A "LA GEOGRAFÍA Y LA GUERRA. UN ANÁLISIS DE SUS RELACIONES"


INTRODUCCIÓN A “LA GEOGRAFÍA Y LA GUERRA. UN ANÁLISIS DE SUS RELACIONES”


Fernando Pinto Cebrián


No se trata aquí de conformar una historia de la “geografía militar”, aunque algunos de los datos aportados en el texto, lógicamente, entren dentro de ella, ni tampoco expresar métodos de trabajo.
El presente trabajo persigue la finalidad de intentar determinar el papel que la geografía y la topografía, ésta como aspecto más concreto de la primera, juegan en el fenómeno de la guerra; de resaltar la importancia que han tenido y tienen estas variables, pero tratando de destacar algunos datos referentes al porqué de cada época o de cada tipo de conflicto; de ver si hay evolución en el empleo desde la topografía a la geografía, no sólo teóricamente, desde el terreno de lo inmediato al del conjunto del país, sumándole otros aspectos en relación con el pueblo que lo ocupa; de detectar si en tal evolución tienen algo que ver las concepciones tácticas y estratégicas de las guerras; de reseñar si hay una mínima relación de correspondencia entre topografía-táctica y geografía-estrategia; de analizar conflictos de carácter específico (guerrillas-contraguerrillas, guerra nuclear…), buscando una línea similar a la seguida para el análisis de los conflictos “normales”.
Al margen de todas estas consideraciones, habrá que tener también en cuenta que la geografía-topografía, en su historia, tampoco ha sido totalmente independiente del fenómeno de la guerra para lograr algunos de sus avances científicos (dogmáticos y pragmáticos), como no lo fue de la navegación, de los descubrimientos y del comercio.
Muchos de los tratados sobre geografía de la antigüedad (Herodoto, Estrabón…), con su estilo descriptivo de pueblos, regiones, accidentes orográficos, hidrográficos, caminos, recursos, etc., y compuestos, por tanto, fundamentalmente por la corografía (descripción de alguna región que tenga una extensión más bien grande), la topografía (descripción con detalle de algún lugar o extensión pequeña de la Tierra) e hidrografía (descripción general y en detalle del agua de la Tierra), sirvieron posteriormente en la práctica, no sólo a navegantes y científicos, sino también a muchos Generales que se aprovecharon de su estudio antes y durante sus campañas, o que propiciaron su desarrollo convencidos del valor de su apoyo para lograr la victoria y de que, como nos dice Bernhard Varenio (1622-1650): mientras la dedicación a casi todas las demás artes se ve afectada dañinamente por las guerras, sólo la Geografía aumenta con aquellas junto con la que llaman Fortificatoria (Del Capítulo I: Origen de la Geografía, de su obra Geografía General, 1650. Texto que fue utilizado para la enseñanza militar en los siglos XVII y XVIII en Saint Cyr, y también en Moscú para la formación de los oficiales de la Marina en 1718).
Hoy día, una vez alcanzadas y sobrepasadas las concepciones sobre “geografía aplicada” bajo diferentes formas de pensamiento, la “geografía militar” es ya un hecho incuestionable, aunque no aún con la independencia de materia nueva; y, así, es asignatura común en academias militares y escuelas de Estado Mayor (con una larga tradición en ocasiones), sin ser difícil el que, como ocurre todavía en gran número de países iberoamericanos, la geografía oficial esté basada en la de algún centro de las Fuerzas Armadas.
Aspectos éstos que han dado pie a que algunos autores, seguidores de la denominada “geografía radical” lleguen a concebir la geografía como una rama más para la guerra (Yves Lacoste en 1976 decía que la geographie, ça serv d´abord à faire la guerre), superando la idea de que la geografía es sólo un “soporte” sobre el que se hace la guerra y que hay que conocer lo mejor que se pueda para evitar, si fuera posible, la guerra y, en el peor de los casos, la derrota, para añadir que la geografía es también una “herramienta” con la que se hace la guerra.
En todo caso, como se detectará en el texto, las cosas no son nunca tan simples como para plantear generalizaciones que valgan eternamente; éstas pueden esbozarse o intuirse en algunas ocasiones, tímidamente, pero teniendo en cuenta siempre que el hombre, con su inteligencia, da toque final en cuanto al empleo de ese “soporte-herramienta” que supone la “geografía-topografía”, y que es así como, junto con otros factores tratados igualmente, se llega a crear “arte”, aún dentro de la irracionalidad de la guerra.
Por último, conviene señalar que el empleo del binomio “geografía-topografía” a lo largo del texto se produce como consecuencia de querer resaltar dos niveles de observación, uno general y amplio y otro más inmediato del mundo que nos rodea; niveles que también estarán, a su vez, en contacto con los de decisión y ejecución de lo militar en el “fenómeno de la guerra”, en forma diferenciada, aunque manteniendo siempre, de una manera u otra, su ineludible y necesaria relación a través de la evolución de las guerras y de las ciencias.

No hay comentarios: