viernes, 9 de noviembre de 2007

INTRODUCCIÓN A "LOS CONFLICTOS BÉLICOS Y EL FENÓMENO URBANO (EL "FACTOR MILITAR")"



INTRODUCCIÓN A “LOS CONFLICTOS BÉLICOS Y EL FENÓMENO URBANO (EL “FACTOR MILITAR”)

Fernando Pinto Cebrián


Ya es aceptado unánimemente que el espacio urbano, y aquel circundante bajo su influencia, constituyen parte del espacio geográfico global o total.
Que tal espacio es un “accidente artificial” (fragmento del “paisaje” geográfico cultural), humano (se habla de “humanización” del paisaje), con dinámica de vida propia y ajustada, en cuanto posible, a sus habitantes dentro de un juego de necesidades y posibilidades. Expresión visible, como nos dice F. Ratzel, de la actividad de los grupos humanos (“organismos que crecen y se multiplican tendiendo a expandirse…”), puesto que con dicha actividad se transforma la fisonomía de los lugares a través de todo tipo de obras materiales, entre ellas las propias de las poblaciones.
El hombre se presenta así como “agente “geográfico.
En ese camino hacia la “emancipación” del hombre de las condiciones físicas por medio de las sucesivas adaptaciones del hábitat (aunque “inconscientemente se crean otras nuevas dependencias y nacen así sucesivas acomodaciones), son varios los “factores” que se suelen citar, con diferente orden de prioridad (en ocasiones real y en otras subjetivado por interpretaciones actuales), como impulsores de los orígenes o de las modificaciones de las diferentes realidades urbanas: factores religiosos, “militares”, políticos, económicos, sociales…; ninguno de ellos generalmente aislado (puede “faltar” alguno, pero el resto siempre se manifiesta, en mayor o menor grado en interrelación).
Atendiendo a la existencia analítica de esos factores, en el presente trabajo se abordará individualmente, pero sin perder lógicamente de vista la influencia de sus posibles contactos con los otros, el “factor militar”, uno de los más olvidados y menos estudiados en profundidad por la generalidad de los geógrafos.
“Factor militar” que ligará también, de alguna manera, a la ciudad con el territorio que la rodea (nos será válido entonces el término de “aglomeraciones” urbanas: “conjunto formado por un centro urbano principal y las unidades urbanas adyacentes dependientes de él”), además del utilizado como soporte de la misma, y que también interviene en las relaciones entre ciudades.
Fuera de esta línea, en parte, es preciso acudir a algunas Geografías “Militares” para encontrar que, de forma general o particular según los casos, se habla de las ciudades en cuanto a su valor e importancia militar por determinadas facetas prioritarias: políticas, económicas, tácticas, estratégicas, logísticas…; comentarios, estudios…, que, posteriormente, son relacionados con un concreto grado de aplicación de fuerzas para su control, defensa o ataque.
Por otro lado, también es preciso tener en cuenta que el contenido y la interpretación del título “factor militar”, en relación con el origen y evolución de las ciudades y aglomeraciones, tiene, lógicamente, diferente sentido a través de los tiempos. Diferencias provocadas porque las causas origen: enemigo interno o externo, y los efectos: destrucciones parciales o totales, rendiciones por ocupación, sometimiento…, son en cada tiempo diferentes por motivos obvios: distintas concepciones en cuanto a la medida del espacio y del tiempo, a la tecnología aplicada a la construcción militar, a las armas… Así, se iniciará un camino que nace de la intuición primigenia, con la simple procura de la seguridad física (defensa tanto de los humano como de lo animal), donde lo “militar” organizado no estaba ni siquiera esbozado, que pasará luego por la defensa ya estudiada (ante un ataque también militarmente estudiado), y que llegará finalmente a las concepciones actuales en generalización, ya empleadas o consecuencia de los últimos conflictos imaginando los futuros.
Concepciones que tratan siempre de impedir la destrucción física (o su derrumbe moral en otros casos) de la ciudad o aglomeración mediante la figura de “ciudad abierta”, o que buscan la seguridad del elemento humano mediante la construcción de refugios de todo tipo, el desarrollo de procesos de evacuación, etc.
Se hablará, pues, de acuerdo con lo expresado, dentro de la relación entre vulnerabilidad y seguridad interna y externa de las ciudades y aglomeraciones (posibilidades de ataque y necesidades de defensa), bajo nombres definidos en concreto dentro de los conflictos bélicos de carácter eminentemente militar (en diferentes ambientes: convencional, nuclear, regular, irregular…).
Siempre considerando a las ciudades y aglomeraciones como parte integrante del campo de batalla (real o potencial), “soporte” geográfico de la guerra, o como campo de batalla en sí mismas.
