lunes, 12 de noviembre de 2007

SOBRE SABIDILLOS, SABIDOS, SABIONDOS, SABELOTODOS, ENTERADOS, ENTENDIDOS, CONOCEDORES, ESPECIALISTAS, EXPERTOS, DOCTOS Y SABIOS

SOBRE SABIDILLOS, SABIDOS, SABIONDOS, SABELOTODOS, ENTERADOS, ENTENDIDOS, CONOCEDORES, ESPECIALISTAS, EXPERTOS, DOCTOS Y SABIOS

(Puntualizaciones críticas en relación con la información y el terrorismo)

Fernando Pinto Cebrián


No hace falta apuntar que para hablar de algo con rigor y credibilidad se precisa estar previamente bien informado del asunto con datos fiables y contrastados.
Asimismo no hace falta decir que en un mundo como el actual, en el que la información (y la posible desinformación) sobre cualquier tema surge y fluye a cada segundo a gran velocidad, las opiniones de “sabidos”, “sabidillos”, “sabelotodos”, “enterados”, “entendidos”, y etcétera hasta “doctos” y “sabios” (a estos los dejaremos fuera por la dificultad en encontrarlos), desde posiciones múltiples (inocentes, manipuladas, intoxicadas,…), están a la orden del día formando parte del general y ya necesario caos informativo.
Tampoco hace falta apuntar que, aunque todos ellos tengan derecho incuestionable a opinar, los receptores de sus voces, desde el nivel de sus conocimientos y sin caer en el relativismo, también tienen el derecho a eludir aquellas opiniones que les parezcan débiles y/o inoportunas.
Por otra parte, si bien todos los apelativos apuntados tienen alguna relación sinónima o puntos en común en cuanto al nivel de conocimiento y aplicación de una materia determinada, hemos de considerar que hay diferencias notables en cuanto al grado y modo de acercamiento, de estudio y de análisis, a la información y a su empleo práctico, tanto en el tiempo como en el espacio
En resumen, unos saben más (estudian y analizan más desde una base intelectual más o menos fuerte) y otros menos (estudian y analizan menos, en ocasiones sólo pasan por una lectura rápida).
No hace falta ninguna consideración más al respecto: el “sabidillo” sabe menos que el “sabio”, el “especialista” se aplica menos que el “experto”, etc. Y esto ocurre en todos los campos del conocimiento humano.
Además, por desgracia, según el momento, no dejan de aparecer “falsos profetas”, oportunistas de la opinión (políticos, académicos,…, y asimilados) que con el tiempo, sin mas experiencia que la obtenida “copiando y recortando” aquí y allá, se alzan con la “voz cantante” (una de entre otras) en algunos temas concretos.
Cierto es que, en los niveles más serios, hay “especialistas”, “expertos” “doctos” y “sabios” de verdad, sin embargo hay que saber distinguirlos bien de los “falsos y sus falsetes”, tanto en su beneficio como en el nuestro.

***

Si lo expuesto lo dirigimos al caso particular del terrorismo, nacional e internacional, la necesidad de puntualizaciones se acentúa.
Y ello, en primer lugar, en atención a que la opinión del “sabidillo”, del “sabido”, del “sabelotodo”, del “enterado”, e incluso la del “entendido” y del “conocedor”, aunque en algún momento (raro) pueda ser tenida en cuenta por la suerte de un acierto, en general no “mueve molino” en cuanto a la acción informativa y ejecutiva contra del terrorismo (la realidad para la resolución del problema).
Es más, en algún caso, según el nivel de “prestigio” del opinante, se pueden originar, si no se toman medidas a tiempo en la dirección de la lucha contra el terrorismo, falsas concepciones, bulos, intoxicaciones,..., que pudieran hacer daño a las líneas de acción correctas.
Si en asuntos de terrorismo el conocimiento histórico-geográfico, temporal y espacial del fenómeno, es necesario como base para el alcance lo más correcto posible de las situaciones actuales, es de necesidad reconocer la importancia de ciertos, “especialistas” y “expertos” TEÓRICOS en tales asuntos.
Es así en tanto que, apoyándose en informaciones rigurosas ya asentadas, permiten la búsqueda de “modelos” útiles por y para los auténticos “especialistas” o “expertos”, los TEÓRICO-PRÁCTICOS en el tema, para su empleo en el presente.
“Especialistas” o “expertos” TEÓRICOS del proceso terrorista que, por dependientes de la fiabilidad de lo ya escrito (fuentes bibliográficas y /o documentales en su caso), han de tener mucho cuidado al hablar ex cátedra en conferencias, seminarios, cursos, debates y entrevistas en m.c.s, ya que, muchos de ellos, no han visto más que un terrorista en foto, han conocido sus ideas a través de periódicos y de textos de otros “expertos” también teóricos, poco alcanzan de su religión, nada en muchos casos de su lengua, no han conocido en tiempo y forma, salvo excepciones, su país, y un largo etcétera.
Este tipo de “especialistas” o de “expertos”, saben generalmente más que los oyentes pero no se pueden valer de su desconocimiento para “colocar” ideas de dudosa valía.
Pueden haber empleado “toda una vida” al estudio del fenómeno terrorista y aportado su “docta” opinión al respecto, pero no por ello pasan de ser “especialistas” o “expertos” de sus Teorías o Filosofías, es decir del estudio y análisis de su origen, de la complejidad de sus causas y de los principios generales, muy generales, de su aplicación ejecutiva (las acciones terroristas).
Algo ciertamente muy importante para entender el armazón del problema terrorista pero no decisivo para acabar con el mismo.
Ello por cuanto los TEÓRICOS siempre están “cojos” en cuanto a información (inmediata, veraz y contrastada) del tema ya que no son partícipes directos (si no han sido integrados en ella) de la lucha contra el terrorismo y por lo tanto no son “adquisidores” de información, ni creadores de “inteligencia” cumpliendo misiones y objetivos marcados por el interés nacional.
Y, por tanto, algunos (recalcando la cantidad) deberían ser muy conscientes, con humildad, de sus limitaciones, que deberían incluso manifestar abiertamente, en lugar de situarse en la soberbia y la prepotencia intelectual, y dejar el puesto a los realmente “especialistas” y “expertos”, los TEÓRICO-PRÁCTICOS.
Aquellos que forman parte de los grupos que diariamente, durante toda una vida, trabajan el tema para combatirlo y erradicarlo, aquellos que sin aparecer en los m.c.s, por razones obvias de seguridad, como sólo lo hacen los TEÓRICOS, incluso aportan datos (se entiende que oficialmente) a alguno de éstos para el mejor avance de su “trabajo”.
Ambos son en algún momento complementarios, pero pensemos, si los segundos, con todo su conocimiento, no terminan, de momento, con el problema aunque lo minimicen, ¿qué posibilidades tienen los primeros con sólo sus lecturas y análisis académicos?

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