¿Será por algo...?
Si un Servicio, Centro, o como quiera llamársele, de Inteligencia, reconoce que le resulta difícil cumplir su misión por falta de capacidad, habrá que considerar la falta de medios adecuados, la necesidad de un reciclaje en parte de su personal por obsoleto, o estimar la posible intención de que se reconozca tal falta y se solvente, o lo que es peor, de justificar un futuro fracaso.
De todas formas, tales afirmaciones resultan un tanto preocupantes por lo que implica de debilidad en un organismo de primera línea, lo que obliga a pensar seriamente sobre su utilidad si en un corto plazo no se pone al día.
Es cierto que constantemente aparecen nuevos riesgos y amenazas para la seguridad e intereses nacionales, y que algunos son difíciles de descubrir hasta que se hacen dolorosamente visibles, sin embargo su suposición, mejor su detección, con tiempo suficiente es, no sólo para sus “clientes”, misión de vital importancia para un Servicio de Inteligencia.
Todo Servicio ha de contar con un conjunto de analistas de experiencia que sean capaces de estudiar constantemente, desde una visión de conjunto, la situación en que se encuentran los complejos elementos que juegan contra los intereses nacionales, imaginando y teorizando al mismo tiempo los posibles nuevos escenarios que pudieran aparecer y quien o quienes, en cooperación, tendrían que actuar en ellos.
Importante para ir preparando los equipos humanos y los medios adecuados para las nuevas misiones, permitiendo así la entrada en eficacia lo más pronto posible.
Y no hay otra, es la única forma para evitar indefiniciones, dudas, y cuanto más, públicas lamentaciones del todo reprochables, ya que el que dice no poder hacer, echando balones fuera, está a un paso del no saber que hacer y del reconocimiento, por ende, de su incompetencia.
¡Peligroso para la moral de los “trabajadores” de la Inteligencia!
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