Aspectos que provocaron, y provocarán aún, formas especiales de control, ataque o defensa recogidas como tales en las doctrinas militares de muchos países: “Casos particulares de la batalla: combate en localidades”, “Operaciones en áreas edificadas”…, aspectos que, a su vez, ya influyeron e influyen ahora de alguna manera, directa o indirectamente, sobre las estructuras urbanas (los restos históricos en ellas, dentro de la arquitectura “militar”, o su influencia en la civil, son abundantes ejemplos).
Influencias que nos deberían empujar a sentir la necesidad de un conocimiento y de una interpretación cada vez más correcta y completa de la información geográfica y cartográfica, de todos los tipos, sobre las ciudades y aglomeraciones, dentro de los ámbitos de la Defensa y Fuerzas Armadas (FAS), ante la posibilidad de conflictos de cualquier clase, dentro o fuera de ellas, y la consideración de un crecimiento cada vez mayor de la urbanización de las zonas rurales y ya desorbitado de algunas ciudades actuales (crecimiento en progresión geométrica, con intervención de la teoría combinatoria jugando con los factores ya señalados, y no aritmética). Crecimiento que fuerza ineludiblemente, a que el campo de batalla hasta ahora “habitual” tenga cada vez más en presencia una parte urbana importante en relación con el espacio denominado rural (fenómeno de crecimiento que ya fue definido por Toynbee como la “guerra” de las ciudades contra el ambiente rural).
En este sentido se afirma que dentro de aproximadamente unos 103 años, hacia el 2110, el tamaño del volumen urbano será previsiblemente el doble del actual, unos 10.500 millones de personas (algunos analistas son menos pesimistas hablando de “involución” demográfica en atención a un posible descenso de la natalidad al compás del desarrollo-progreso). De todas formas, aunque halla que contar, con el crecimiento aludido, y, por lo tanto, con la aparición de nuevas ciudades, la ampliación de las ya existentes, la urbanización del campo con aumento del tamaño de las localidades actuales y la aparición de nuevas localidades rurales, teóricamente no será igual en todas las partes del mundo (América: SW y E, África, Asia: SW y E, y URSS, según algunos analistas de finales del XX, serán los países que presentarán un mayor crecimiento).
Por eso, ante tales cambios, se hace urgente pensar sobre las ciudades y aglomeraciones y los conflictos bélicos desde atrás en el tiempo hasta hoy para intentar vislumbrar e imaginar el futuro (evitando quedar detenidos en el tiempo mental actual), e intentar también detectar cual será el concepto urbano en ese tiempo y su relación con el “factor militar” que le corresponda, al objeto de tratar de evitar, y si no es posible al menos minimizar, los resultados-efectos de cualquier tipo de los segundos sobre los primeros.
Lógicamente, para entender bien ese “factor militar” al que nos referimos (algo más concreto en el cuadro), nos será necesario recorrer la Historia, en la medida de lo posible, muy esquemáticamente atendiendo a las limitaciones inherentes a los objetivos de este trabajo, tratando de determinar algunos aspectos del contenido propio de dicho “factor” en cada época (para algunos hoy, “geofactor”, al comenzar a afectar ya, genéricamente, a todo el planeta), así como su evolución o aspectos de permanencia.
Asimismo se ha de tener en cuenta que, siendo muchas las definiciones existentes sobre lo que es una ciudad y una aglomeración al relacionar dentro de ellas diferentes parámetros: espacio, tiempo, número de habitantes, sentimiento común, funciones…, en ocasiones en dirección única según caminos intelectuales subjetivos, y que podemos confundir, con esquemas simplistas, el objetivo buscado, no se plantearán aquí las mismas, ya que, generalmente, poco sirven para la búsqueda de las razones del origen y de la evolución de las ciudades y las aglomeraciones, y en especial, para determinar el grado de incidencia del “factor militar” en tal comienzo y posterior desarrollo.
Por último, resaltamos que el “factor militar” a que aquí nos referimos no debe confundirse con aquél del mismo nombre dentro de un Estudio Geográfico “Militar”, relacionado éste con la “definición” de las FAS (Tierra , Mar y Aire) de un posible enemigo potencial, sus capacidades y sus vulnerabilidades…
Nuestro “factor militar” está fuera, en cierta medida, de aquellos aspectos no militares, cualesquiera que fueran, que influyeron en la constitución de una ciudad, la construcción de alguna de sus partes, en sus modificaciones… o que influyeron en la aglomeración de la que forma parte, en su caso. Trata de estar ligado más a aquellos otros que, sin olvidar la Historia, orientan los análisis hacia una Geografía Humana-Urbana “Militar” (una especie de análisis funcional: “función militar” de las ciudades y/o función de las ciudades dentro de lo militar) y que nos hará pensar sobre la necesidad, como ya se advirtió, de una mayor profundidad, en la actualidad, en tales estudios, o bien de precisar si haría falta una Geografía Urbana “Militar” aislada o dependiente de los estudios ya conocidos de Geografía “Militar”.

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