miércoles, 21 de noviembre de 2007

NAVIDADES CON SABOR TROPICAL


NAVIDADES CON SABOR TROPICAL

(Artículo en Burgense DB)

Fernando Pinto Cebrián


Si no fuera por los anuncios de la televisión y de la radio, comerciales por supuesto, por la música y los adornos navideños en algunos centros comerciales y en algunas tiendas, no en exceso, y otros en las calles, nadie, por clima (primaveral) y actitud general (orientada más hacia el verano que se aproxima), acreditaría que los brasileños están acercándose las fiestas de “Natal” (Navidad).
Fiestas que, con menos carácter familiar aparente y continuidad de ambiente que aquellas de corte europeo, se ciñen como tales a los días “feriados” (festivos) de Nochebuena, Navidad y Nochevieja, olvidándose, en general, de la de Reyes (aquella de Epifanía).
Así no hay una unidad secuencial, salvo excepciones, respecto al nacimiento del “Menino” (Niño) Dios. Falta que permite que algunos brasileños digan “ja nao se fazem mais Natais como antigamente” (ya no son las Navidades como antes).
El “Papai” (Papá) Noel, que “aparece” públicamente a primeros de Diciembre (aunque se le anuncia con antelación consumista) para “abrir” la Navidad, es entonces la figura principal de tales festividades.
Acompañado de los clásicos renos, de gnomos y de hadas en mágico cortejo y con una gran carga de regalos, se muestra al público pintado, recreado en muñecos, o en vivo, en todos aquellos lugares donde se busca combinar con habilidad el tradicional sentimiento de esas fechas con la inducción al consumismo.
Figura que, aunque por importación haya sido inicialmente rodeada de bellos paisajes nórdicos llenos de nieve, abetos,…, Brasil tardó relativamente poco en romper aquel ambiente tradicional y adaptarla a su realidad física y mental, dotándola de ropas veraniegas, paisajes playeros, palmeras,… (en algunas regiones brasileñas, en época de lluvias, habría que añadir chubasquero y paraguas).
Figura que, y esto era de esperar en un país donde la mujer tiene una gran presencia vital, es acompañada (asunto no general) por su oponente: “Mamai” (Mamá) Noel, en ocasiones bastante sugerente y comprometedora en ciertas representaciones.
A pesar de todo y aunque en minoría, también podemos encontrar el “Presepio” (Pesebre) del Portal de Belén, ya sea por tradición cristiana o por puro motivo ornamental, pero, lamentablemente para el oído acostumbrado, aislado de los villancicos a nuestro estilo (son desconocidos como tales).
Así las cosas, con tal contraste visual-ambiental, no resulta fácil al extranjero recuperar “in situ” aquel hechizo especial de la Navidad, vivido y sentido desde pequeño.
Sin embargo, y fuera de toda crítica nacida de cualquier absurda comparación, las Navidades con sabor tropical no dejan de ser por ello Navidades.
Además, valga la experiencia para recordarnos que el “clima” navideño ha de estar siempre en nosotros por encima del circunstancial que nos rodea.

¡Feliz Navidad! Para todos mis amigos residentes en Brasil y por extensión a todos los brasileños.

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